BILL RICHARDSON Y LAS ILUSIONES PERDIDAS
miércoles, 21 de septiembre de 2011
BILL RICHARDSON Y LAS ILUSIONES
PERDIDAS
(9-20-11-5:10PM)
Por Héctor Julio Cedeño
Negrín-Periodista Independiente de Cuba.
Al parecer el fraterno Bill, se creyó en serio, eso de que
Raúl Castro le entregaría a Alan Gross, el subcontratista norteamericano,
injustamente confinado, en las mazmorras de la tiranía castrista. Porque
ciertamente, vivir de ilusiones, es la manera más segura de morir de desengaños.
Lo acusaron de chantajista y difamador, por expresar lo que
yo había escrito varios meses atrás, mucho antes de celebrarle el juicio al
estadounidense; Alan Gross es un rehén de los hermanos Castro. Solo que
Richardson se marchó tranquilamente a su país y a mi me costó, en su momento,
cuatro días en el calabozo de una Unidad de instrucción, bajo la amenaza de
amordazarme con la Ley 88 y de aclararme la piel, con la ausencia de sol.
Así pagan los tiranos a sus buenos amigos, los Demócratas
norte americanos, quienes pretendían tapizarle el camino de flores a la
dictadura raulista. Porque
como
decían, la política de presión de más de cincuenta años, había fracasado y Raúl
Castro, realizaría cambios sustanciales, a su sistema político. Háganse usted de
azúcar y sentirá en la piel,
como se lo comen las hormigas.
Los tiranos solo son amigos de sus millones y nada que ponga
en peligro su bienestar es viable para sus proyectos. Están empecinados en
utilizar, al norteamericano,
como tarjeta de cambio y siguen
convencidos de que los demócratas cederán. Saben que se sienten responsables,
ante su familia, por haberlo implicado en está empresa.
Lo que no calculan los tiranos cubanos, es que la debilidad
ante su tiranía, es un punto más que pierde Barack Obama, para una posible
reelección, Amén de los perdidos por otras causas. Esto puede producir, un nuevo
George Bush, en las próximas elecciones presidenciales (hasta Gobernador de
Texas) y además, con la Cámara y el Senado a su favor.
Tienen que tener cuidado, no vaya a ser que el próximo
Presidente de los Estados Unidos, siga el mismo estilo de los Bush y se le
ocurra la idea de fondear, por ejemplo, un par de portaaviones a dos o tres
millas de la Ciudad de la Habana, para que los cubanos podamos admirar, desde el
malecón habanero, esas formidables bases flotantes y su portentosa flota aérea.
Como se sabe, esas naves navegan escoltadas por diversas
embarcaciones lo que podría reunir, en el área, un elevado número, de buques y
submarinos.
A lo mejor los tiranos piensan, que los yanquis están
invadiendo a Cuba
y se mueren del susto ó se marchan a miles de kilómetros de la isla y por fin,
se acaba este diferendo de cinco décadas.
En conclusión, considero,
que sería más ventajoso liberar al ciudadano norteamericano, Alan Gross, usando
cualquier pretexto para el caso y no empecinarse en un intercambio, porque eso
es impracticable y puede provocar además, un fatal desenlace para los
gobernantes cubanos.
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