CRÓNICA DE MÁRTIRES QUE LUCHARON CONTRA EL CASTRO-COMUNISMO
miércoles, 12 de octubre de 2011
LA TRIBUNA DE TITO
(10-9-11-5:00PM)
CRÓNICA DE MÁRTIRES QUE LUCHARON CONTRA
EL CASTRO-COMUNISMO
(10-9-11-5:00PM)
Por Tito Rodríguez Oltmans
DR. JOSÉ ANTONIO MUIÑO GÓMEZ.
José Antonio Muiño Gómez nació en Sagua La Grande, Las
Villas, el 30 de Marzo de 1917. Su madre se llamaba Estela y su padre José.
Cursó sus estudios en El Colegio Jesuita de Sagua. Terminó sus estudios de
bachiller e ingresó en La Universidad de La Habana en la escuela de Odontología
donde cursó su carrera graduándose en 1943. Perteneció a La Agrupación Católica
Universitaria siendo miembro de La Congregación Mariana de dicha Institución.
Contrajo matrimonio con Soledad González de cuya unión tuvieron dos hijas;
Lourdes y Carmen, adoptando a un sobrino de su esposa que se había quedado
huérfano llamado Venerando. Estableció su domicilio y consulta en la Avenida de
10 de Octubre #1379 en La Víbora.
Muiño,
como
todos sus amigos le decíamos era un gran cubano, un excelente profesional, un
gran amigo, y un ferviente católico práctico.
En el año de 1959 comienza a trabajar
como dentista en La Base Aérea
de San Antonio de los Baños. Antes de aceptar ese puesto en La Base, ya Muiño
sabía de la penetración comunista en todos los ámbitos gubernamentales. Aceptó
la posición con el propósito de poder combatir la maquinaria comunista desde
adentro de las filas militares, aunque el era dentista, no un militar.
Durante el tiempo que estuvo trabajando en La Base observó
los cambios militares e ideológicos-políticos que estaban ocurriendo. En dicha
Base existía una cédula de combatientes, a la cual él pertenecía, que se unieron
en esa labor de observación e inteligencia la cual serviría para poder combatir
al Régimen desde adentro, en el momento que fuera preciso para su derrocamiento,
sabiendo todas las interioridades de dicha Base Aérea.
En 1961 llegan a la Base en el más estricto secreto enormes
guacales, eran los primero aviones
MIG 15 de fabricación soviética
que iban a ser ensamblados en Cuba por técnicos soviéticos, quienes entrenarían
a técnicos cubanos para hacer esa labor en el futuro. Muiño lo observa todo,
pero ya la Seguridad Interna de La Base (G-2) lo estaba siguiendo por su
condición religiosa de católico práctico, y por no tener una participación
activa en los estudios de superación ideológica y las charlas de los cuadros
marxistas internos.
Después de la fracasada invasión por Playa Giron, debido a la
falta de apoyo por La Administración
del Presidente John F. Kennedy,
la revisión de todo el personal militar en Cuba se efectúa de forma inmediata.
Muiño no sabe de la infiltración de La Seguridad del Estado en su cédula, y es
arrestado mientras trabajaba en el propio gabinete dental de La Base. Es el mes
de Junio de 1961, comienza el largo calvario de torturas inconcebibles dirigidas
por la KGB soviética y ejecutada por la Seguridad Castro-comunista. Comienza el
calvario que terminará en su asesinato por fusilamiento.
Al ser arrestado por el G-2 es conducido inmediatamente a la
comandancia que se encontraba en 5ta y 14 en
Miramar. Allí está solo unas
horas, lo trasladan de noche a las famosas “casitas” o “puntos X’s”, lugares de
torturas continuas y sistemáticas, corporales y síquicas. Lo primero que hacen
los guardias al llegar a estos dantescos centros de tortura, es quitarte toda la
ropa y encerrarte en un cuarto sin mueble ni ventanas, con una luz enrejada en
el techo de 2000 watts (bujías), la cual permanece siempre encendida. La
temperatura del cuarto es de 50º Fahrenheit, la comida (si lo que dan
se le puede llamar así) la dan a deshoras, muy salada y muy poca agua para beber.
La persona empieza a perder la noción
del tiempo, no sabe si es de
día o de noche. Los interrogadores, casi siempre en grupos de tres, entran bien
abrigados, obligando al preso a estar sentado en el piso, y ellos parados, para
crear un sentido de superioridad en la persona. Los interrogatorios son brutales
en forma verbal, pueden durar desde media hora hasta tres o cuatro. A Muiño lo
llevaron a un salón donde le pusieron un casquete de metal con electrodos los
cuales le emitían corrientazos directos a los nervios auditivos, después de
estas sesiones, la persona pierde toda estabilidad, vomitándose y arrastrándose
por el piso durante horas. Cuando la persona se está estabilizando vuelven los
interrogatorios. A él también lo encerraron en un closet pequeño de puntal alto
donde estaba una enorme campana protegida por barrotes, la cual sonaba
indistintamente cada 30, 45 o 60 segundos. El espacio es tan reducido que no te
permite ni sentarte en el piso, estas sesiones pueden durar hasta 6 horas. Al
salir, la persona está completamente sorda y desorientada, amen de estar
totalmente cubierto por tus propios orines y excremento. Después de esta sesión,
los interrogadores esperan a que empieces a recuperar el audio y vuelven con las
preguntas. Muchas otras formas brutales de torturas le fueron aplicadas a Muiño.
