SOBRE LA LUCHA ARMADA Y EL PACIFISMO BOBALICÓN UNA RESPUESTA A LA CARTA DE OSCAR PEÑA A LA ASAMBLEA DE YES MEN CASTRISTAS

lunes, 21 de marzo de 2011

SOBRE LA LUCHA ARMADA Y EL PACIFISMO BOBALICÓN
UNA RESPUESTA A LA CARTA DE OSCAR PEÑA A LA ASAMBLEA DE YES MEN CASTRISTAS
(3-21-11-12:00M)
Mi amigo Oscar Peña ha dirigido una carta abierta a la llamada Asamblea Nacional del Poder Popular, formada por yes men, títeres y marionetas de la tiranía castrista, remitiéndole un escrito mío, (publicado hace algún tiempo y republicado en la edición de ayer) en el que digo, entre otras cosas, textualmente: "Es doloroso decirlo, pero con llamadas telefónicas al exterior y con proyectos muy bien  pensados y elaborados, pero desprovistos de apoyo popular no se va a derribar la tiranía...Si con la resistencia inactiva que ahora se practica dentro de Cuba, no se logra ganar mas espacio, ni se le hace daño a los opresores, habrá que ir pensando muy seriamente, en otras tácticas de lucha...Tarde o temprano surgirán los cabezas calientes que comiencen a practicar la resistencia violenta. Cuando se ha esperado demasiado por adelantos en una táctica que lleva años estancada y no gana ni calle, ni apoyo popular, resulta inevitable la aparición de  resistentes de otro signo."
Cuando abro mi correo hoy me encuentro que ya esta carta ha generado una polémica en la internet. La han aprovechado mis detractores, y mis amigos. Algunos de estos últimos han llegado a calificar cómicamente a la carta como "un vulgar chivatazo". Aunque agradezco a mis amigos su defensa, veo la cosa desde otro ángulo: Creo que Oscar me ha hecho un favor (no sé si consiente o inconsientemente) pues alerta a los amanuenses de la tiranía, que si la juventud cubana decide tomar el camino de la violencia, habrá sido por culpa de esos "legisladores" y sostenedores a ultranza de los opresores, que han cerrado todos los caminos.
Muchos amigos comunes califican a Oscar Peña de "buena gente, pero iluso". Yo lo considero mi amigo y le respeto sus opiniones, aunque muchas veces discrepe totalmente con sus conclusiones y método de lucha.
Ahora bien, se impone aclarar ciertas falsas conclusiones de Oscar: No puede nadie que se precie de tener dos dedos de frente abogar por que los estudiantes vayan a las aulas con una 45 a la cintura, como hiperbólicamente anuncia Oscar, que harían los estudiantes si se derrocara a la tiranía por la fuerza. Es ahora, con las milicias y la sicosis guerrerista implantada por la tiranía, cuando los estudiantes cubanos  van a clases con un arma al cinto.
Yo creo que son los padres y quizás los abuelos de los futuros estudiantes, los que debieran usar ahora las pistolas, para que sus hijos y sus nietos no tengan que hacerlo, y puedan asistir, en la Cuba libre del futuro, a las aulas tranquilamente con libertad total. Que el pacifismo tiene sus límites, y si ante situaciones extremas sigue con la inercia no solo se hace cómplice pasivo del opresor, sino que se convierte en enemigo de la libertad. 
No estoy obsesionado con la violencia. Fui a las aulas, desarmado y solo usé pistola, cuando un ambicioso se hizo del poder por la fuerza y implantó una dictadura, porque nuestra generación aceptó el reto y asumió el papel que le correnponde a los jóvenes en las coyunturas anómalas de la patria. Y lo hice precisamente, para que mis hijos no tuvieran que usarlas. Que nos haya salido mal, por la traición de falsos patriotas, eso es materia para otra larga discusión, pero no es cierto que siempre vaya a ocurrir lo mismo. Nuestra historia está llena del ejemplo de civilistas (Carlos Manuel de Céspedes, Agramonte y Martí eran abogados y hombres de letras) que tuvieron que utilizar las armas.
Es falso asumir que porque se usen armas para defender una buena causa, se crea una cultura de las armas. Al fin y al cabo, como dijo alguien que sabía mil veces más que yo: "siempre ha sido al final, un puñado de soldados, quienes han salvado a la civilización".
Cuando los que tienen la llave del poder para abrir los cauces de la dialéctica civilizada se niegan a cal y canto a hacerlo y se aferran al poder, asesinan a sus compatriotas e implantan una férrea tiranía que mantiene por más de medio siglo esclavizado a su pueblo, no le dejan a los habitantes de este pueblo, que se consideren viriles, más opción que la de acudir a la dialéctica de los puños y las pistolas.
Ojalá y eso pudiera evitarse, pero hay que ser realistas y no hay perspectivas de que los que se aferran al poder y sus herederos, estén dispuestos a abrir caminos de paz y convivencia, y ante ese panorama de aceptar "civilizadamente" y en paz que se mantenga la coyunda sobre nuestro flagelado, hambreado y omnubilado pueblo, no queda otra alternativa que la revuelta que nos devuelva con la libertad, el honor y el orgullo de haber demostrado que aun somos un pueblo de coraje y valentía.
Y para terminar, unas estrofas de una canción que debiera ser también himno de batalla de los que queremos librar a Cuba de la tiranía: "Para el que me dice que se ha muerto el heroísmo, al que me insulta con el fango de este siglo, son los acordes de este canto de batalla. Yo soy de Yara, del 10 de Octubre, soy como Antonio y como José, quiero la patria que un día tuve, por eso juro que lucharé".