"EL MEJOR PRESIDENTE DE CUBA"

jueves, 14 de junio de 2012


"EL MEJOR PRESIDENTE DE CUBA" 
(6-12-12-5:15PM)
Por Esteban Fernández, Jr.  
Dedicado a Esteban Fernández Roig
Si usted es cubano y viejo, enseguida comenzará a barajar los nombres de los gobernantes para quedarse con el de su agrado. Sin embargo, el mejor presidente de nuestra nación, según mi padre, nunca llegó a disfrutar el momento de su victoria política, jamás salió electo y por lo tanto no tomó posesión del cargo .
Mi padre, que fue mi gran maestro a pesar de que solamente viví a su lado por 16 años, era uno de los hombres que más sabía de política  en mi pueblo y en el país.  Para sus adversarios de la época quizás ese vocablo de “política” le quedaba grande y  preferían el de “politiquería”. Perfecto, lo acepto. Sin embargo, no les quepa dudas, que políticamente hablando, mi padre sabía por donde le entraba el agua al coco en Cuba.  
Cada vez que ustedes vean que en Fox News le llaman a Carl Rove "El Arquitecto" de las victorias de George W. Bush,  yo siempre pienso que mi padre fue “El Arquitecto” del triunfo de mi primo, Jaime Quintero,  como alcalde  de Güines. 
Pero vayamos al grano: Una mañana, a principios del año 52, mi padre me llevaba de la mano rumbo al parque central con la intención de sentarnos en un banco junto a los viejos políticos del pueblo. 
Ese día,  mi padre paró en seco, me soltó la mano, y me dijo: “Hoy vas a lanzar una bola de humo que ni el ex alcalde Tirso Brito, ni Rogelio Ulloa, ni Eugenito Domínguez, ni Palomares, ni "Fillo" Zervigón van a poder batearla. No te preocupes que yo te voy a secundar''... Imagínense ustedes, yo todavía no había cumplido los ocho años, y mi padre me ponía en la disyuntiva de discutir “de tu a tu” con expertos en la materia. Pero ya yo estaba acostumbrado a que mi papá me tratara como si yo tuviera 50 años. 
Nervioso,  me sonreí y le pregunté: “¿Y cuál es esa bola de humo?”... Dijo: “Vas a decir UNA GRAN VERDAD,   y ellos se van a quedar estupefactos. Ahí es cuando tu te paras y expones claramente tu punto de vista.”   “Vas a asegurar, vehementemente, que cualquiera de los dos candidatos a presidente  -Roberto Agramonte o Carlos Hevia- va a ser EL MEJOR PRESIDENTE QUE HA TENIDO CUBA”. 
 “Y, antes que salgan de la sorpresa, dices que ¡Sí señores, porque ambos son honrados, brillantes, profesores, intelectuales, jamás han robado ni van a robar, y son más inteligentes que todos los presidentes puestos juntos que ha dado nuestro país!”... 
Yo, al terminar esa descarguita, esperaba que los hombres que eran la cátedra en asuntos políticos me iban a tirar una trompetilla. De pronto Armando Fernández Jorva, que había sido alcalde del pueblo, y ocupó un escaño en la Cámara de Representantes por 12 años,  miró seriamente a mi padre y le dijo: "Esteban, ¿tu le dijiste a tu hijo que dijera eso?"
Yo me aterroricé pensando que mi padre iba a coger el crédito por esa opinión, pero de eso nada, y dijo: “No, es algo que a Esteban de Jesús se le ha metido en la cabeza”...  Y todos se pusieron de acuerdo para darme la razón. Y yo me sentía súper orondo,  profeta, contento, orgulloso de haberle dado una lección a los veteranos con sólo tres pies de estatura.
Y al regresar a mi casa, de nuevo sin soltar la mano de mi padre, seguro de que nuestro país tendría como Primer Mandatario a un crisol de decencia, transparencia  y honradez, se me ocurrió la descabellada idea de preguntarle a mi papá: “Viejo  ¿y de los dos mirlos blancos quién va a ganar?” Y sin pensarlo dos veces me contestó: “El Auténtico,  Carlos Hevia Reyes- Gavilán”.
Y me dio la sensación de sentirse acorralado ante mi insistencia: “¿Por qué?” “¿Cómo tu sabes que va a ganar Hevia?” Se estuvo dos minutos antes de responderme, parece que temía defraudarme, tirarme un jarro de agua fría en la cara. Al fin se decidió y me dijo un poco apenado:  “Porque todavía no hemos tirado el dinero para la calle para comprar votos  y conciencias”... Tremenda  lección. 
Un par de meses después Fulgencio Batista daba el golpe de estado y el vaticinio de mi padre  cayó en el vacío. Pero como mi padre no se rendía tan fácilmente,  años mas tarde haciendo el mismo trayecto hasta el centro del pueblo me dijo: "Batista es un burro, debía permitirle a Carlos Márquez Sterling ganar las elecciones y ese sería  el mejor presidente que ha dado Cuba"...