PUNTO Y. APARTE

domingo, 14 de octubre de 2012


PUNTO Y. APARTE
(10-9-12-5:20PM)
Por: El Director
Vuelvo hoy sobre el tema de cual, a mi entender, debe de ser la vía a seguir, para lograr aglutinar a un número considerable de personas para poder proceder a la formación de un movimiento nacional serio que pudiera ser el núcleo principal de una verdadera oposición, con posibilidades de victoria frente al totalitarismo castrista.
El tiempo y los acontecimientos se han encargado de probar que una insurrección es necesaria para resolver la crisis del estado totalitario del raulato, impotente e incapaz de llenar las espectativas de nuestro pueblo para lograr no solo libertad y democracia, sino una vida mejor.
Es preciso trabajar para conseguir un levantamiento popular, que pueda contar con el apoyo de un gran número de personas y que haga vacilar a muchos de los encuadrados hoy en las filas del desgobierno castrista, que en un momento dado, podrían ponerse del lado de los protestantes, tal y como ocurrió, por ejemplo en el levantamiento popular húngaro de 1956, aplastado por los tanques  soviéticos, teniendo en cuenta, que actualmente en Cuba, no hay tropas extranjeras que pudieran ayudar a la tiranía.
Nuestra Nación se desintegra día a día y el gobierno de Raúl Castro es cada vez más incapaz de darle solución a los grandes problemas nacionales.
Las crisis se suceden y se prolongan produciendo inmensas náuseas a la Nación entera, incluyendo a muchos que hoy aparentemente están con el gobierno tiránico, por lo tanto hay que comenzar desde ya a ganar voluntades para la gran tarea nacional que espera a los propulsores de ese movimiento que aún está por surgir.
Hay que salir ya a buscar  y organizar la Fuerza Joven Emergente, que en lugar de mendigar ante los detentadores del poder, salga por los fueros de su autoridad--adquirida con el apoyo de los  ciudadanos comunes, conseguidos en las campañas de proselitismo en las calles y pueblo--de manera categórica y enérgica a reclamar la conquista del Estado.
Una vez nucleada esa Fuerza Joven Emergente, deben de estar listas para dos opciones: Estar dispuestos a devolver al pasado todos los fantasmas que al pasado pertenecen, y decidido también  a ofrecer la rama de olivo, con ánimo absolutamente sincero a los integrantes del viejo y caduco gobierno, que tengan sus manos limpias de sangre, pero al mismo tiempo estar resuelto a desnudar  la espada si el olivo no fuera aceptado.
Pero para lograr todo eso, es imprescindible salir ya a predicar la buena nueva, a ganar los corazones descorazonados  y a hacer concebir ilusiones a un pueblo desilusionado por 54 años de falsas promesas, mentiras y engaños.
Hay que convencer al cubano que vivir no es resignarse. Que vivir es luchar, afrontar el riesgo, ser tenaz. VIVIR NO ES RESIGNARSE AL DESTINO.
A los que se decidan a liderear esa Fuerza Nueva Emergente, no debe de impulsarlos la ambición, sino el amor, el amor al pueblo cubano, un amor armado, no lagrimoso y cobarde,  sino un amor severo y vigilante, que afronte el trabajo de la vida como una batalla, cuyos dirigentes se proyecten no como unos tiranos, ni unos patrones, sino como lo servidores del pueblo cubano.
Hagámonos a la idea de que queriendo firmemente, alcanzaremos las metas de la grandeza de la Patria.