BREVE APROXIMACIÓN AL PASADO

miércoles, 13 de junio de 2012


DE LOS ARCHIVOS DE NUEVO ACCIÓN
BREVE APROXIMACIÓN AL PASADO
(6-11-12-5:10PM)
Por Aldo Rosado-Tuero   
Mis nietos—segunda generación de Rosado nacidos en este país—han crecido oyendo hablar de Cuba, de la lucha por lograr su libertad, de las vicisitudes pasadas por los primeros cubanos llegados a este país, de “los días de los tiempos del fuego” y de la participación de su abuelo en muchas de esas historias. Dos de ellos, de 13 años de edad, a cada rato me preguntan por cosas que han oído de sus padres, de su abuela o de su bisabuela: mi madre, y tienen mucha curiosidad  de saber como era el Miami, que “construyeron ustedes los primeros cubanos que llegaron aquí, cuando casi no había latinos”. Por eso hace dos semanas decidimos mi esposa y yo, darles un “tour al pasado” o como yo con humor les dije, “como la gasolina está muy cara los vamos a llevar al 'Disneyworld' de los pobres".
 
Así, Elki, hijo de mi hijo Eddy,   (arriba pescando) y Nicky, hija de mi hijo Aldo Enrique (arriba, con el ex Presidente dominicano, Hipólito Mejías), mi esposa Lidia y yo emprendimos un viaje a nuestro primer vecindario en los Estados Unidos  para mostrarles donde habíamos vivido cuando llegamos y donde vivíamos cuando nacieron sus padres, etc. Para evitarme problemas de celos, les diré que tengo otros tres nietos (un varón de 18 años (Aldo René) y una hembra (Annette de 20 años) hijos de Aldo Enrique, y un pequeño que cumple pronto tres años (Ryan Enrique) hijo de Eddy.

Confieso que hacía muchísimos años que ni siquiera pasaba por esos lares. Primero les llevé al 737 SW de la 1St., la casa donde pasamos nuestra primera noche en los Estados Unidos y donde paramos por dos semanas, hasta que alquilamos nuestro propio efficiency. Ya la casa no existe. Han construido un edificio de 4 ó 6 apartamentos. Allí había en 1961 un duplex de dos pisos y en uno de ellos vivía con su familia Eulalio Estévez Viera “Yayo”, un viejo revolucionario de todas las épocas, que había pertenecido a la guerrilla de Blas Hernández en la lucha contra Machado, y que en épocas de Batista lideró una columna guerrillera de la Organización Auténtica (OA) en el Norte de Las Villas. Yayo y sus hijos eran mis compañeros de lucha en el clandestinaje. Recuerdo que en la casa de al lado, en el 739, vivía por aquellos días la famosa bailarina exótica Yolanda Montes "Tongolele", con sus dos hijos jimaguas o mellizos, gemelos o cuates como los llaman los mexicanos.
 
Después, camino del apartamento donde nos mudamos, desde la casa de “Yayo”, me llevé una gran sorpresa, pues pasamos por el Farmacia “Roberts” o Roberts Drug Store,(foto grande de arriba del actual Roberts) posiblemente el Drug Store más antiguo de todo Miami. No sabía que todavía existía.  Allí cambiábamos nuestros cheques, pagábamos las cuentas de luz y teléfono, comprábamos nuestras medicinas y leíamos gratis las revistas. Al bajarme para tirarle una fotografía a la vieja estructura, mi nieto varón hizo un comentario que nos provocó risa, pues mientras parqueábamos les había contado conmovido, cuantos recuerdos me traía la esquina del Roberts y el parquecito que tenía pasando la 6 avenida, en el que existía en 1961, un televisor público y unos bancos, donde los cubanos recién llegados acudíamos a ver la tele, hasta que logramos comprar un televisor de uso. Mi nieto me dijo: “no te vayas a echar a llorar ahora, abuelo”
El entorno ha cambiado. Ya desapareció el parquecito, donde ahora se levanta un edificio y el Coin Laundry,(lavandería automática) situado una cuadra más abajo (en la 7 Ave. y Flagler), donde todos los domingos yo caminaba tres cuadras con un saco de nylon lleno de ropa sucia, ya no existe. Recuerdo que mi esposa  y mi difunto cuñado me decían en broma: “Lo que ha logrado Fidel. Por cuanto tú hubieras andado por las calles de tu pueblo un domingo en la noche, cargando un saco de ropa sucia”.
La próxima parada fue en la misma esquina de la calle 2 del S.W. y la 7 Ave—a una cuadra del Ada Merrits  Jr. High School—donde todavía está en pie el que antes se llamaba Román's Apts,(a la izquierda: foto actual del edificio) en cuyo Apartamento # 6, en el primer piso, vivimos por un tiempo en un pequeñísimo efficiency, que tenía una cama plegable que se escondía por el día en un closet. El edificio sigue allí, pero ya no tiene nombre y todas sus ventanas y sus pasillos están enrejados, señal evidente del cambio de los tiempos y del aumento de la delincuencia en el área. Mis nietos—Elky, es alumno de la "Jorge Más Canosa Middle School"—se asombraron cuando les conté como ejemplo del tesón y el trabajo creador de los exiliados cubanos, que en aquella época, el joven exiliado Jorge Más Canosa era lechero, que se levantaba bien temprano cada madrugada a repartir sus botellas de leche, entre sus clientes, cubanos exiliados, la inmensa mayoría, y como en ese mismo barrio, ahora enrejado, yo dejaba cada noche en el pasillo, frente a la puerta de mi apartamento, dos botellas vacías de leche, con la cantidad de dinero que valían las dos que me dejarían bien temprano a la mañana siguiente, y que nunca jamás, ni le faltó un centavo al lechero, ni a mi se me perdió una botella de leche.
 
