martes, 22 de octubre de 2013

LAS VERDADES COMO PUÑOS DE ESTEBITA
PEDIGÜEÑOS Y "UBRES BLANCAS"
(10-21-13-3:15PM)
Por Esteban Fernández
Acabo de leer un escrito del periodista Iván García desde Cuba donde dice que: “¡La mayoría de los residentes en la Isla se la pasan tratando de ordeñar a los parientes exiliados!”... Eso es correcto.  
Iván García dijo algo con lo cual yo concuerdo porque hoy en día existen muchísimos pedigüeños allá y miles de vacas Ubres Blancas del lado de acá.... Son tantos que los exiliados bondadosos no dan abasto para complacerlos. Y, encima es esto, si se quejan les cae encima la última consigna castrista para abochornarlos, acomplejarlos y recibir fulas y les echan en cara: “Estamos aquí pasando vicisitudes y recibiendo leña, y ustedes están allá comiendo boniato relleno con tasajo en el Versailles"... Y cantidades industriales de cubanos caen rendidos ante ese chantaje.
Esto contrasta con épocas remotas del exilio donde mis compatriotas eran extremadamente exigentes con los que trataban de combatir al régimen. Es decir, que los desterrados fueron más tacaños con los patriotas de antaño que con los aprovechadores actuales.
Los contribuyentes daban dinero pero pedían cuentas y resultados palpables e inmediatos. Se requería que las organizaciones no solamente brindaran sus programas políticos sino también un estado financiero y un informe de tesorería.  
Y lo más importante: acto seguido había que producir hechos contundentes contra la dictadura totalitaria. Un compatriota donaba unos cuantos dólares, o compraba un bono, o iba y pagaba la entrada a un acto patriótico y al mes –sin que la organización hiciera nada de lo que había prometido- ya comenzaba a criticar y a preguntar: “¿Qué lograron con los 40 pesos que les entregué?”...Tal parecía que el cubano daba una donación y esperaba que a cambio le entregaran en una bolsa la cabeza de Fidel Castro... 
A esa ingente labor de suplicar un aporte los desconfiados comenzaron a llamarle “cifarra” y los que pedían eran despectivamente considerados “cifarreros”. Nunca supe quién inventó esas odiosas palabritas, pero ahora supongo que provenían de las mentes perversas de los Segurosos del Estado de Cuba. 
Una de las organizaciones más luchadoras y al mismo tiempo menospreciada y acusada era Alpha 66. Mientras tanto, y quede claro, sus militantes tenían una lista de mártires, de acciones, de ataques comandos y de desembarcos en nuestra patria de enormes proporciones. Y yo les garantizo a ustedes que cualquier desterrado, después de haber vivido dos años en los Estados Unidos, tenía una mejor casa y un mejor carro que la que poseía y el que manejaba Andrés Nazario Sargén. 
Me consta que Andrés (En la foto: Andrés, en su humilde casa alquilada en la calle 2 del SW de Miami) residía en una de las más humildes casas de Florida, y hasta miedo tenía de montar en su auto por las malas condiciones en que se encontraba. Una tarde nos invitó a almorzar a Carlos Hurtado, a Mario Byrne, a Tito Rodríguez Oltmans y a mí, y la hora de pagar dijo: “No sé preocupen que mi esposa Olga ya está trabajando y va a pagar la cuenta”... Con tristeza se rió cuando le dije: “Nazario si te hubieras dedicado a vender mamoncillos en las calles de Miami estuvieras mejor económicamente”... 
Una prueba fehaciente fue la JURE. Para poder recibir contribuciones y mantener las actividades Manolo Ray tuvo que prometer que iba a desembarcar en Cuba antes del 20 de mayo. No lo hizo y no recibió ni 50 kilos prietos más. 
Con José Elías de la Torriente, y con su plan, fue lo mismo. Lo ayudaron esperando hechos contundentes. No se realizaron, hubo un silencio sepulcral de su parte, y se quedó prácticamente solo hasta que lo asesinaron. Y así les puedo señalar cientos de casos donde todos los patriotas y combatientes -por el grave delito de no haber triunfado- fueron vilipendiados y acusados de ladrones y "cifarreros". 
Y yo me pregunto: ¿Por qué esta complacencia con los "cifarreros" actuales que ni rinden cuentas ni brindan un informe de tesorería, ni producen una simple acción que haga sufrir a la tiranía?... Cuando lo cierto es que hasta la bancarrota soviética nos odiaban y no querían saber nada de nosotros. Ahora hacen bueno aquel cuento cubano del guajirito desesperado que le envió un telegrama a su padre desde La Habana diciendo: “¡Manda otro gallo y dinero que estamos ganando!”...
Pero en la actualidad todos los gallos son propiedad de Guillermo García Frías, el dinero termina en las arcas de los hermanos Castro, y lo único que se logra con las divisas enviadas desde el exterior es mantener abierta la valla hasta el año 2100. Por lo menos...