SE PARECE TANTO A FRAY BARTOLOMÉ
(9-2-10-5:30PM)
Por: Maria del Carmen Carro- Especial para Nuevo Acción
.-Siempre he sido en extremo espiritual, en ideas a veces opuestas al espiritismo. No contraria, simplemente eso, soy apasionada y con base en ese mismo espiritualismo del que habló Martí en sus controversias en el Liceo Hidalgo de Méjico.
Y toda esta introducción, para preguntar: .- ¿Será que el espíritu de Bartolomé de Las Casas se apoderó del Cardenal Cubano? Ya, dije.- no sé mucho de estas cosas de espiritismo y muertos, pero es que se- ¡PARECE TANTO A ÉL!
-El Padre de Las Casas dijo. .- A LOS INDIOS MANSOS- que la Iglesia Católica era buena, la “única salvación”. Les obligó a rezar, a besar la Santa Cruz y a la vez participó en las “exterminadoras matanzas”, que acabaron con los indios indefensos desde Oriente hasta Occidente de la Islita. También en su función de buen sacerdote trató de doblegar al Gran Cacique Hatuey, al que los conquistadores españoles quemaron vivo. El sacerdote, con su sotana le propuso al valiente indio ir al cielo, si el valiente cacique se rendía ante la Cruz. -¿Y ellos irán al cielo? .- preguntó Hatuey- refiriéndose a los colonizadores, -¿Hay gente como ustedes en el cielo?
-Hatuey aconsejaba a los demás indios, menos diestros en el uso de los instrumentos de defensa. “NO SE UNAN, HAY QUE ATACAR EN PEQUEÑOS GRUPOS”.
Cuenta la Historia, que tenía sus criterios muy propios sobre los colonizadores españoles.
De ellos, dijo.-“Este es el Dios que los españoles adoran” y mostró una cesta llena de joyas. Habló de la forma en que seducían a las mujeres indias.
Hatuey el Gran Cacique, nos alertó. No hicimos caso. Siempre estamos hablando de unirnos, cuando ahí en las palabras del hombre que prefirió que lo quemaran vivo, estó la gran estrategia, porque unidos siempre hemos estado los periodistas y opositores pacíficos, así quedó demostrado cuando las primaveras negras.
Y en cuanto a los “pepes detrás de las mujeres”, que realidad más cruel que las jóvenes jineteras o prostitutas, proxenetas, en fin todo lo que dolorosamente han sufrido padres y madres dentro de la Isla. Créanme yo fui testigo de la bofetada que propinó una madre a uno de estos pervertidos nuevos colonizadores, que comercian con “los Castro”, se ríen con el dictador que indiferente deja a los “pepes” correr.
Cuántas familias cubanas han sufrido la pérdida de valores de sus hijos jóvenes que escapan de la realidad buscándose un “PEPE”, dígase “GALLEGUITO”.
Cuántas veces escuchamos en Cuba.- “hay que buscarse un PEPE”. Y como estamos hurgando en estos hechos que coinciden, también nos aparece un Cardenal, con gestos de consuelo, misericordia con los presos políticos de las mazmorras de Castro, cuando a la vez recibe una Comisión de Socialistas llegados de España y permite que desde el Arzobispado se cuestione y subvalore la capacidad de auténticos lideres de la Oposición Interna Cubana, para lograr la libertad y la democracia en Cuba. Sinceramente, busquemos un médium, un santero, un espiritista, todo menos a uno de la jerarquía católica cubana, cualquiera que pueda tener estas capacidades de videntes porque Bartolomé de las Casas anda suelto por ese Arzobispado y a más de uno les ha enseñado sus mañas de “exterminador”
Los indios mansos, laboriosos, no eran capaces de guiar la Isla del Caribe. Los opositores pacíficos ¡tampoco!, según los que editan y manosean los medios informativos de la alta y no asequible Jerarquía de los católicos cubanos. Yo propongo en nombre de mis costumbres católicas que “Espacio Laical” o “Palabra Nueva” tome este material y lo publique al igual que llenó sus espacios para atacar a cubanos opositores. ¡No tengan Miedo!, nos dijo el Mensajero de la verdad y la esperanza. El Papa Juan Pablo II. Y como la historia es caprichosa y tiene resacas como el mar, se repiten una y otra vez las consecuencias de usar la sotana y la Santa Cruz, no precisamente para llevar la Buena Nueva.
Al Cardenal Jaime Ortega y Alamino- Mensajero de la Cofradía Castrista lo escuché en cierta ocasión: “La función de la Iglesia Católica es Evangelizar, llevar la Buena Nueva”; y ahora lo vemos sentado frente al menor de “los Castro” negociando, tramitando, gestionando, o “exterminando” a los ya desgastados y sufridos presos que languidecen en las mazmorras castristas. Baste con observar a Ariel Sigler Amaya, o los que ya nunca más veremos, como Miguel Valdés Tamayo y Orlando Zapata Tamayo. No he escuchado, ni leído que se le ofreció a nuestro héroe poner sus últimos alientos sobre otra oración que no sea la de su madre Reyna Luisa Tamayo.
-Quisiéramos conocer cuántas veces los laicos católicos cubanos en nombre de la Santa Cruz, se dirigieron a nuestros hermanos, o le hicieron besar a los Castro la Santa Cruz para que limpien sus pecados que son bastantes, y son buenos pecadores. No observé al Cardenal Jaime Ortega y Alamino dentro de un confesionario, para facilitarles a los dictadores su confesión. Ellos pueden confesarse, deben estar sacramentados. Fidel Castro lo ha expresado en muchas ocasiones su educación la obtuvo en los Colegios de los Jesuitas. -¿Será que el Cardenal se vistió por dentro de general para sentarse en la guarida de los tiranos?
Soy y seré católica, pero por esos mismos mandamientos que aprendí desde muy niña no puedo aprobar y ver con ojos sumisos como ahora ya la Santa Cruz no se utiliza para exterminar indios. Esta vez tratan de “exterminar a los presos políticos” tratan de exterminar a la auténtica y genuina Oposición probada en los últimos años en los mas altos lugares del sacrificio humano.
-No necesitamos medias lenguas, ni sotanas para exigir lo que nos ganamos con Dignidad. La libertad que nos enseñaron los mambises, no se mendiga. Ni nos arrodillaremos para conquistarla.
Respetamos la Iglesia Católica, la Casa de Dios, la Casa de todos, pero preferimos como el Gran Cacique Hatuey que nos quemen vivos antes de ir al mismo cielo, donde pretenden estar los que se ríen con los tiranos y hacen de dialogueros, mientras en las cárceles los presos mueren, las madres sufren y son desoídas. El pueblo se convierte en el más triste del mundo. A nuestros hermanos, como en la época de la colonia los confinan al destierro, a no ver más la madre de todos: Cuba.
- No Bartolomé, a ese cielo no queremos ir. No Jaime, Cardenal, preferimos morir a la altura del Jefe de los tainos. De todas formas, gracias Cardenal, pero la intención de su misa no llevó la Buena Nueva a nuestros corazones.
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