LA HABANA: EL FANTASMA DE HONECKER Y LOS RESUCITADORES

martes, 15 de febrero de 2011

LA HABANA: EL FANTASMA DE HONECKER Y LOS RESUCITADORES
(2-15-11-9:05AM)
De las ruinas de la revolución, y desde sectores eclesiásticos, una vez más se trata de resucitar los supuestos logros del sistema comunista cubano, como si de un árbol intrínseca y satánicamente malo, pudiesen brotar frutos buenos.
Por Armando F. Valladares
En La Habana, un fantasma de mal agüero merodea los centros neurálgicos del poder, y causa preocupación en el dictador. Unos dicen que es el fantasma del egipcio dictador Mubarak, recientemente depuesto; otros sospechan que sea el del rumano dictador comunista Ceaucescu, derribado y condenado a muerte en 1989. Pero fuentes de mi absoluta confianza, que vieron el fantasma con sus propios ojos, me han dicho que más se parece a Eric Honecker, el último dictador comunista de Alemania Oriental, que cayó también en 1989, junto con el infame Muro de Berlín.
Parece que el dictador de Cuba está realmente preocupado, porque sus aparatos de seguridad poseen una maquiavélica experiencia de medio siglo en reprimir y aplastar personas de carne y hueso, pero se muestran impotentes para lidiar con fantasmas.
Reunido con sus secuaces, en los antros más tenebrosos, el dictador cubano decidió pedir ayuda a sus más eficaces aliados desde hace décadas, porque son especialistas en represión espiritual y en el control de las almas que se oponen al comunismo. Quién sabe si a ellos se les podría ocurrir alguna idea para reprimir y ahuyentar de la isla al fantasma de Honecker.
El Pastor-Carcelero, como invariablemente lo ha hecho, se dispuso a prestar la solicitada ayuda junto con sus colaboradores. Pero le pareció más prudente canalizar su colaboración con mano de gato, haciendo publicar el artículo "La urgencia de un nuevo pacto social" en la revista "Espacio laical", del Consejo Arquidiocesano de Laicos de La Habana. La agencia católica Zenit, de Roma, reprodujo y difundió el texto del artículo.
Sin citar directamente al fantasma que ronda a La Habana, el artículo constata un peligroso "proceso de fractura" en la sociedad comunista que podrá llevar, "en poco tiempo", según se encarga de advertir, a una "pérdida de la gobernabilidad" y a un "escenario muy difícil" para el actual régimen. O sea, en otras palabras, se prevé una debacle del régimen si éste no hace algo con urgencia. El artículo, de manera servil en relación al régimen, acusa como primeros responsables de la actual situación de Cuba no al Partido Comunista, que está en la raíz de los males de Cuba, sino a "sectores" de cubanos que discrepan del régimen, a quienes reprocha su "incapacidad enorme" para reconocer la "legitimidad" del régimen y se niegan a "dialogar" con el dictador. Finalmente, el artículo lanza como solución un "nuevo pacto social" que actúe como galvanizador y resucitador del régimen agonizante.
Fuentes de mi confianza también me informaron que el viernes 11 de febrero estaba en La Habana, participando en reuniones sigilosas con eclesiásticos de la isla, el arzobispo de Miami, monseñor Thomas Wenski, miembro del comité de política internacional de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, conocido defensor del "diálogo" con el régimen comunista.
De las ruinas de la revolución, y desde sectores eclesiásticos, una vez más se trata de resucitar los supuestos logros del sistema comunista cubano, como si de un árbol malo, intrínseca y satánicamente malo, pudiesen brotar frutos buenos.
Que la Providencia ilumine a los cubanos de la isla y del destierro para resistir con la fuerza de las ideas y de la fe a las maniobras del dictador, de los pastores-carceleros y de los resucitadores de plantón.