
PUNTO Y. APARTE
jueves, 7 de octubre de 2010
PUNTO Y. APARTE
(10-6-10-5:20PM)

Por: El Director
Para demostrar que los Castro son el diablo que son, no es necesario mentir, basta con enumerar sus crímenes y crueldades sin exagerar, ni inventar.
El fin no justifica los medios.
Hay que darle la valoración que merecen, a la gente impolítica, ensoberbecida y cobarde, que todo lo posponen a su vanidad de circo y a sus intereses personales.
¡Es horrible caminar por los senderos del patriotismo verdadero!, sobre todo cuando a los senderos fáciles los borró el fango de los bastardos y mezquinos intereses de los falsos patriotas de pacotilla y bolsa abierta para recoger todo lo que le quiera dar el que aspira a ser amo entranjero o patrón usurero, para montarse sobre los pobres cubanos, a los que ellos esperan, que medio siglo de acogotamiento, les agotó la capacidad de resistir y volver a pelear por sus derechos.
Si de verdad queremos conquistar la libertad, junto con la independencia económica, para ofrecer a nuestro pueblo la justicia social y el pan ganado con dignidad, es necesario, frente a la alambrada arisca que se atraviesa en el camino recto, saltar sobre ella y arrollar a paso de carga las trincheras de los traidores y sietemesinos.
¡Qué pena, ver a jóvenes, enrolándose en las viejas categorías que los viejos intereses les dan como una limosna! La gran alegría, frente a eso, es inventar los nuevos mitos, alzar los banderines de la dignidad y el sacrificio austero y esperar la recia victoria de lo inédito e inesperado que los sorprenderá.
Llegó la hora en que se impone estar al nivel de los tiempos. De cara a las auténticas dificultades, sin eludirlas cobardemente ni falsearlas con retórica, ni callarlas por miedo o beneficios personales.
El gato al agua se lo lleva en Cuba quien sepa implementar una nueva política, una nueva economía, una cultura de masas y una nueva estructuración social que, en fin, ofrezca al cubano esclavizado y frustrado, la entrada definitiva en los tiempos actuales.
Este diario digital es "Causa y no Empresa", y tiene esta frase otros sentidos más profundos, de raíz hondísima, que los aludidos a quienes se encaminan estas notas no comprenderían nunca.
Las nuestras son razones que no se les alcanzan a los cerebros de corcho que andan por ahí, esos que cobran sueldos por "luchar por Cuba" y piden libertad.
Libertad para eso, claro, para cobrar y vivir bien y no disciplina ni deberes que trasciendan sus egoísmos bastardos.
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