A MEDIO SIGLO DEL ABISMO LA CRISIS DE LOS COHETES DE OCTUBRE 1962: GARANTÍA DE LA REVOLUCIÓN-VII

viernes, 4 de noviembre de 2011

A MEDIO SIGLO DEL ABISMO
LA CRISIS DE LOS COHETES DE OCTUBRE 1962: GARANTÍA DE LA REVOLUCIÓN-VII
(11-2-11-5:10PM)
Por Diego Trinidad, Ph. D 
ANÁLISIS Y CONCLUSIONES
Aún desde antes del 28 de octubre, cuando Khrushchev aceptó la retirada de los cohetes de Cuba, ya éste había comenzado su proceso de racionalización sobre el resultado. Hasta durante la reunión en Moscú en la mañana del 28 donde se formalizó el final de la crisis, Khrushchev ya había comenzado a decir que el hecho que Kennedy había “prometido” no invadir a Cuba constituía una “victoria” para Rusia.  Y desde entonces eso siempre fue lo que repitió hasta la náusea que había sido la razón de colocar los cohetes en Cuba en primer lugar. Ahora sabemos muy bien la verdad: que toda la Operación Anadyr fue una gran jugada estratégica para terminar la Guerra Fría con Rusia de árbitro final en el mundo. 
Ésta siempre fue la versión aceptada por todos, hasta por los miembros del Presidium cuando depusieron a Khrushchev en un golpe de estado sin derramamiento de sangre en noviembre de 1964.  La razón principal que se ofreció para “retirar” a Khrushchev y substituirlo por Leonid Brezhnev fue que Khrushchev había estado considerando “esquemas de cerebro de liebre” (hare-brained schemes) en el caso de Cuba, muy convenientemente olvidando que todos los miembros del Presidium, incluyendo a Brezhnev, habían votado a favor de Anadyr.  De manera que ya por fin se puede decir por qué los cohetes fueron colocados en Cuba50.
Sin embargo, también hubo otra razón ya olvidada. Ésta fue la necesidad de “mantener a Cuba quieta”, algo que a través de los años republicanos en la isla, desde su independencia en 1902, había sido siempre la consideración primordial de la política de EU hacia Cuba. En 1962, esto se convirtió una vez más en la razón principal de Castro de aceptar no sólo los cohetes, sino de mucha mayor importancia para él y los dirigentes del régimen, las 50.000 tropas rusas que vinieron con los cohetes.  Esta masiva presencia militar rusa le permitió a Castro concentrar sus tropas y milicias en las montañas del Escambray y “limpiar” a los alzados de la zona, nada más y nada menos que mediante otra “reconcentración” parecida a la implantada por el infame “carnicero” Valeriano Weyler durante la Guerra de Independencia cubana en 1895-1898. Esta nueva reconcentración de campesinos en el Escambray no produjo tantas muertes, pero fue igualmente eficaz en eliminar la resistencia en el área para siempre. Solamente gracias a la presencia rusa en Cuba esto pudo ser logrado.51
Sólo queda analizar el arreglo entre Kennedy y Khrushchev que puso fin a la Crisis de Octubre.  Para eso es necesario citar la carta de Kennedy a Khrushchev fechada en Washington, el 23 de octubre de 1962 a las 8:05 de la noche.  El tercer párrafo dice: (1) “Usted acordaría retirar estos sistemas de armamentos de Cuba bajo la apropiada observación y supervisión de las Naciones Unidas; y encargarse, con las debidas salvaguardas, de poner fin a nuevas introducciones de tales sistemas de armamentos en Cuba”.  El cuarto párrafo lee: (2) “Nosotros, por nuestra parte—bajo el establecimiento de arreglos adecuados a través de las Naciones Unidas para asegurar que estos compromisos se continúen y se lleven a cabo—(a) eliminar prontamente las medidas de cuarentena ahora en efecto y (b) dar garantías (assurances) contra una invasión de Cuba y yo estoy confiado que otras naciones del Hemisferio Occidental estarían preparadas para hacer lo mismo”.52  Esto es todo. Por estas efímeras palabras, el régimen de los hermanos Castro se garantizó en Cuba, hasta ahora por 48 años. 
