REVISTA BRASILEÑA VEJA REVELA LA LUCHA SECRETA DE #chavezconcancer
viernes, 16 de diciembre de 2011
REVISTA BRASILEÑA VEJA REVELA LA
LUCHA SECRETA DE CHÁVEZ
CONTRA SU CÁNCER
(12-13-11-9:20AM
Hinchazón y cansancio / El presidente participa en una
ceremonia militar en
Caracas,
el seis de noviembre. Cáncer de próstata con metástasis en los huesos y un tumor
maligno en el colon
La revista semanal brasileña
Veja es la más importante de América
Latina y una de más importantes
del mundo. Desarrollar un tema
como el que a continuación les traemos les toma un mes en promedio. Por la
importancia del tema y la precisión en sus referencias, creemos que su lectura
ayudará a comprender la encrucijada en que se encuentra el presidente Chávez, su
gobierno y el país.
Lea a continuación el trabajo de Veja en traducción libre de
lapatilla.com:
La lucha secreta de Chávez contra el cáncer
El presidente venezolano declaró estar curado
del cáncer, sin embargo,
fuentes en su país afirman que no puede sobrevivir hasta las elecciones del 2012
Hace un mes, el presidente venezolano, Hugo Chávez besó la
imagen de yeso del médico José Gregorio Hernández (1864-1919),
idolatrado como un santo en su país, agradeciendo la “curación” de su
cáncer. Pantomima. La foto de arriba, hecha dos semanas atrás, muestra otra
realidad. El rostro hinchado, la piel reseca, la falta de cabello y el aspecto
cansado componen el retrato de un hombre enfermo, muy enfermo. “ Su apariencia
muestra que el tratamiento continua, y que el cáncer está activo o podría volver”,
dice el oncólogo Ademar Lópes de São Paulo. Ese criterio es reforzado por una
serie de informes detallados de la evolución
del cáncer de Chávez, generados
por fuentes en Venezuela,
a los que la revista Veja tuvo acceso.
Según estos informes, Chávez no sólo sigue enfermo, sino que
su cuadro clínico se complica cada día que pasa. El cáncer, que estaba restringido
a la próstata y al colon, hace tiempo se esparció, con metástasis en los huesos.
Las Fuentes en
Venezuela, apoyadas en exámenes médicos, afirman que Chávez viviría poco más de
un año. El tirano que gobierna a Venezuela por doce años, presiente con amargura
un crepúsculo anticipado. En las elecciones presidenciales de octubre del año
próximo, Chávez podría no estar presente.
El primero en alertar al propio Chávez sobre la gravedad de
su problema de salud fue un médico español, en enero pasado.
Para entonces, Chávez ya
convivía hace más de un año con síntomas que indicaban la existencia de un tumor
en la próstata. A pesar de ello, el venezolano postergó la realización de los
exámenes sugeridos. En mayo, el primer síntoma indicando una salud frágil, ya
era visible. Chávez apareció en público apoyado en una muleta.
La versión oficial aseguraba que la causa real era una lesión
en la rodilla. Pero la dificultad para caminar tenía otro motivo, según las
informaciones obtenidas por Veja la razón era un avanzado estado de cáncer en
los huesos. Al mes siguiente, Chávez fue internado en un hospital en la Habana
(Cuba)
para extirpar el tumor en la próstata. La cirugía, no recomendada para casos de
neoplasia en esa glándula con metástasis, puede haber sido un error médico
gravísimo que aceleró la propagación
del cáncer. Una segunda cirugía se realizó a los diez
días conforme aseguró Chávez. Desde ese momento en adelante, la terapia fue
dirigida por médicos europeos, con equipos importados. Los cubanos fueron
relegados al papel de observadores.
La imagen hinchada de Chavez en los últimos días, con la
quijada hundida en el pecho, puede interpretarse
como un síntoma de que el tumor
de próstata ya habría alcanzado el recto, (la parte final del intestino)
comprimiendo las vías urinarias, o
como efecto de los esteroides usados en la quimioterapia.
El urólogo, Fernando Almeida, de la Universidad Federal de São Paulo y los
oncólogos Sergio Azevedo de la Universidad Federal de Rio Grande del Sur y
Samuel Aguiar Jr, del Hospital A.C. Camargo de São Paulo, hicieron un análisis
crítico de los informes obtenidos por Veja. Según los especialistas, algunos de
los procedimientos citados no se aplican en los casos regulares de un cáncer de
próstata. Los tumores originados en esta glándula, por ejemplo, no requieren
quimioterapia, y Chávez ya enfrentó cuatro sesiones.