Según los cálculos de la KGB una persona solo podría resistir
estas torturas entre 25 y 30 días. Muiño (en la foto de la izquierda) las
resistió por tres meses. Su cuerpo estaba muy maltratado pero su entereza
síquica nunca fue quebrantada. Su patriotismo y su fe fueron sus acompañantes en
todo momento.
De las “siniestras casitas” fue trasladado a la Prisión de La
Cabaña.
En la Cabaña, yo compartía con él un buen rato
del día. Entre los que
estábamos presos yo era el encargado de leer la Misa Simbólica en La Prisión, y
por ese motivo otros presos, también católicos me pasaban Las Hostias
Consagradas que se recibían clandestinamente a través de las visitas, las
cuales yo que se las daba a los que iban a ser fusilados.
Llega el 2 de febrero de 1962. Temprano en la mañana el
Oficial de guardia llama a la causa 20 de 1962. La causa en la cual estaban
Muiño y Octavio Barroso quienes por seguro al volver
del juicio irían a las celdas
de los condenados a muerte y fusilados esa misma noche. Octavio me pidió la
comunión, y Muiño me pidió que la ostia de él la partiera en dos, una mitad la
tomaría allí mismo delante de mi antes de ir al juicio, y la otra mitad envuelta
en un papelito se la guardo en el bolsillo, diciéndome que la tomaría al salir
de “capilla” rumbo al Paredón, y que su ultimo pensamiento seria dedicado a
Cuba, y a su familia. Al atardecer regresan todos los encartados de la causa 20,
los condenados a Muerte son separados inmediatamente y conducidos a las celdas
llamadas “capillas”. A las once p.m., en el silencio de esta dependencia militar,
desde nuestras galeras vimos primero encenderse las potentes luces del foso que
alumbran el Paredón, y acto seguido sentimos los motores de los autos del
morboso público que llegaba, eran militares y civiles (muchos jóvenes miembros
de la Unión de Jóvenes Comunistas)) para presenciar los fusilamientos.
En el proceso de los fusilamientos en La Cabaña venían dos
pelotones de cadetes de La Escuela de Oficiales de
Managua. Un pelotón iba a las
“capillas a buscar al condenado a muerte (uno a uno) y lo escoltaban junto con
los Oficiales de La Prisión hasta el foso al lado de la galera 17, donde estaba
preparado el pelotón ejecutor de esa noche. A los condenados al salir de la
celda se le quitaba la camisa y se le amarraban las manos con soga, además, con
última censura después de los fusilamientos de abril del 61, a los condenados a
muerte se le cubría la boca con un pedazo ancho de esparadrapo, para que no
pudieran gritar: “VIVA CUBA LIBRE – VIVA CRISTO REY”. Historia que nos dijeron
otros dos condenados a muerte de otra causa (Miguel García Armengol y Francisco
- Paquito - Almohina) que después las penas de muerte de ellos fueron conmutadas
a 30 años de prision. Muiño tomó la Hostia antes de ser amordazado.
A las
11:15 p.m. fue fusilado Muiño.
Cinco minutos después fusilaron a Octavio. Al momento de la descarga de los ocho
rifles, Muiño tenía su pensamiento en la libertad de Cuba, en su familia y la
Hostia en su boca. E.P.D.
NOTAS:
El oficial Jefe de los
centros de torturas del G-2 era el Capt. Isidoro Malmierca Peoli.
El oficial Jefe de
supervisión de “las casitas” era el primer Tte. Miguel Brugueras.
El oficial que dio los tiros
de gracia esa noche de febrero 2 de 1961, fue el Tte. Arsenio Franco.
El encargado
del Pelotón de
Fusilamiento que dio las voces de mando, fue el Sargento Gómez.
El oficial Jefe de La
Prisión de La Cabaña era el primer Tte. Pérez-Peraza.
El agente
del G-2
infiltrado en el grupo es el Comandante Orlando Fernández Saborit, graduado de
la Academia Naval del Mariel en la época de Batista. (Vive en la actualidad
retirado con los grados de Coronel) – (Escribe de Literatura y poesía en
“Juventud Rebelde”)
El Fiscal de la causa
20/1962 fue Carlos Amat Fores, conocido
como “El Fiscal
del Paredón”.
En su historial con Fiscal Revolucionario tiene mas de 550 fusilamientos. Fue
Ministro de Justicia y Embajador en Ginebra, Suiza representando a Cuba ante la
Oficina de la ONU de Los Derechos Humanos”
Pregunta: ¿Reconciliación
con “QUIÉN”?
Certificado de Defunción de Jose Antonio Muiño.
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