TENER UN PERCANCE DE SALUD NO ES DELITO NI DESHONRA

martes, 11 de enero de 2011

TENER UN PERCANCE DE SALUD NO ES DELITO NI DESHONRA
(1-10-11-4:50PM) 
Por Aldo Rosado-Tuero
Escribo este comentario sin ánimo de criticar ni ofender a nadie, pero sí sorprendido, por la costumbre que se ha establecido en esta orilla del estrecho que nos separa de Cuba—desde que el Coma Andante declaró secreto de estado su enfermedad—de ocultar los percances de salud que se le han presentado a figuras públicas.

Yo ingenuamente pienso que si esas figuras públicas mantienen programas de radio y de televisión, aunque tengan, como es natural, detractores, también tienen muchísimos admiradores; y que lo más natural sería anunciar que han tenido problemas de salud y que agradecen a sus oyentes, televidentes o lectores, que los tengan presentes en sus oraciones, y pidan por su pronta recuperación. ¡El poder de la oración obra milagros!

Pero resulta que no. Que aquí lo que prima ahora es declarar “SECRETO DE ESTADO” de inmediato cuando una figura conocida de los medios se enferma.

Deben tener sus razones, pero mi pobre cerebro no las entiende, aunque las respeto, pero me parece una burla a su público engañarlo y hacer anuncios de vacaciones u otros en los que dicen que regresan en X días y pasan los días y no vuelven, y nadie le da una explicación a sus oyentes o televidentes. El público no es tonto y en Miami, siempre es posible averiguar la verdad.
Recientemente dos hechos de esa naturaleza se han repetido, como calcados al carbón, en este Miami nuestro. Primero con Armando Pérez Roura arriba a la izquierda) y ahora con Oscar Haza (arriba a la derecha). Tal pareciera que el síndrome del Comandante en Jefe, se hubiera extendido a esta península. Sus problemas de salud, son secretos de Estado y nadie debe de saberlos.

Conocemos de que índole fueron los percances de salud de ambos, pero respetamos su decisión y la de sus familiares y no damos detalles, pero como medio noticioso, nos negamos a callar una noticia que debe de ser conocida por la comunidad donde ambos son figuras públicas. Al fin y al cabo enfermarse no es un delito, ni resulta bochornoso un fallo de salud, sobre todo si ya se cargan sobre los hombros tantos años.

Nosotros desde este humilde lugar estamos rogando por la salud de Oscar Haza, como antes rogamos por la de Armando; y pedimos a nuestros lectores, que sean creyentes, que se acuerden de su salud en sus oraciones.