¿QUIÉN PODRÁ COMPRAR UNA CASA AQUÍ?
lunes, 7 de noviembre de 2011
¿QUIÉN PODRÁ COMPRAR UNA CASA AQUÍ?
(11-6-11-5:00PM)
Por Andrés
Pascual
Ayer, en el Telediario de las 3 de la tarde, Televisión
Española transmitió desde La Habana algunas reacciones populares con respecto a
la "reforma a la ley de vivienda", por lo general, se referían al beneficio que
significaba poder comprar o vender un inmueble habitacional sin "bolsa negra",
especie de trampas para evitar no solo perder lo invertido, incluso la propiedad,
sino pendiente de tener que enfrentar una causa judicial. La famosa permuta
encabezó durante más de 40 años el único modo de adquirir un cuarto o una casa
de la que no se podía ser dueño, sino un inquilino de factura extraña (usufructuario
gratuito) de un solo propietario comprobado, con participación de terceros
encubiertos. Claro que el MININT conocía el asunto, sin embargo, ciertas cosas
han sido de utilidad para la tiranía a la hora y en el momento en que se ha
hecho necesario contentar miserablemente a la población para mantenerla "integrada"
o, por lo menos, tranquila; a fin de cuentas, no eran movimientos "contra la
seguridad del estado".
Una señora de la tercera edad dijo: "...esto es muy bueno,
después viene la otra reforma y la otra y...así", por el estilo, 9 de 10
respuestas conformistas con base en la esperanza, que renace como el Ave Fénix,
porque ni eso había en Cuba y, definitivamente, en momentos de crisis de
identidad por la confusión que tienen los que creen que se está produciendo un
giro a la economía de libre mercado, es una buena curita con mercuro cromo ante
lo que exige una radical absoluta. Sin embargo, la honra la salvó un individuo
que no respondió, sino que preguntó, ¿Quién se podrá comprar una casa aquí? para
después afirmar rotundamente, "el que no tenga familia en el norte o no robe, no
puede comprar una casa...", el individuo no lo dijo, pero, en la categoría
ladrones, se tiene que incluir a todo el circuito dirigente de cualquier nivel...
El problema de la llamada reforma a la ley de la vivienda
tiene un objetivo encubierto, como las proposiciones de los dealers aquí,
escrito en letras muy pequeñas: la noticia que circula en los medios de prensa
internacionales, que salen desde La Habana y se publican sin editar, es vender
esa política, sucia e indecente, para que haya quienes crean que todo el mundo
se va a comprar una casa o un auto.
La tiranía no va a construir casas para vender como no sean
las del programa a millonarios no cubanos; tampoco le dará asistencia a quien
compre una ruinosa para que la arregle ni dinero para poder adquirirla a quien
lo desee, por lo que hay que seguir robando, a riesgo de que se la quiten con
todo lo que tenga; los extranjeros que pueden comprar deben ser residentes en
Cuba; solo se podrán comprar dos, una para vivir y otra para "la playa"... ¿En
qué playa?
¿Quién se podrá comprar una casa en
Cuba? el que tenga familia en
"la comunidad", que puede ser el que la arregle también; pero no todos, que allá
viajan un 80 % de "balseros, hombres nuevos no exiliados" que lo hacen como
mulas de agencias, o vendiendo hasta los bloomers y los calzoncillos, además de
las libras con una comisioncita sobre el dinero de terceros, luego de 12 horas
detrás de una caja registradora en Sedanos o en otro tipo de trabajo peor
remunerado. La confabulación para estafar agencias federales, o vigilar y
atender el cultivo de mariguana en casas-hidropónicos, cuyas rentas son pagadas
por barones de la droga, es otra opción muy llamativa, aunque no lucrativa;
después, a quejarse de los problemas del capitalismo, en Cuba y aquí.
¿Cuántas casas se podrán comprar, dos? No, la dictadura sabe
bien como va a funcionar eso: si son elementos delincuentes de alto voltaje por
acá, nunca capaces de identificarse como contrarrevolucionarios y fáciles de
integrarse a las turbas en defensa de los viajes, las remesas y los intercambios,
que hayan podido atesorar pequeñas fortunas acorde con el concepto que tiene
esta gente del término, la posibilidad de que adquieran todos los que puedan
para lucrar es real, porque una batería familiar de los que hagan falta se
responsabilizará con la aceptación de la propiedad más el pago y funcionarán
como los "encargados" de cada inmueble, que recibirán un diezmo como "cuentapropistas",
empleados por los nuevos magnates urbanistas de la propiedad robada durante el
transcurso de 52 años. El éxito de la tiranía estriba en que una parte
considerable de la población "volvió a creer en Fidel y Raúl", con lo que
ratifican la verdad de la referencia a ese tipo de elemento que hicieran tanto
el comunista cubano y yerno de Carlos Marx, Pablo Lafargue, cuando Martí le
solicitó apoyo (se lo negó) de la Internacional para la causa independentista, o
la actriz dramática Sara Bernhardt, en alguna ocasión, de que, "son pueblos de
indios con levita, gente de café con leche". Ya se sabe que no es “un pueblo”,
sino parte de este, lo peor y más indigno de llamarse cubano ante la historia,
incluyo a Lafargue a más de 150 años de distancia de los acontecimientos.
En ningún momento han considerado la devolución de las
propiedades robadas con carácter retroactivo; es decir, las casas que usurparon
de mil formas, una de ellas, por abandonar Cuba; sin embargo, a partir de ahora,
dicen, quien se vaya (y está por verse) definitivamente, puede dejársela a un
familiar o a quien la haya habitado por cinco ó más años, pero tienen que volver
a pagarla desde cero.
Están planeando otra reforma con la que pretenden asegurar el
dominio absoluto, por 50 años más, para sus descendientes; esta, de carácter
migratorio que, posiblemente, se haya concebido relacionada con la de vivienda,
para hacer los ajustes que le permitan la operación a los miembros de la "Comunidad
Económica en el Exterior" sin sobresaltos con los americanos, pudiera ser que el
Califa de la Casa Blanca conciba otras "disposiciones" acordes con las de la
tiranía para que se pueda materializar la operación de la dictadura; a fin de
cuentas, sería otra forma de violar el embargo de tantas en función que da asco.
Lo único que tiene detrás
todo este movimiento de "reformas", además de desviar la atención internacional
del modo absolutista de control de la propiedad que nunca se concederá, es
depositar en los hombros del elemento delincuente de aquí, emigrado bajo
condiciones abiertamente económicas o de agitación incluso terroristas que
responden al castrismo, que salen hacia acá solo porque pueden regresar cuando
les de la gana, el mantenimiento de una parte pequeña de la población (familiar)
que, porque emplearán a la vez a una cantidad relativamente amplia del sector
laboral en paro, al convertirse en esclavos de "otra nueva clase dentro de la
vieja", elimine toda la responsabilidad que, como gobierno, tienen esos
criminales que cumplir con el pueblo.
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