LA HISTORIA EN LA MEMORIA
(10-5-10-9:45AM)
Relato novelado, pero totalmente verídico de acontecimientos históricos
Lo que más llama la atención de Aurelio, sobre el asalto al Moncada, es el sigilio con que se preparó y la manera como tomó de sopresa no sólo a los servicios de Inteligencia del régimen, sino a los propios revolucionarios de otros grupos que andaban en trajines conspirativos. Conocedor de la idiosincrasia de sus compatriotas, con su tremenda propensión a hablar de más, y sabiendo por experiencia como los "revolucionarios" se contaban sus planes unos a otros, le admira que el grupo de Fidel haya mantenido toda la acción, sus preparativos, la recolección de las armas, los entrenamientos, el traslado a Oriente de casi 200 hombres en el más absoluto secreto....
...Según pasan los días se va enterando de detalles de la acción y de nombres de los participantes. Se sorprende cuando averigua que entre los participantes están los dos jóvenes Santamaría Cuadrado, que había conocido meses antes en Encrucijada.
Se entera también que otro de los asaltantes presos es Gustavo Arcos Bergnes, hermano mayor de Humberto, a quien conoce de la Juventud Ortodoxa...Jorge Cubiles, con quien Aurelio ha intimado desde que lo conociera en un conato de bronca entre los alumnos de los colegios Presbiteriano y Maristas, le cuenta que es amigo de Gustavo y de su otro hermano, Luis...
Juzgados los sobrevivientes capturados y condenados a penas que van desde tres a quince años, la efervescencia revolucionaria vuelve a caer en un impasse. Son unos meses de inactiva intranqulidad. Ahora además del grupo de Gonzalo Barroso y de la Juventud Ortodoxa, Aurelio frecuenta a un pequeño grupo que conoce por Jorge Hernández Cubiles. Él y Cubiles han simpatizado mutuamente y comienzan a cambiar ideas y a prestarse libros. En todas sus conversacones está presente la revolución inconclusa por la que, según ellos, Cuba espera. Ya empiezan a mirar a los moncadistas prisioneros en Isla de Pinos, liderados por Fidel Castro, como un faro de luz, en la negrura del panorama cubano. Cubiles le cuenta un día que se está gestando un amplio movimiento de opinión para lograr una amnistía política, que la oposición y algunos sectores del Gobierno favorecen, como paso previo para crear un clima electoral. Se plantean elecciones generales para 1954. Batista se muestra favorable a una amnistía, pero se niega a incluir en ella a los sobrevivientes del Moncada. Hay que agitar para lograr la inclusión de "Los Muchachos del Moncada", como se les conoce. Inmediatamente organizan varios grupos de jóvenes, que de su propio peculio se costean los viajes a los distintos mítines políticos de la oposición electoral y los sabotean con consignas insurrecionales y gritos de "revolución, revolución" y pedidos de aministía para los moncadistas. Aurelio está entre los más decididos y activos...
