LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN COMO EXCUSA Y ESCUDO

miércoles, 13 de abril de 2011

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN COMO EXCUSA Y ESCUDO
(4-12-11-5:00PM)
Por Aldo Rosado-Tuero
Últimamente se ha comenzado a mostrar en Miami, una propensión a usar la libertad de expresión  como excusa y escudo para difundir los argumentos de los enemigos del exilio militante y de la tiranía castrista.
El destape ha tenido lugar con el encabronamiento que les ha provocado a todos los castristas, los quintacolumnistas y a los  “hombres nuevos” con el cerebro lavado por el castrismo en sus años de escuela, por la absolución del archienemigo y obsesión fija y personal del viejo tirano, Luis Posada Carriles, por un jurado de 12 ciudadanos texanos, que nada tienen que ver con el gobierno norteamericano, ni con la CIA.
Ha sido tal la reacción que se ha llegado a extremos ridículos, como el de tener a Edmundo García en CNN en español, hablando disparates, cuando afirma, entre otras barbaridades, que el veredicto fue dictado por la Casa Blanca, como si los ciudadanos que integraran el jurado hubieran sido amenazados por el gobierno para que emitieran su veredicto de no culpabilidad. Los hechos demuestran que si el gobierno hubiera podido influir en los jurados, lo hubiera hecho a favor de la fiscalía, pero en el sistema de jurados eso no ocurre, y muchos menos de forma tan unánime. Eso solo se le ocurre a alguien que sea tan imbécil que crea que los televidentes son unos imbéciles igual que él, o que esté bajo un  alterado estado de conciencia, debido a extrañas sustancias en su sistema.
En la misma vía se muestran el Nuevo Herald y Emilio Ichikawa, por cierto muy amigo de Edmundo García. Ambos (El Herald e Ichikawa) usan la excusa de la libertad de prensa y se escudan en ella, para regar su veneno. En el Herald, escriben tres renglones introductorios y después copian íntegros los vitriólicos artículos sobre la absolución, publicados en Granma y Cubadebate. El japonés, que por su origen, como Fidel Castro por ser gallego, parece sentir un oculto resentimiento contra la cubanía—recuérdese su época de antimartiano y su esfuerzo por rebajar al Apóstol, de hace unos años, precisamente a través de las páginas del Nuevo Herald—hace lo mismo cuando saca y publica en su Blog, un artículo de Alberto Milián, precisamente publicado en el Nuevo Herald en el año 2009, en el que se ataca a Posada Carriles. Es muy sospechoso que tanto la fiscalía, como ahora  estos periodistas y el filósofo Ichikawa, se empeñan muy subliminalmente, en tratar de que se asocie el nombre de Posada al atentado en que el padre de Milián perdiera sus dos piernas, cosa que nunca fue ni siquiera mencionado por la policía ni los investigadores.
¿Qué pretenden los que así actúan? ¿Por qué ese empeño en alinearse al lado de la tiranía, hasta el grado de llegar a poner en duda la eficacia del sistema judicial de jurado vigente en este país desde su fundación? ¿Por qué esa saña y ese odio contra Posada Carriles?
El triunfo obtenido por el anticastrismo con la absolución de Posada, debe de alegrar a cada uno de los enemigos del tirano, aunque no se esté de acuerdo en los métodos de lucha usados por el tan odiado enemigo del castrismo.
¿Por qué les ha molestado tanto esa decisión imparcial de doce ciudadanos comunes, que ni siquieran están muy enterados de lo que ocurre en Cuba, y entre los que no se encontraba ni un cubano o cubano-americano? Precisamente, por eso. Porque no pueden alegar que el juicio se celebró en Miami y que los jurados estaban influenciados por la propaganda anticastrista o fueron amenazados con volarlos con bombas o matar a sus familiares por “la mafia anticubana de Miami”.
La absolución—la tercera para Posada Carriles en tres diferentes tribunales a los que ha sido llevado—no sólo les ha puesto el hígado a punto de explotar, sino que ha destapado a unos cuantos tapiñaditos.