¡WOW, NEGRO VIEJO CONGRESISTA ENCAPUCHA’O!

sábado, 31 de marzo de 2012

¡WOW, NEGRO VIEJO CONGRESISTA ENCAPUCHA'O!
(3-30-12-5:00PM)
El Congresista demócrata Bobby Rush, monta un show en la Cámara de Representantes. ¿Se imaginan los lectores que clase de escándalo se hubiera formado en la prensa liberal si a uno de los Congresistas cubano-americanos se le hubiera ocurrido llevar al hemiciclo el caso del crimen cometido contra la pareja de jóvenes cubanos, asesinados a sangre fría por tres jóvenes negros, para robarles?
Si uno de los nuestros se hubiera aparecido luciendo nada más que un pullover con los nombres de los jóvenes asesinados,     Julián Soler y Kennia Durán, los gritos de ¡racista!, se hubieran oido en todos los confines del planeta tierra. ¿Entonces porque tenemos que soportar en silencio esta muestra de racismo revertido?
¿Por qué cuando a un blanco le ocurre algo, se dice "a Mr. Fulano, le hicieron tal cosa", pero cuando le ocurre el percance, el crímen, el abuso e inclusive, aún cuando se actúa en defensa propia, envuelve a un negro lo que se dice y publica es "a nosotros los negros nos hicieron tal cosa"? (Pie de foto de Nuevo Acción)
Por Andrés Pascual
Hay espectáculos a los que el calificativo de ridículos no les ajusta, por ejemplo, un congresista demócrata de raza negra, que no tiene 17 años, se quitó el saco en plena sesión y quedó en abrigo deportivo "con capucha", como el que llevaba Trayvon cuando el vigilante lo mató.
¿Qué significa eso como protesta? Un individuo puede buscarse un tiro por esa gracia y un congresista que lo boten ese día de la sesión, pero lo común es que un infeliz sea asesinado por un reloj, por un auto o porque le dio la gana al "encapuchado". En este país, por circunstancias especiales, las reglas de juego lo cambian todo y el problema es político social.
Ya los negros no saben qué hacer para apropiarse del espacio protagonista y cualquier jugada sucia y peligrosa camina.
Es como una batalla por la zona de influencia en el país, pero ellos lo El acto desobediente de la directiva que sanciona que, a la sala congresional no se puede acceder con la cabeza cubierta, fue más que eso, fue un reto a la conducta civilizada con un llamamiento al uso práctico de lo que ya es un símbolo empleado como "elemento de ayuda para perpetrar un crimen", por como protege la identidad de delincuentes y asesinos la capucha, hermana menor del pasamontañas, que se puede ver en televisión también cuando roban y matan, por lo general, individuos de raza negra.
Es increíble que una prenda de vestir pueda convertirse en controversial por su uso para delinquir, sin embargo, por lo útil para los malhechores, por como se erige en un parcial elemento de penumbra que dificulta apreciar el rostro asesino y por la rutina con que lo hacen, no hay otro modo de verlo.
La controversia interna de la sociedad americana no es entre liberales y conservadores, sino entre lo bueno y lo malo para cualquier sociedad, porque el enfrentamiento es entre antiamericanos y patriotas, por extensión, entre comunistas y demócratas.
Como que la reacción agresiva que quiere destruir a los Estados Unidos y engullirse al mundo cuenta aquí con una mayoría mucho más que generosa de la llamada minoría negra, con su revanchismo, con su odio al blanco y con su instinto vandálico para sus objetivos, pues la posibilidad de una guerra racial casi oye la conversación.
Con el aliento que les da tener un presidente antiamericano negro, racista de supremacía por convicción académica (nunca olvide a Jeremiah Wright), los negros americanos, apoyados por un sector blanco que odia a su raza y a su país por autoimposición, están construyendo el teatro de una confrontación anunciada, que se ha logrado mantener en relativo silencio durante los últimos 40 años, hasta que a "un negro mayor de edad", político de profesión, se le ocurrió asistir al Congreso ocultando subrepticiamente debajo de su saco, en el mejor estilo del criminal callejero,  la prenda maldita, para restregarle en el hocico a todo el mundo que "el hacha fue desenterrada" y no hay otra forma de verlo.