UNA NOTA SOBRE MORAL Y CÍVICA EN LA CUBA CASTRISTA

domingo, 9 de diciembre de 2012


UNA NOTA SOBRE MORAL Y CÍVICA EN LA CUBA CASTRISTA
(12-5-12-4:45PM)
Por Francisco Escobar 
Existen tres tipos de éticas de la personalidad según Agnes Heller y yo las comparto. La primera consiste en el ideal clasicista del hombre universal desde Platón hasta Hegel, la segunda es la persona extraodinaria cuya voluntad de poder  la hace que viva libremente según sus propios significados como el superhombre de Nietzschie y el existencialista sartreano, y la tercera, que es la definitiva y que caracteriza al hombe ético del siglo XXI, define al individuo que asume una  responsabilidad moral por elección y siempre está—aún  bajo el peor totalitarismo—en situacion de asumirla. Esa idea de la responsabilidad no está limitada solamente a la acción juridical—como  bien explica Hanna Arendt—sino que abarca sobre todo la responsabilidad moral.
Tanto los colaboracionistas de los "Consejos Judios del Nazismo" como los de los "Comités de Defensa de la Revolución" podían no haber hecho lo que hicieron o todavía hacen. Simplemente tenían la opción de no haber hecho nada que facilitara el holocausto o de no contribuir al mantenimiento del totalitarismo castrista. 
Los primeros no pueden negar su responsabilidad personal por los hechos cometidos y los segundos no lo podrán negar mañana.
Existe la posibilidad de la resistencia al mal y también el valor de la responsabilidad moral por nuestra elección personal.
Podemos decidir el tipo de persona decente o inmoral-o amoral- que queremos ser, podemos optar por ser honestos o quedarnos paralizados como unos cobardes. 
Somos responsables por nuestros actos y también por nuestras omisiones.
Tanto los que contemplaron callados el heroismo de “Cocorio” desafiando solo a sus captores en la azotea de su casa como los que permitieron impávidos el acuchillamiento salvaje de esa valiente adolescente de Cienfuegos hicieron conscientemente su elección y están moralmente condenados.
Siempre se puede ser una buena persona a pesar de los inconvenientes y los sufrimientos que esto trae porque "es mejor sufrir una injusticia que cometerla" como dijo Sócrates que predicaba con su ejemplo.