EL “ULTIMO JUEVES” TUVO EN HARVARD UN DEBATE EXPERIMENTAL
viernes, 14 de octubre de 2011
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A BUEN ENTENDEDOR...
(10-13-11-10:35AM)
EL
“ULTIMO JUEVES” TUVO EN HARVARD UN DEBATE EXPERIMENTAL
Por Roisin Duffy Gideon-Publicado en el libelo de la tiranía "Cubadebate"
El
programa de Cuba del Centro David Rockefeller de Estudios Latinoamericanos de la
Universidad de Harvard (DRCLAS) acaba de iniciar una serie de paneles titulada
"Último Jueves @ Harvard", que
replica el espacio de
debate auspiciado por la revista TEMAS cada mes en La Habana.
El pasado 29 de septiembre, tuvo lugar la primera de estas sesiones, en
torno
al tema “Desarrollo Social, crecimiento y participación en América
Latina y el
Caribe.” Los participantes fueron Jorge Domínguez, profesor de gobierno
y
Vicerrector de Relaciones Internacionales en Harvard; Ricardo Torres,
profesor e
investigador del Centro de Estudios de la Economía Cubana, en la
Universidad de
la Habana; y Mario Coyula, Profesor de Mérito del Instituto Superior
Politécnico
José Antonio Echeverría y Premio Nacional de Arquitectura de
Cuba.
El público estuvo integrado por un grupo diverso de estudiantes de Harvard,
profesores de distintas universidades y ciudadanos de la ciudad de Boston.
Después de introducir el tema de los debates mensuales que Temas organiza desde
hace casi una década, mediante algunas imágenes filmadas que recogen paneles de
Último Jueves en La Habana, Rafael Hernández, director de Temas y moderador,
formuló la primera pregunta: ¿Qué es el desarrollo social? ¿Cómo definirlo? ¿Existe
un consenso al respecto?
En su intervención, Jorge Domínguez apuntó que el crecimiento económico es
importante, pero no garantiza el desarrollo, y mucho menos el desarrollo
social. Desde este momento, una parte del debate giró en torno a la dicotomía
entre crecimiento y desarrollo.
Ricardo Torres comentó que no existe consenso sobre qué es desarrollo social, y
opinó que los individuos son tanto sujetos como objetos de este desarrollo, en
el sentido no solo material y de la producción, sino de la vida espiritual de
cada persona. En definitiva, el desarrollo social es un concepto
multidimensional.
En su condición de arquitecto y estudioso de los problemas urbanos, Mario Coyula
destacó que el desarrollo implica la justicia social y la redistribución de la
riqueza. Se refirió sobre todo a la importancia de los valores: “Si los valores
no tienen valor, no hay desarrollo.”
Comentó que los valores se encuentran en la cultura, y se requieren para
la
realización completa del individuo. Aunque estos valores culturales son
importantes en el proceso de desarrollo social, Coyula apuntó que, en el
caso de
Cuba, también faltan muchos recursos para proyectos que faciliten ese
desarrollo.
En torno al papel de los recursos en el debate sobre el desarrollo social,
Hernández preguntó: “¿Si hay crecimiento económico, se garantiza que habrá un
beneficio para todos?” Los panelistas coincidieron en que no era así, pues el
crecimiento económico puede beneficiar de manera desigual a los distintos grupos
sociales.
Torres recordó que, entre los costos del crecimiento capitalista, estaba la
destrucción del medioambiente. ”Si nosotros tenemos que hacer una elección entre
crecimiento económico y desarrollo social, estamos perdiendo.”
El moderador recogió el balance del panel sobre este punto afirmando que
el
crecimiento económico era una condición necesaria, pero no suficiente
para el
desarrollo.
Mario Coyula insistió en la participación como aspecto clave del desarrollo
social. La democracia, dijo, debe ser transparente, y materializarse a nivel
local, por lo cual es muy importante lo que pasa en los barrios. En relación con
este nivel local, Rafael Hernández preguntó si la participación necesariamente
exige descentralización del Estado.
