LAS AURAS TIÑOSAS ESTÁN DE FESTÍN
sábado, 28 de enero de 2012
LAS AURAS TIÑOSAS ESTÁN DE FESTÍN
OTRO OPOSITOR MUERTO POR HUELGA DE HAMBRE
(1-20-12-5:00PM)
Ha muerto Wilmar Villar Mendoza, preso de la tiranía raulista. Hizo una huelga de hambre real que le costó la vida. Su nombre engrosa una ya larga lista de víctimas que encabeza Pedro Luis Boitel. Los que nunca hacen nada efectivo por defender a los que están en las cárceles, ahora saldrán a la palestra a llorar hipócritamente la muerte de otro opositor en una cárcel. Vendrán los bellos escritos ensalzando las cualidades patrióticas del muerto; no faltará la poesía o el exaltado que proponga el levantamiento de una estatua en Miami. Las eternas plañideras se rasgarán los vestidos y los sitios de internet se llenarán de artículos de los que aprovechan el sacrificio ajeno para sobresalir, pero, casi ninguno de ellos hará nada por evitar que otros hermanos nuestros corran la misma suerte.
Porque se hace imperativo reconocer que los asesinos actúan con tanta impunidad gracias a la pasividad de sus supuestos enemigos. Hoy urge denunciar a los asesinos, pero también poner en la picota pública a los que Martí calimbó con su palabra, cuando afirmó que "Ver en calma un crimen, es cometerlo".
Wilmar murió siendo casi anónimo. Los medios locales no le prestaron la menor atención a su huelga. Este no obtuvo ni una milésima del espacio que le dieron a otros huelguistas privilegiados de los medios del exterior y del régimen castrista, que le permitían visitas y conferencias de prensa diarias con el exterior. A Wilmar no lo llamó ningún canal, ni la policía permitía que sus amigos lo visitaran en el hospital.
Ahora vendrán los agoreros y repugnantes pajaracos negros a tratar de alimentar sus egos con los despojos mortales de otro cubano digno. Las auras tiñosas de este exilio, que no se apiadan de los luchadores y que--como están haciendo con Ivonne Malleza y su esposo--solo esperan que este matrimonio, en huelga de hambre en las cárceles del Raulato cumpla con lo prometido y lleven su huelga de hambre hasta las últimas consecuencias, sin mover un dedo, ni gastarse un centavo para lograr que el mundo sepa de sus sacrificios, para entonces erigirse en sus voceros y los defensores de sus deudos, para obtener publicidad a cuenta del sacrificio de los que pierden la vida.
¡Buitres carroñeros asquerosos! ¡Falsos patriotas de pacotilla!. Tengan esta vez un poco de pudor y callen ante los despojos mortales de otro cubano que entregó su vida, sin que desde aquí se hiciera lo mínimo para tratar de salvarle, de la única manera que se puede lograrlo: Con una movilización masiva y una campaña a nivel internacional.
Nosotros por nuestra parte, guardaremos un silencio respetuoso y rumiaremos el dolor de no haber hecho lo que se imponía. ¡Que callen los discurseros y los despedidores profesionales de duelos! Que las campanas de la patria están doblando a muerto y las auras tiñosas no pueden manchar con su tiña, una sagrada memoria, ni debemos permitir que se alimenten de sus entrañas.
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