CUBELA, MORGAN, MENOYO, OCHOA...

miércoles, 16 de mayo de 2012


CUBELA, MORGAN, MENOYO, OCHOA...
 (5-15-12-5:00PM)
por Esteban Fernández, Jr.  
Existe la errónea creencia que cuando los Castro  hacen polvo y cenizas a determinadas personas, ya por eso deben ser consideradas héroes por nosotros los adversarios del régimen.  Nada de eso;  quede bien claro que porque la tiranía considere enemigo a un individuo, no lo convierte de sopetón en nuestro ídolo.
Durante las últimas semanas se han puesto de moda Rolando Cubela  por un libro que acaba de ver la luz pública donde se menciona su nombre, y William Morgan por una carta que le escribió a su madre en Ohio antes de ser fusilado. Unos me llaman para averiguar quienes eran este par de tipos (porque la historia cubana contemporánea sólo toma en cuenta  los nombres de los castristas eternos y leales ) y otros llaman  porque suponen y creen que “ambos deben ser mis paladines”.
Nada más alejado de la verdad. A Cubela (en la foto) lo detesté desde que me enteré que,  junto a un grupo de asesinos y a sangre fría,  acribillaron a balazos al Coronel Blanco Rico, en el Cabaret Montmartre. Mientras que el americano Morgan me cayó como una patada desde que traicionó a Roberto Martín Pérez y a los invasores de Trinidad.
Los Castro desprecian a Eloy Gutiérrez Menoyo, yo también. Cuando la tiranía fusiló al General Arnaldo Ochoa, a Tony de la Guardia, y a varios sicarios más,  no sentí  ni un segundo de compasión por ellos. Siempre me ha causado tremenda alegría cada vez que han caído en desgracia despreciables personajes como Augusto Martínez Sánchez, Faustino Pérez, Carlos Aldana, Roberto Robaina, Carlos Lage y Felipe Pérez Roque.
Cuando Raúl Castro hizo una limpieza implacable en el Ministerio del Interior ¿alguien puede imaginar que toda esa ralea de sicarios ganaron un concurso de simpatías conmigo? La verdad es que no hubiera derramado ni una solitaria lágrima si los hubieran fusilados a todos.
Nunca olvidaré un Email que recibí hace unos años para que firmara en una lista pidiendo la libertad del General Patricio de la Guardia. El remitente jamás volvió a escribirme desde el instante en que le respondí: “Envíame  otra relación de patriotas pidiendo GUILLOTINA para él y la firmo”. 
Por embarque de Fidel Castro  murieron en Angola el General Raúl Díaz Argüelles,  y en Bolivia cayó el Comandante Gustavo Machín, y a mí que diablos me importa.  Eliminaron a los generales Enrique y Rogelio Acevedo y yo digo: ¡Me alegro en el alma!...  Es más,  la verdad es que a estas alturas ¡ni Camilo Cienfuegos es santo de mi devoción!..