CUBA,VIGENCIA DE UN REGIMEN MILITAR

viernes, 25 de noviembre de 2011

CUBA,VIGENCIA DE UN REGIMEN MILITAR
(11-22-11-5:10pm)
Por Héctor Julio Cedeño Negrín
En Cuba el partido político más numeroso, no es exactamente, el Partido Comunista (PCC), que según cifras de cierta actualidad, tenía unos cuatrocientos mil asociados. Cada día se perfila con mayor nitidez, que el verdadero partido gobernante, es el Partido de los Militares, formado por los combatientes de la Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior. Este partido rebasa con creces, el millón de militantes y continúa creciendo.  
Para los miembros de esos cuerpos armados es obligatoria la lealtad a la revolución. Este precepto se encuentra consignado, en la constitución de la república y lo contrario, o sea la deslealtad, es considerada, alta traición. Los militantes de este partido ni siquiera pueden votar en contra de cualquier medida o disposición, porque las órdenes se cumplen, no se discuten, por lo que es el partido, de la unanimidad más absoluta. No es un partido donde se pueda ejercer la democracia, que en cierta medida puede ser ejercida, dentro del Partido Comunista de Cuba.  
Los militares pueden ser tipificados como un partido, porque son adoctrinados en torno a una filosofía política; el socialismo y están obligados por la ley, a defenderlo. No podrá conseguir jamás, ni un solo militar, que no proclame su lealtad irrestricta a la revolución y al socialismo, porque expresar lo contrario, aunque sea en privado, le conduciría a la cárcel.  
Este multitudinario partido, impone por decreto, el cumplimiento de sus disposiciones y directrices, a toda la ciudadanía y cada vez con mayor énfasis, el incumplimiento ciudadano, equivale al desacato o a la desobediencia. El desacato y la desobediencia, se penan con grandes multas o condenas a prisión, amén de la llamada peligrosidad social, que se fundamenta en la supuesta predisposición del ciudadano, al incumplimiento de tales directrices.  
Aunque el Presidente de la “República”, se vista con ropas de civil, no dejan de nombrarle por su investidura militar, General de Ejército, que es en Cuba, la mayor jerarquía castrense. Sus viceministros son en su casi totalidad, Generales y copan de igual manera la más alta dirección, del llamado Partido Comunista.  
A diferencia del gobierno de Fidel Castro donde la mayoría, de sus colaboradores, eran civiles. Con Raúl Castro ocurre exactamente, lo contrario. La casi totalidad de sus colaboradores son militares y los civiles han sido desplazados completamente, incluso defenestrados. Estos civiles fueron eliminados, no tanto por su presumida deslealtad, sino por su pretendida independencia, de los militares. 
Estos civiles desalojados, pretendieron el concepto de las democracias occidentales, de que los militares deben estar controlados por un gobierno civil, concepto que incluso poseía, José Martí y que le llevaron a profundas desavenencia con Antonio Maceo. 
La vida de la nación cubana la domina cada vez con mayor definición, el estamento militar, que poco a poco se va convirtiendo en una verdadera casta. Los gobernantes cubanos van sembrando, la diferencia, están asignando una serie de prebendas y gratuidades, que les van separando de la población en general, ahorita se pierde el concepto, de que las fuerzas armadas son el pueblo uniformado.  
Altos salarios, muebles, equipos electrodomésticos, lugares para el esparcimiento e incluso viviendas. Se les brindan a precios módicos o con blandos créditos, a pesar de ser un sector completamente improductivo. Se les asignan autos, motos, gasolina, teléfonos, con cuentas especiales y otras facilidades. Mientras son desempleados miles de trabajadores sobrantes, en diversos centros laborales, se incrementan los miembros de las dependencias militares, especialmente las del ministerio del interior, que esta creciendo vertiginosamente.  
Se obliga al ahorro en otros sectores, pero se aumentan las fuerzas militares y el  gasto por su mantenimiento. En fin, se militariza el país y se le pide a los ciudadanos, sacrificios para que pueda incrementarse la represión contra la población.