PUNTO Y. APARTE

domingo, 3 de julio de 2011

PUNTO Y. APARTE
(6-30-11-5:00PM)
Por: El Director
La política es acción pura y eficacia pura,  quien no lo crea así anda muy lejos de ser un político.
Eso parecen no haberlo entendido la inmensa mayoría de los que--tanto allá, como aquí--apuntan como líderes de una Cuba futura.
Frente a una alambrada arisca que se atraviesa en el camino recto, hay que saltar sobre ella.
El pusilánime, el que sin tener condiciones se cree líder, toma las direcciones laterales, refugiándose en una posibilidad providencial.
Que pena me producen esos que en su fuero interno se creen llamados a ser dirigentes de una Cuba futura post castrismo, sobre todo los que son jóvenes, pero que se han colocado en las viejas categorías de los intereses extranjeros que les dan limosnas.
Ignoran los pobres que la gran alegría, frente a eso es inventar nuevos mitos, lanzar banderines recién creados y trabajar con ahinco para lograr la recia victoria de lo inédito.
Es fácil la lucha cuando se dispone de la capacidad de dejar de lado los verdaderos valores, muy fácil y muy infecunda y no tarda en llegar la gran vergüenza que supone esa deslealtad primera.
Hoy hay que emplear el heroísmo dentro de casa. ¡Nada de alianzas con los viejos traidores!
Los viejos pacifistas y ramplones quieren detenerlo todo con el tope de los tópicos ¡Fuera con ellos!
Volvamos a la autenticidad  de nuestra tradición de lucha que arrancó con los primeros mártires de nuestra epopeya,  espada en mano, prontos a la pelea y a la hazaña, saliéndonos del ambiente antiheroico y lechuzo de los pacifistas a ultranza, que no quieren que en la lucha por la libertad se derrame una sola gota de sangre.
Hay que dejar cesante a la mediocridad, porque es evidente el encharcamiento de nuestra historia.
Ni la palabra hueca de los que nada hacen, ni el verbo marxistoide de la mayoría de los disidentes, ni el anuncio de proyectos que no cuajan ni llegan al pueblo, cada día de la semana; ni el nacimiento cada mes de un  nuevo "partido" con los mismos militantes de otros "partidos" que doblan como adeptos, ni las Asambleas, Las Comisiones,  que nunca  se dirigen a los campesinos, a los obreros,  al cubano de a pie, para tener masas que los respalden en sus aspiraciones de apoderarse del Gobierno para imponer  desde allí su triunfo y su razón, sino que tienen como meta buscar el cash necesario de organismos de gobiernos extraños, para resolver sus problemas financieros con el fin de asegurar un modus vivendis para esperar con las menores dificultades posibles, un eventual imponderable, que los catapulte a primeros planos, son enemigos que puedan arrinconar al fidelato.
La hora de la verdad no ha sonado ni esperamos que suene todavía.
No sonará, mientras al revés  del espíritu de las minorías selectas que hacen la historia,  donde los jóvenes cumplen el deber religioso y castrense de echar sobre sus hombros la responsabilidad que les correponde, y en Cuba continúen los espíritus seniles  devorando o mixtificando a la juventud.
Ninguno de los líderes hasta ahora conocidos ha logrado desasirse de los imperativos de una hora, sin capacidad para orientaciones amplias y continuadas ni para la gestión inteligente y retadora.
¿Qué mito nacional de amplia envergadura van a ofrecer a estas muchedumbres hambreadas y hastiadas de mediocridad, que no tienen ni idea del destino nacional, y cómo van a enderezar en estas horas críticas  a identificarse con afanes  del pueblo?
Por el bien del futuro de Cuba, sin temor a la crítica malintencionada, las fuerzas políticas que no lleguen provistas de alientos de esta clase, y sí sólo dispuestas a continuar la jornada mediocre del pacifismo a ultranza, la espera oportunista y la plañidera y poco varonil queja, deben rechazarse como inmorales y antipatrióticas.