¿QUÉ PASA CON LA IGLESIA CATÓLICA CUBANA?
sábado, 20 de noviembre de 2010
¿QUÉ PASA CON LA IGLESIA CATÓLICA CUBANA?
(11-18-10-5:25PM)
Por: Aini Martín Valero, PD
El tema de la iglesia católica cubana, junto a su mayor representate el Cardenal Jaime Ortega Alamino, ha estado muy presente en la sociedad civil en este 2010, pero hoy quiero contarles un hecho insólito que me sucedió hace solo unos días.
La iglesia cubana realiza a diario dos misas y como buena católica asisto todos los domingos a la iglesia Nuestra Señora de Regla, donde resido hace ya 38 años.
El pasado viernes 12 de noviembre en la iglesia de La Caridad del Cobre, ubicada en calle Manrique esquina a Salud, en el municipio Centro Habana, se realzaría una misa, pedida por la viuda del capitán de la aeronave ATR 72-212, quien murió en el trágico accidente aéreo el pasado 4 de noviembre, junto a 67 personas.
En otras ocasiones he asistido a dicho recinto santuario y ha sido muy reconfortante para mi espíritu. Allí se reúnen opositores una vez a la semana y el ambiente (pese a la represión) es cálido y de paz.
Cual sería mi asombro al llegar al lugar y encontrarme la puerta principal cerrada con un candado y la entrada que da a la calle Salud con una reja y dos señoras impidiéndome el paso.
Amablemente les pregunté que pasaba que no podía entrar a la misa. Una de las señoras me explicó que el sacerdote del lugar había cerrado el paso, “el que no estuviera en misa a las 5.00pm ya no podía entrar”.
El absurdo de esta respuesta me llevó a sacar conclusiones que ni yo las veo lógicas, pero en Cuba, que es por demás un país tan sui géneris para todos, cualquier cosa puede pasar.
Mi condición de periodista independiente es conocida en dicho reciento, pero no veía la lógica de que mi entrada fuera impedida, y digo la mía, ya que estuve 15 minutos en las afueras de la iglesia y observe entrar a otras personas, que según las señoras, eran trabajadores del lugar, cosa que no me creí.
¿Qué está pasando con la iglesia?, ¿Qué órdenes han recibido de su máximo representante? ¿Es que todos no somos hijos de Dios? ¿Es que por nuestra condición no tenemos derecho a honrar a nuestros hermanos cubanos, fallecidos tan trágicamente? Todas estas interrogantes revolotean en mi cabeza desde ese día.
Si estaba allí, era solo por dos razones, orar por el alma de los cubanos muertos y principalmente de una reglana muerta en el accidente y reportar esta noticia que a la sociedad interesa.
Mi alma de católica exigía mi presencia en el lugar, pero mi condición de periodista, también, ¿Había sido todo una casualidad?, o ¿Las manos largas de la seguridad del estado estaba en los alrededores?
Nunca pude saber, no encontré indicios de la presencia de este cuerpo represivo. Solo sé que considero este hecho como algo muy vil y bajo, de quien lo haya ordenado.
Todos somos cubanos, algunos más católicos que otros, y la iglesias deben estar abiertas para todo tipo de personas, no deben haber exclusiones, ni prohibiciones. Todos somos hijos del señor y todos deben de respetar esta decisión.
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