Según fuentes venezolanas, el uso de la quimioterapia se debe
a la apareción de un cáncer de colon, que perforó la pared
del intestino y provocó una
infección. El tumor en el colon también explica la segunda cirugía. La
posibilidad de que surjan dos tumores simultáneamente es rara pero no imposible.
Dado que los síntomas fueron menospreciados por más de un año, las células
cancerosas de la próstata se esparcieron hasta los huesos, lo que fue detectado
en un análisis citológico.
En agosto, los médicos concluyeron que el tratamiento en dos
frentes, con quimioterapia y radioterapia había fracasado. Se consideró entonces
la transferencia de Chávez para un centro oncológico en Europa. Chávez se negó y
en septiembre realizó una serie de sesiones en La Orchila, donde se ubica la
casa de playa presidencial.
A finales de octubre, Chávez tomó un decisión sorpresiva,
según las fuentes de
Venezuela. Al tanto de la gravedad de su enfermedad, prefirió no someterse a un
tratamiento más agresivo, que con seguridad lo retiraría de la actividad pública.
Optó por recibir entonces una terapia más leve. Sin embargo, tuvo que abandonar
su programa dominical, Aló Presidente y los discursos interminables. Ahora,
difícilmente sale de Caracas.
Previendo no participar en las elecciones de octubre por
razones de salud, Chávez ha escogido
como sustituto al canciller
Nicolás Maduro, el único integrante del gobierno que conoce toda la verdad sobre
la enfermedad del jefe. En el 2012, Maduro se topará con una oposición
fuerte y organizada.
Siete candidatos que están en sus 40 años participarán en las
primarias de febrero para escoger el candidato que enfrente a Chávez. A pesar de
que la enfermedad ha elevado la popularidad
del gobierno en 8 puntos
porcentuales, esta empatía no se ha expresado en apoyo político, pues para un
52% de los venezolanos, el ganador preferido de la próxima contienda electoral
será un opositor.
En la Habana, Chávez fue tratado en el Centro de
Investigaciones Médico Quirúrgicas (Cimeq). Estas camas están reservadas a los
miembros del Partido Comunista, militares y artistas
del país. A pesar de ser
considerado el mejor de la isla, el Cimeq cuenta con tomógrafos con diez años de
uso y otros equipos considerados pequeños “frankensteins”, armados con piezas de
equipos viejos, holandeses y franceses.
Hace tres años un cardiólogo del Cimeq tuvo un tumor en el
páncreas y vino a tratarse en
São Paulo. Sus gastos fueron
cubiertos por el gobierno de la isla. Un telegrama de la misión diplomática
americana de 2008, divulgado por Wikileaks, afirma, que el jefe del Cimeq, un
neurocirujano, viajó a Inglaterra a operarse un ojo y desde entonces, regresa
periódicamente para su control.
Como presidente del país con la
quinta mayor reserva de petróleo en el mundo, Chávez encontraría tratamiento
adecuado en su propio país. O podría seguir el ejemplo del paraguayo Fernando
Lugo, quien trata su cáncer linfático en el Hospital Sîrio-Libanes de São Paulo,
desde el año pasado.
A principios de julio, el Canciller Nicolás Maduro vino a
Brasil para consultar a médicos brasileños y preparar un posible viaje de Chávez.
El precio a pagar implicaría seguramente, revelar los detalles de la enfermedad,
por lo que el asunto no permanecería en secreto.
En una democracia consolidada, los secretos prácticamente no
existen. La lucha de la presidenta Dilma Rousseff y ahora
del ex presidente Lula son
conocidas en detalle por los brasileños. Chávez se refiera a su enfermedad del
mismo modo como administra su país: sin transparencia e ignorando los signos de
deterioro. El año pasado la inflación fue
del 28% y el PIB cayó 1.5%.
Caracas tiene la mayor tasa de
homicidios de América
Latina,
112 muertos por cada 100 mil habitantes.
Los caricaturistas son arrestados por hacer una simple broma.
Dispuesto a acelerar lo que él considera ser una revolución sin precedentes y
enamorado de su propia infalibilidad, Chávez acudió a la ideología y a la
medicina cubanas. Con ello no curó a su país ni a sí mismo.
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