CRÓNICA DE UN DESTIERRO INELUDIBLE

miércoles, 3 de noviembre de 2010

CRÓNICA DE UN DESTIERRO INELUDIBLE
(11-2-10-5:25PM)
Por  José Alberto Álvarez Bravo
Transcurridos varios meses desde la anterior visita, el sábado 30 de octubre de 2010 Néstor Rodríguez Lobaina me sorprendió gratamente. Coincidió en mi casa con otros jóvenes –Lilvio Fernández Luis, Damián Sánchez Sáenz, Arnaldo Herrera Campoalegre y Luis Enrique Labrador Díaz- ( foto de la izquierda) quienes habían venido en función de nuestro trabajo en la oposición pacífica, estableciéndose una fraterna relación de colaboración entre todos los congregados. En horas de la tarde, tras compartir con nosotros el humilde almuerzo, Néstor salió hacia un rumbo que solo él sabía.
No supe nada más del valeroso hermano hasta el lunes 1 de noviembre; a las 11:30 pm recibí una inesperada llamada telefónica. Era él.
-“José Alberto, estoy en una casa en Centro Habana, la seguridad del estado tiene rodeada toda el área, mañana me voy a entregar y necesito que lo des a conocer a la opinión pública”
Una vez más, la arbitrariedad de los malos cubanos que han convertido a Cuba en su finca privada se anotará otro punto. Néstor, un hombre todo amor a Cuba, dedicado por entero a contribuir a la forja de una nación sin odios ni exclusiones, será encerrado en un inmundo y pestilente calabozo. ¿Su crimen? Querer que sus hijas vivan en una sociedad donde no les exijan declarar que serán como aquel cuatrero argentino, asmático y asesino, y que agradecen a un anciano, huraño y distante, el simple y natural hecho de haber nacido.
Una vez más, Néstor Rodríguez Lobaina recorrerá, en contra de su voluntad, el camino del destierro hacia la región oriental del país, como si de un indocumentado extranjero se tratara; como si no tuviera derecho a permanecer, por el tiempo que estimara pertinente, en la capital ¿de todos los cubanos?
La dinastía castrostalinista, acobardada por su incapacidad para contener la resistencia cívica de un pueblo que la desprecia, ha retomado la barbarie como tabla de salvación para su moribundo y desprestigiado régimen. Reina Luisa, junto a un grupo de heroicos luchadores por la dignidad de todos los cubanos, golpeada y apresada.
¡Cubano, es hora ya de poner fin a la sevicia de un grupúsculo de forajidos, encaramados sobre los hombros del noble pueblo cubano!
¡Fuera de nuestra tierra la nomenclatura liberticida y asesina!
¡Unámonos en tan imprescindible cura!
¡ZAPATA VIVE!