Posada Carriles: MI TRABAJO

viernes, 25 de noviembre de 2011

DE LOS ARCHIVOS DE NUEVO ACCIÓN
EL PORQUE DEL ODIO ACÉRRIMO DE LOS CASTRISTAS CONTRA POSADA CARRILES
(11-23-11-5:00PM)
LA HISTORIA EN LA MEMORIA
  MI TRABAJO
Por Luis Posada Carriles
Venezuela es un país muy rico y el dinero bien empleado trae tecnicismo y adelanto. La Policía había mejorado increíblemente. Cursos en el exterior, instructores bien pagados, más la adquisición de costosos pero altamente eficientes equipos para interceptar teléfonos, para “sonorizar” habitaciones con transmisores ocultos, la adquisición de patrullas motos, y sobre todo, suficientes recursos económicos para establecer redes de colaboradores en hoteles, restaurantes, vehículos de alquiler, etc, apoyaban nuestras operaciones, situando a determinado “cliente” en una habitación de hotel previamente “sonorizada” o dirigiéndolo a una mesa “trabajada” en el restaurante. El más costoso, pero también el más fructífero de los departamentos era el de “control y manipulación de fuentes vivas” o informantes. Las áreas de interés del Cuerpo, como eran los grupos subversivos de izquierda, los militares de tendencias golpistas, grupos políticos y financieros, determinados personajes y cualquier sector de la población que resultara interesante para el gobierno, eran penetrados e infiltrados por nuestros agentes que reclutaban, la mayoría de las veces, personas cercanas o en íntimo contacto con el objetivo,
Sin embargo, una idea fija ocupaba mi mente: combatiría hasta el final a los enemigos de mi patria,  en aquel tiempo, los cubanos castristas y sus aliados los rusos., Con la capacidad operativa y financiera que me daba mi alta posición en el Cuerpo (léase DISIP) pude desarrollar operaciones de  captura contra
  Arnaldo Ochoa Sánchez y Leopoldo Cintra Frías,(en las fotos a la izquierda de este párrafo)  contra Tomassevich, en la actualidad general y contra otros cubanos que habían penetrado al país y que, junto a los guerrilleros venezolanos, esparcieron el odio, la sangre y el terror tratando de derrocar al gobierno legalmente constituido. Mandé interceptar los teléfonos de la agencia de noticias cubana Prensa Latina, de su director y agente de la DGI (Dirección General de Inteligencia cubana), un chileno de apellido Pineda y pude clasificar a algunos periodistas venezolanos que le hacían la corte al régimen de La Habana.
También trabajé con intensidad contra los rusos, recién instalados en el país. Bajo mi control estuvieron las operaciones que se efectuaron contra el oficial; de inteligencia de la embajada, Gravichenko. Este oficial estuvo penetrado por un agente nuestro por más de dos años. Por esta penetración pude saber la petición de información de mis actividades y un estudio sobre mis costumbres que le hicieron al ruso los servicios de inteligencia cubanos: éste se lo transmitió a nuestro agente venezolano, quien a su vez me lo transmitió a mí. Solamente hay una razón para que un servicio de inteligencia como el cubano solicite información sobre la “rutina” o “costumbres” de determinada persona: una “operación castigo”, es decir, una atentado con miras a la eliminación física.
Muchos esfuerzos había puesto Cuba en el entrenamiento e infiltración del grupo subversivo Punto 0.
Poco duró la esperanza cubana, cuando sus efectivos fueron muertos o encarcelados al enfrentar nuestras fuerzas con la consecuente eliminación de la unidad guerrillera. Ahora Cuba pretendía pasarme  el recibo de mi actuación en esos sucesos, atentando contra mi vida.
La DISIP se estructuraba en Divisiones; el Cuerpo se hacía más efectivo y cada vez las operaciones eran más profesionales. También el enemigo había mejorado. Las guerrillas eran más reducidas, y, por lo tanto, más difíciles de detectar. Su arma principal era la emboscada a las fuerzas del ejército y operaciones con fines económicos, como los secuestros de ganaderos. Los principales jefes guerrilleros como Douglas Bravo y Carlos Betancourt, bajaron de las montañas a las ciudades. (De su libro: “Los Caminos del Guerrero”)-Publicado en la edición del martes 23 de enero del 2007)