2. Cuando arribamos al hospital costó trabajo hallar un camillero para trasportar a Miriam del auto a la sala de urgencia. Y cuando éste apareció, se hacía difícil que la atendieran…Y cuando por fin lograron hacerle la placa ,tampoco aparecía el médico,,,, que minutos antes había pasado por allí y nos dijo que no sabía dónde podía revisar a Miriam, pues todo estaba complicado y tampoco había camas para ingreso. Miriam ,en tanto, se quejaba del dolor intenso. Y ni un calmante recibía…. En derredor,el ambiente del “centro de salud” se parecía más a la terminal de ómnibus de lista de espera (la que está frente al muelle de La Coubre)que a un hospital que había sido remozado y provisto de recurso en tiempos aún recientes. Recordé allí a Los Miserables ,de Víctor Hugo, y las pinturas de hospitales con locos de Goya; a la vez que advertí que las novelas televisivas cubanas y videos de crítica social son casi “novelitas rosas”, al lado de algunas realidades inexplicables nuestras (o demasiado explicables, si vemos “tras la cáscara” del enfoque estatal…)
3. Como tanto desde el edificio, como yo cuando pude, se llamó a la UNEAC y al Ministerio de Cultura para que se gestionaran la atención a Miriam y apareciera una cama, finalmente la accidentada recibió lenta atención y el médico miró la placa, diagnosticando enseguida fractura de cadera y necesidad de operarla. Ya en ese momento estaban allí su sobrina veterinaria, que el CVP había llamado por teléfono, con su esposo, quienes asumieron la responsabilidad de Miriam y nos dijeron que ya podíamos marcharnos. Era tarde en la noche ya, Miriam seguía quejándose del fuerte dolor, y entre personal paramédico y público compitiendo en hacer ruido y comportarse de modo contrario a lo que es lógico dentro de un hospital, se creaba una imagen de desorganización y desidia que nada tiene que ver con aquellos sueños de ser “potencia médica”, sí cumplido en algunos terrenos de acción, sobre todo en los internacionalistas.
4. Como ya las gestiones de Lucía Sardiñas y Deisy Salas habían producido una respuesta positiva dentro del hospital, que parecía “ un barco sin timón”, el CVP y yo retornamos a mi edificio, donde pude hablar con un Orlandito -un ortopédico del Hospital Frank País que aquí vive, esposo de Barbarita la bailarina-, quien llamó al “Fructuoso” y supo que uno de sus alumnos estaba en la guardia, encomendándole a éste la atención de Miriam. 2 horas más tarde, Orlandito me llamó y me dijo que ya Miriam había sido establecida en Terapia Intensiva, y que la prepararían para operarla en la mañana de hoy martes.
5. Nada más pude saber de Miriam Ramos hoy (porque estuve en todo lo relacionado con preparar el paso de mi taller semi-derrumbado a mi nuevo taller), hasta que alrededor de las 6 de la tarde me llamó a mi apartamento la sobrina veterinaria de la cantante, para decirme:
1) que a Miriam no la habían podido operar por la mañana porque una enfermera se equivocó y le dio jugo de naranja al amanecer;
2) que tuvieron que esperar para operarla a la 1 de la tarde;
3) que le pusieron un clavo en la pierna en lugar de la prótesis que habían anunciado;
4) que la tendrán en terapia hasta que aparezca una cama en sala del hospital;
y 5) que el desorden del hospital es tal, que en las salas de enfermos y áreas restringidas entran vendedores que pregonan la venta de comidas y hasta de calzoncillos y blumers…
Eso es lo último que he sabido de Miriam Ramos.
López Oliva/ Martes 17 de Noviembre-del 2010/10 pm.
0 comments
Publicar un comentario