PUNTO Y. APARTE

lunes, 15 de octubre de 2012


PUNTO Y. APARTE
(10-11-12-5:00PM)
Por: El Director
Lectores y amigos me instan a seguir con el tema de como tratar de crear un gran movimiento de  masas dentro de Cuba y hoy expondré más de mis muy propias concepciones e ideas.
Un nuevo  y diferente movimiento debe de postular una renovación completa de la vida nacional, pero, precisamente por eso, me parece una pérdida de tiempo que se ocupe en redactar una plataforma política minuciosa y detallada, un programa que todo lo prevea y lo precise.
Hay ya demasiadas plataformas políticas y demasiados planificadores, y lo que urge en este momento es un afán de renovación y transformación.
El cubano, después de tener que janearse más de medio siglo atiborrado de las consignas políticas castristas, desprecia los programas políticos detallados y minuciosos, porque nunca podrán ser aplicados y en muchos casos solo sirven para halagar la vanidad de sus autores.
En el mundo actual las ideas económicas superan  en importancia a las ideas políticas, porque hoy el hombre está subordinado a la economía en lugar de que ésta se subordine a aquel.
La Cuba del futuro no debe de ser la simple proyección aumentada de los vicios y errores de los pasados gobiernos y mucho menos del actual régimen.
La Fuerza Joven Emergente que devuelva las esperanzas a nuestro pueblo debe de estar por la empresa libre y en contra de la gestión económica estatal, sobre todo por razones de eficacia, pero no debe de aceptar  el regreso a un capitalismo rampante y explotador.
El Estado no debe de ser gestor económico ni propietario  monopolizador; la competencia es una ley dura, pero siempre fecunda, ya que la incapacidad provoca siempre un castigo: el fracaso; y el esfuerzo y la inteligencia tienen siempre una recompensa: el éxito.
Si el Estado tratase de cambiar la ley natural con el pretexto de un falso humanitarismo, lo que haría sería provocar el caos, ya que resulta estúpido tratar de modificar las leyes naturales, ya que siempre habrán tontos irresponsables, y pretender crear una sociedad de súper dotados sería una aspiración ilusoria.
Deben de inculcarse como deseables diferentes formas de propiedad en una futura Cuba, donde podrían  coexistir y competir económicamente casi todas las clases de propiedad: empresas capitalistas puras, empresas co-gestionarias y autogestionarias, pequeñas empresas familiares, etc, dándoles a los obreros la oportunidad, de trabajar en una empresa capitalista si así lo desearen.
Pero el Movimiento emergente debe de oponerse con toda firmeza a que las actuales empresas estatales--que teóricamente pertenecen al pueblo y por ende a los que en ellas trabajan--sean sacadas a subasta y se vendan al mejor postor capitalista, sino que se debe de abogar porque se pongan verdaderamente en manos de los que las hacen producir, para que sean administradas y puestas en producción por el colectivo de las mismas, sin ingerencia del estado, con Administradores elegidos o contratados por sus propios trabajadores y técnicos.
Ese es uno de los principales puntos en los que un nuevo movimiento debe de hacer hincapie, para que las masas productoras lo patrocinen.
Un aspecto que debe de tenerse muy en cuenta es que al ser el individuo libre económicamente, tiene muchas más posibilidades de ser también libre políticamente, ya que la libertad política es real solamente cuando existe libertad económica.
Un Movimiento que aspire a ganar voluntades, no puede proclamar que va a lograr el paraíso terrenal ni la felicidad absoluta  en este mundo, sino insistir en que aspira a dar al hombre y a la comunidad, valores que sentir, estilo que vivir y estímulos que seguir para alcanzar una vida mejor.