A la izquierda la actual ventana del efficiency donde vivíeramos. Es esa época no tenía aire acondicionado. A la derecha, mi esposa en 1961  ó 1962, dentro del efficiency, con el primer televisor que compramos de uso en este país. En ese entonces no existían ni cable, ni satélites, ni televisión de paga y había un sólo programa de tv en español, una vez a la semana. 
También les conté como en la esquina del “Roberts” había dos sencillos armatostes de hierro, con una cajita de cartón al lado, donde se depositaban los dos periódicos diarios que en aquella época existían en esta Ciudad: "El Miami Herald" y "El Miami News", y como la gente tomaba un ejemplar del diario y depositaba el importe del precio en la cajita, y que casi nadie se llevaba un periódico, ni se cogía el dinero. Mi nieta Nicky, hizo una observación, que da mucho que pensar: “¿Y todavía ustedes se asombran del sentimiento anti inmigrantes que existe entre los anglos ?
Volviendo al Roman’s Apts., ya no existe la mata de pomarrosa, que estaba al lado de la ventana de la cocina de nuestro efficiency y en la que me retraté, un día—en una foto que ya se ha publicado bastante— acabado de llegar de un viaje de infiltración a las costas del Norte de Las Villas, aun con la indumentaria usada en el viaje.(foto de la izquierda, obsérvese detrás la mata de pomarrosa) 
De ahí partimos por la misma calle dos hasta el 539 SW. de la 2 St, donde  nos fuimos a vivir a una casa más grande con tres cuartos, después de una breve estancia en otro edifico que todavía está de pie, situado en la calle primera y la esquina de la 7 Ave,  del S.W., donde recuerdo tenía como vecino inmediato al que unos años después sería el primer maestro de mi hijo Aldo E., el Rev. Rolando Espinosa, uno de los hombres más íntegros que haya conocido en mi vida.               
La casa que había en el 539, ya tampoco existe. Ahora se levanta allí un moderno edificio. Por un instante recordé a mi “landlord”, el Dr. Eduardo Palmer—padre del cineasta del mismo nombre—que había sido mi profesor de inglés en el Instituto de Segunda Enseñanza de Remedios y a mis maravillosos vecinos, que me protegían cuando muchas veces trasegábamos armas para nuestro yate, situado a pocas cuadras en el río Miami unas veces y otras en Matecumbe. Frente a esta casa, vivía, al menos hasta el 1970, en que marché a California, Andrés Nazario Sargent y tres cuadras más abajo en la calle 4 Orlando Bosch y en la esquina de la 4 y la 4 del SW, vivió por un tiempo antes de marchar a América Latina y ser capturado en México, el Jefe de los Comandos de la “Operación Castigo” del Movimiento Nacionalista Cristiano, Henry Agüeros Garcés; y si la mente no me falla, creo que en esa misma casa de la 4 y 4, que pagaba la tesorería del MNC,  también pernoctó por un  tiempo otro hermano de los buenos; el hoy periodista, Rafael Orizondo, cuando aquello, conocido por Rafaelito Orizondo Jr.
Para terminar el “tour histórico” quise llevar a mis nietos a el primer establecimiento que vendió fritas cubanas en Miami, situado en la 8 y la 12 avenida, pero me encontré que manos criminales, lo habían reducido a fuego, y terminamos comiéndolas en otro establecimiento, sin tanta historia, pero con unas excelentes fritas, donde mi nieta colombo-cubana-americana, probó por primera vez una.
Perdóneme el lector por compartir este momento de nostalgia, pero creo que es necesario ir dejando en letra de imprenta, una parte de la historia de una generación de cubanos, que no encontraron nada fácil, y que se supieron labrar un porvenir, sin dejar de amar a la patria y de luchar por ella, cosa que duele a muchos de los que llegan ahora y  que quieren que todo se les entregue en bandeja de plata.(Fotos: Aldo Rosado-Tuero y del archivo del autor)-(Publicado en la edición del 6-25-08)