Mucho tiempo después, en 1970, cuando los rusos comenzaron la construcción de una base de submarinos en Cienfuegos, el entonces Secretario de Estado de EU, Henry Kissinger pidió el expediente (record) de los entendimientos Kennedy-Khrushchev.  Kissinger escribió después de revisar ese record: “Emergió que no había ningún entendimiento formal, ni oral ni por escrito”.  De todos modos, continuó: “los soviéticos no habían acordado en 1962 ningún sistema de verificación por la oposición de Castro”.53 Como resultado de la “crisis” sobre la base de submarinos en Cienfuegos, Kissinger se estuvo reuniendo con el embajador ruso Dobrynin por varios dias (a espaldas del Secretario de Estado William Rogers) y durante esas reuniones, después de revisar la documentación sobre los “entendimientos” entre Kennedy y Khrushchev en octubre 1962, Kissinger decidió “reafirmar, clarificar y reforzar” lo acordado en 1962.  Mediante este nuevo “acuerdo” de 1970, “EU obtuvo compromisos rusos de no basar submarinos nucleares en Cuba, mientras que [Rusia] finalmente obtuvo un firme compromiso de EU de no invadir a Cuba”.54  (Aunque algunas transcripciones de las negociaciones entre Kissinger y Dobrynin han sido publicadas, la versión escrita del nuevo documento firmado entre los dos, el cual tiene que haber sido aprobado por Nixon y Brezhnev, nunca ha sido publicado; hasta que eso ocurra, no se sabrá como terminó la Crisis). De manera que se puede decir que, en verdad, la Crisis de Octubre no terminó hasta octubre de 1970 ¡ocho años después de la Crisis de 1962! Claro,  llámese como se le llame, lo que se acordó el 27 de octubre de 1962 entre Kennedy y Khrushchev y se reatificó más “oficialmente—y por escrito—en octubre de 1970, ha sido respetado hasta hoy. EU no ha invadido a Cuba—ni ha permitido que nadie ataque al régimen desde su territorio o desde ningún país de América.  Cuba sigue bajo el régimen de los hermanos Castro y nada ha cambiado en estos 51 años de la revolución cubana.  Sólo el largo tiempo que ha pasado.  Y desgraciadamente sigue pasando.(Continuará)
50 La teoría de la “defensa de Cuba” como la principal motivación de Khrushchev, sin embargo, se niega a morir.  El mismo Michael Dobbs considera—aún después de revisar la evidencia en los archivos rusos—que esa fue la principal motivación, aunque no la única.  Pero ver Graham Allison & Philip Zelikov, Essence of Decision: Explaining the Cuban Missile Crisis (New York: Longman, 1999), pp. 78-109, para una explicación minuciosa de por qué esta conclusión NO es aceptable.  Ofrecen cinco razones totalmente convincentes que invalidan esta teoría, pero por falta de espacio, no es posible incluirlas aquí
51 Trinidad, op. cit., pp. 20-21, 35.  De acuerdo con un reporte del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado “la fuerza soviética-cubana era capaz de suprimir cualquier rebelion interna”.  Interim Report, Senate Committee on Armed Services, U.S. Senate, 88th Congress, 1st Session, Washington, Government Printing Office, 1963, pp. 4, 7
52 Mark J. White, The Kennedys and Cuba: The Declassified Documentary History Chicago: Ivan R. Dee, 1999), p. 236
53 George Will, The Lessons of the Cuban Crisis, Newsweek, Octubre 11, 1982
54 Raymond L. Garthoff, Reflections on the Cuban Missile Crisis (Washington, Brookins Institution, 1989), pp. 140, 145-47.  Ver también Seymour M. Hersh, The Price of Power (New York: Summit Books, 1983), pp. 250-57.  Pero a pesar de que esta vez SI hubieron acuerdos por escrito, todavía se mantienen secretos.  ¿Sabremos algún día que se acordó y por qué se han respetado los acuerdos por casi 48 años?