PUNTO Y. APARTE

miércoles, 24 de octubre de 2012


PUNTO Y. APARTE
(10-19-12-4:45PM)
Por: El Director
La crítica hecha de mala fe es destructiva, pero la realizada sin segunda intención o con una sola--procurar el perfeccionamiento del aparato opositor--es fecunda y merece ser oída con satisfacción por los hombres responsables.
Algunos en su insuficiencia mental y su miopía política, y otros porque si estos consejos fueran seguidos perderían sus  poco cimentadas "lideraturas", se sienten ofendidos por  esta especie de prédica que vengo divulgando desde estas páginas, aseverando que mandamos a hacer desde aquí, "desde el cómodo exilio".
Nada más lejos de la verdad, no estamos ordenando a nadie a hacer nada, simplemente estamos explicando una línea de acción que creemos pudiera tener más posibilidades de éxito que las actuales que siguen otros, sin que pretendamos que las sigan o se vean obligados a adherirse a ella.
Ese es nuestro derecho que nadie con dos dedos de frente, si quiere que le consideren un demócrata, se atrevería a negarnos, a no ser que obedezcan a los mandatos de la contra inteligencia castrista, que sabe mejor que nadie, que esa forma de lucha es peligrosísima para ellos y la tiranía que defienden y tratan de desprestigiarla y desalentar a los que pudieran adherirse a ella.
Lo que preconizamos es una manera inteligente de hacer proselitismo y de ganar voluntades, haciendo al revés de los que se ha estado haciendo  en los últimos años.
Esta es la obra a la que hay que entregarse con todo ardor y con un sentido religioso de fe.
Soy optimista en cuanto a los destinos de Cuba, por un simple acto de voluntad, porque la voluntad es una gran fuerza en la vida de los individuos y de los pueblos.
Es preciso querer, querer intensamente, porque solo con esta fuerza de voluntad se logrará vencer todos los obstáculos.
Hay que proyectar la voluntad altiva, de nuestro tiempo, hacia el porvenir.
Cuando comience a dar señales de vida la Fuerza Joven Emergente que ha de surgir en cualquier momento, si no lo ha hecho ya, la juventud cubana, ganada por su prédica y accionar, se volverá intrépida, inquieta  y fuerte, como prenda segura de que Cuba caminará hacia un porvenir de libertad, de prosperidad y de grandeza.