Jorge Domínguez coincidió con la relevancia de la participación local en los
barrios y comunidades, y comentó algunas experiencias suyas intentando convencer
a los vecinos de su barrio, Belmont, acerca de la necesidad de priorizar el
mantenimiento de las calles. Ricardo Torres concordó en la centralidad de la
participación para el desarrollo, y la búsqueda de soluciones sociales,no
individuales
Cuando el moderador le pasó la palabra al público asistente, el auditorio
respondió de manera muy activa, mediante preguntas y comentarios. Una decena de
asistentes tomaron la palabra, en torno a problemas como la desigualdad en
América Latina, las diferencias territoriales, entre la capital y las provincias,
e hicieron preguntas específicas sobre Cuba, acerca del papel del trabajo por
cuenta propia en la economía, así como sobre los impactos secundarios que el
propio desarrollo podía acarrear. En sus comentarios a estas cuestiones, los
panelistas abundaron en el tema de la desigualdad.
Jorge Domínguez opinó que la economía y el desempeño democrático mejoran donde
hay más igualdad. Al abordar la cuestión de los pequeños negocios en Cuba,
planteó que la pregunta básica era cómo actualizar la economía cubana. Sostuvo
que siguen existiendo obstáculos para el trabajo por cuenta propia, en
particular la política de impuestos: “No me parece una buena idea penalizar la
creación de empleo; sería conveniente repensar la política fiscal.”
Añadió que la lista de ocupaciones autorizadas para el cuentapropismo no era
suficiente, ni las más adecuadas, porque eran las menos productivas y las que
requerían menos preparación. En sus comentarios, Ricardo Torres se refirió al
papel de la política de precios en la promoción de la igualdad social. Afirmó
que “en el sistema capitalista, esto no se consigue”, entre otras cosas, porque
no se incorporan los costos externos, como el daño al medioambiente.
Comentando el balance del debate, Rafael Hernández enfatizó que había una serie
de problemas comunes en América Latina, incluida Cuba, entre los cuales podían
mencionarse la falta de capital, la promoción de la educación como un
instrumento para la creación de capital humano, el papel del Estado en la
economía, la excesiva centralización, la falta de autonomía y poder de decisión
en el nivel local.
Proponiendo nuevas preguntas sobre el tema, apuntó: “¿No será que el desarrollo
requiere un nuevo Estado? ¿No será necesario cambiar el binomio sociedad-Estado,
de manera que se modifique la correlación entre ambos, la naturaleza del Estado,
y la participación de la sociedad? En el caso de Cuba, apuntó, no debemos
olvidar de que se atraviesa un momento de transición entre dos modelos, que no
ha concluido, sino está en fase de despliegue.
El primer panel de Último Jueves @ Harvard fue un ejercicio de aprendizaje
colectivo, que se extendió durante dos horas, en paralelo con el panel que a esa
misma hora tenía lugar en la capital cubana, en torno al tema del manejo del
sector público. En los próximos dos meses, este ejercicio simultáneo se repetirá
en Cambridge y en La Habana, enfatizando el interés por el intercambio, el
debate crítico y la cooperación.
En efecto, el 27 de octubre, en el David Rockefeller Center, tendrá lugar un
panel dedicado a “Como hacer ciencia y no morir en el intento: trabajo
científico y cooperación internacional desde el Sur”. Al mismo tiempo, en La
Habana, la revista Temas ha convocado a su habitual sesión mensual, esta vez
sobre “¿Qué pasa con el delito?“, en la sede de la Unión Naciona de
Juristas de Cuba (Calle 21, No. 552 esq a D, , Vedado).
Tanto la revista Temas
como el DRCLAS se han propuesto que estas sesiones expandan el camino de la
colaboración y la coordinación de actividades en torno a tópicos de interés
común, en beneficio del pensamiento, la educación y la cultura en ambas orillas.
La entrada es libre.
Publicado por en 16:39
Etiquetas: Centro David Rockefeller, debate experimental, Univeridad de Harvard
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