SEÑORA, ¿POR QUÉ NO ACEPTÓ EL INTERCAMBIO DE OPINIONES?
viernes, 16 de diciembre de 2011
SEÑORA, ¿POR
QUÉ NO ACEPTÓ EL INTERCAMBIO DE OPINIONES?
(12-13-5:50PM)
Por
Andrés Pascual
Dicen que fue
Joseph Goebbels, el periodista y escritor que logró convertirse en Ministro de
Propaganda del Tercer Reich, quien acuñó la frase de “una mentira repetida
termina creyéndose como una verdad demoledora”; sin embargo, antes que él, Lenin
y Stalin lo habían aplicado con el éxito relativo que encierra y dije relativo,
porque para que pueda cumplirse “el postulado goebeliano”, se necesita la
estructura dictatorial absoluta con que contaron los nazis y los bolcheviques.
En las sociedades
democráticas no funciona la mentira impuesta bajo concepto de “no selección
alternativa”, porque dada la posibilidad de oposición política legal, siempre
tendrá al frente, quien ose engañar al pueblo, el cuestionamiento que puede
emplear los medios legales para responder.
En tiempos de
relativa paz y bajo garantías de democracia, sin embargo, en los propios Estados
Unidos existe un público capaz de asimilar la mentira bajo jurisdicción de la
envidia, del revanchismo o de las bajas pasiones por lo que la llegada a la
“Casi Blanca del Califa ¿Hawaiano?” resultó un caso sospechoso, acorde con los
tiempos, en el que el circuito de la Media, el gremio artístico y el dinero de
reaccionarios de ambos partidos locales, más el proveniente de grupos del
exterior, más sospechoso aun, de rancio antiamericanismo, se confabularon para
imponer y mantener la mentira como divisa única del partido y del presidente en
funciones, públicamente y sobre los más sensibles asuntos incluso.
Leí en Nuevo
Acción que el director del sitio, Aldo Rosado, retó a un intercambio de
opiniones a una dizque empleada de la Biblioteca Nacional, de nombre Rosa
Cristina Báez, (foto de la izquierda)con el objetivo de exponerse entre
sí, de forma pública, los argumentos suficientes que demuestren quién tiene la
razón por lo que plantean ante el caso cubano.
A la manera de
siempre, la señora se huyó, no sin antes dejar la estela de ofensas a que
acostumbran estos elementos cuando tiene que enfrentar desde el lado libre e
independiente, la opinión que no pueden contradecir.
“Doña Rosita”
empleó la frase que se instauró en Cuba desde que el propio tirano, en 1960,
concluyó la polémica Valdespino-Carlos Rafael Rodríguez cuando el estalinista
hijo del administrador de un central villareño, tampoco pudo aportar razones
sobre la superioridad del comunismo sobre el capitalismo ni fotos que lo
ayudaran: “pagado por la
CIA, o por los
imperialistas”.
Claro, cualquier
esbirro del nivel que sea dice en Cuba lo que quiera; porque son los únicos con
total inmunidad y garantía, además, solo ellos pueden utilizar los medios como
radio, televisión o el pasquín-libelo de propaganda que llaman Granma, cuya
sucursal en la Bahía de Biscayne es más amplio y de mejor edición.
Así que en Cuba es
común que Mariela Castro, ambos tiranos, Alarcón, incluso Rosa, digan que un
disidente es un “mercenario de la CIA”, un traidor o un asesino, pero no son
capaces de darle a conocer al pueblo lo que el acusado dijo en su blog o por
teléfono que los molestara tanto.
Una barbaridad,
pagada por el imperialismo o por la mafia de Miami, podría ser que a una familia
de un municipio la desalojaron; o que en otro, desde hace mas de 6 meses, no
venden un alimento indispensable para la niñez y ni explicaciones dan; o que en
Mazorra dejaron morir de frío a un grupo de enfermos y los engavetaron como a
zapatos viejos; o que, en medio del juicio a Posada Carriles, un par de turistas
sexuales asesinaran sádicamente a una menor en Oriente, prostituida por efectos
del hambre; o que un ingeniero vende papalotes en una esquina de cualquier lugar
para poder comer.
Esos son los
comentarios que provocaron la Ley Mordaza y el calificativo público de traidores
a Cuba a quienes los han dado a conocer; que provocan también que “Polilla”
(debería ser cucaracha), ataque a Aldo como ha hecho.
Rosa no puede
entrar en una controversia con Aldo Rosado, porque el luchador anticastrista
utiliza el medio que pondrá en el aire sus verdades con argumentos y fotos
demoledoras.
Esa es la razón
por la que, desde el propio Tirano I, no se aceptan controversias políticas de
oposición, sino que prefieren salir con el rabo entre las piernas y ofendiendo
como uno de los recursos, porque también están la condena bestial a prisión y el
fusilamiento criminal
Para destruir la
mentira castrocomunistas; para deshacer con un par de preguntas cualquier
opinión hasta del propio tirano moribundo o del hermano, no se necesita un
erudito en política, sino un negrito “disponible” que, ahora mismo, no sabe cómo
va a darle de comer a sus hijos, o la esposa, que sufre tanto como él.
Claro, Rosa “la
Cucaracha” escribe bajo opción de “lo mío sin réplica” y no se le puede comparar
con Goebbels por la inteligencia del teutón.
El caso es que,
posiblemente, esta “mercenaria del crimen, la mentira y la explotación”, sabe
todo lo que es verdad; pero la defensa de la módica posición económica bajo
control que tiene, aunque superior al resto de la población, la unge al yugo.
Este tipo de
papagayos de vieja factura en tiranías dictatoriales, por lo general no son
inteligentes, sino pícaros y oportunistas, de modo que quien asista a la
Biblioteca Nacional a leer El Elogio de la Locura, de Erasmo, tiene que
cerciorarse bien si Rosa le dice que el libro no está en existencia, no vaya a
ser que lo hubiera buscado en la sección de higiene mental en vez de literatura
universal…
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