Por esos días marcha a (la finca) "Pesquería" como todos los veranos. Allí conoce a Ginnette (encuentro narrado en otro capítulo de el libro). Los juegos sexuales con la haitianita, le sorben el coco y por dos meses se olvida de la revolución nacional, de la amnistía y hasta de la madre que lo parió. Cuando, perdida Ginette, regresa a Caibarién, nota que los jóvenes del grupo de Cubiles se han apartado un poco de él. Tal vez piensan, desconocedores de las circunstancias, que los ha abandonado y desertado de sus deberes. Aurelio, un poco dolido, los ignora también,y aunque no hay rompimiento, sí existe una cierta frialdad. Un día en que está en el parque y observa a Negdo Mesa acercarse al grupo de Cubiles, después de un rato de misteriosa conversación, lo ve alejarse llevando un paquete bajo el brazo. Decide abordarlo: "Oye Negdo, ¿qué carajo te traes con esos cabrones? Te advierto que a mí no me van a dejar fuera". Negdo le confiesa que lo que lleva es un montón de folletos de "La Historia me Absolverá", una transcripción de la defensa de Fidel Castro ante el Tribunal de Urgencia de Santiago de Cuba, y le cuenta además que se ha organizado el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, que dirige Fidel desde la cárcel y que ellos están trabajando ya con el 26. Aurelio estalla: "Ah sí, y a mí me tienen en la oscuridad como si fuera un chivato". -"No es eso, Aurelio, es que como te nos perdistes, pensamos que ya no querías seguir en esto". Aurelio, agarrando por el brazo a su amigo, casi lo arrastra de vuelta al parque donde todavía está Cubiles. "Esto lo arreglamos ahora mismo". Llegado donde Cubiles comparte con varios muchachos, Aurelio lo llama, de mal talante. Cubiles se aparta del grupo y llega donde Aurelio, que lo increpa: "Oye Jorge, yo creía que eras mi amigo? Estás en algo grande y me apartas, así, sin más acá ni más allá, porque me calenté y estuve alejado por un tiempito. ¿Ya se te olvidó cuando te dió por meterte a cura y te fuiste a un jodío seminario y te alejaste de todo? Bueno, pues al menos lo mío fue cosa de hombre, soy joven y las glándulas me funcionan perfectamente. ¿De dónde carajo sacastes que los revolucionarios tienen que ser castrados o célibes? Eso está bueno para seminaristas como tú". Cubiles ha soportado la catilinaria, muerto de risa. Cuando Aurelio para, para coger resuello, habla: "Vaya, como demoraste en venir a verme, sabía que no ibas a soportar "el frío" que te dimos para castigarte, pero ya veo que sigues siendo el revolucionario de siempre. Dame un abrazo" Diciendo esto, abre sus brazos y atrae a Aurelio hacia él. Los dos jóvenes se abrazan fraternalmente. Roto el abrazo, Cubiles le dice escuetamente: "Bienvenido al 26 de Julio", y haciendo una transición, "me tienes que contar de tu gran aventura sexual".

A los pocos día le comunican que lo han asignado a las Brigadas Juveniles. Comienzan a agitar y hacer pintadas reclamando la libertad para los moncadistas presos. Junto a él están además de Cubiles y Negdo Mesa, el autor de este texto, los hermanos Rubén y Mariano Cruz, los también hermanos Héctor y Raúl Pedrera, Sebastían y Luís Arcos Bergnes y Raúl Calvera, entre otros....(En esta foto, tomada en los primeros días del triunfo revolucionario, aparecen tres de los protagonistas de este relato histórico: De pie, de izquierda a derecha, Raúl Calvera, de pie en el centro, Jorge Hernández Cubiles; de pie a la derecha, Edelberto Espinosa y arrodillado Héctor Pedrera). Foto cortesía de Edelberto Espinosa.
...El primer entrenamiento se lleva a cabo en una casa en medio del pueblo, en la Calle Quinta entre Luz Caballero y Agramonte. Es la casa de la abuela de los Pedrera, que está ausente por unos días. Una tarde se reúnen los pocos integrantes de las Brigadas Juveniles (del M-26-7) del pueblo, para recibir la visita de quien es a la sazón Coordinador Provincial del Movimiento: Quintín Pino Machado, que públicamente es Jefe Provincial del Movimiento de la Nación, un ente político que han fundado Parda Llada y Jorge Mañach. Bajo este difraz (Pino Machado) se puede mover a través de la provincia, ya que el gobierno alienta las actividades políticas, para desalentar la insurrección. A Quintín Pino lo acompaña un joven de Santa Clara de apellido Paret. Sebastían Arcos les habla de los planes futuros, del papel a desempeñar por los militantes, en apoyo al esperado desembarco y les presenta a su hermano Luis que debido a su condición de ex soldado, ha sido designado para dirigir las clases militares. Allí mismo, usando un viejo fusil Springfield, Luis les da la primera clase de arme y desarme.( Fragmentos del capítulo "Su ingreso al 26 de Julio" del libro "El Tomeguín Blanco", novela histórica de Aldo Rosado-Tuero, que puede ser adquirida en www.amazon.com) 
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