¿Quién es Julia E. Sweig? CUARTA Y ÚLTIMA PARTE

miércoles, 8 de septiembre de 2010

DE LOS ARCHIVOS DE NUEVO ACCIÓN
(9-7-10-5:15PM)
A petición de numerosos lectores, en la edición del pasado viernes comenzamos a reproducir  una serie de artículos titulados "¿Quién es Julia E. Sweig? que fueron publicados en el mes de mayo del 2008. Hoy publicamos  la cuarta y última parte de esta serie:

¿Quién es Julia E. Sweig?
CUARTA Y ÚLTIMA PARTE
Julia E. Sweig es investigadora senior, a cargo de la cátedra Nelson and David Rockefeller y directora de Estudios Latinoamericanos en el Council on Foreign Relations. Es autora de Inside the Cuban Revolution: Fidel Castro and the Urban Underground y Friendly Fire: Losing Friends and Making Enemies in the Anti-American Century.
Es una de las llamadas “expertas” que asesoran al Consejo de Relaciones Exteriores, pero da la casualidad, que todas sus recomendaciones son favorables a los detentadores del férreo poder que mantiene esclavizado a nuestro pueblo. “Expertos” que solo repiten las consignas  y las mentiras fidelistas.
A continuación, les brindamos a nuestros lectores. Fragmentos de un largo artículo de la Sra. Sweig, en la revista del CFR “Foreign Affairs”, subrayando conceptos que demuestran de que lado está Julia Sweig y lo poco imparciales que son sus opiniones. Intercalados comentarios nuestros, en negrita, antecedidos de las letras N.A.= a Nuevo Acción
 “…Un aspecto alentador es que la comunidad estadounidense de origen cubano ya no tiene una sola perspectiva con respecto al futuro de Cuba y su papel en ella. Durante décadas, una importante minoría de exiliados de línea dura -- de los cuales algunos han defendido directa o indirectamente la violencia o el terrorismo contra Fidel -- ha tenido un triunfo en la política de Washington hacia Cuba. Pero los cubano-estadounidenses que llegaron a Estados Unidos cuando niños son menos apasionados y testarudos como votantes que sus padres y abuelos, y a los casi 300000 inmigrantes que llegaron desde 1994 por lo general les preocupa más pagar las cuentas y apoyar a sus familias en la Isla. Ahora, la mayoría de los estadounidenses de origen cubano, aunque sean anticastristas, reconocen que el embargo ha fallado y quieren mantener a sus familias y conservar lazos humanitarios sin eliminar por completo las sanciones. En general, muchos quieren la reconciliación más que la revancha….”
N.A. Vuelve a insistir en la mentira difundida por los quintacolumnistas castristas viviendo en este país. Esta foto de la AFP muestra lo contrario. Mire las caras de los que manifiestan, cuando se anunció la enfermedad de Fidel Castro: jóvenes, hijos de los viejos exiliados o recién llegados de Cuba.
“…El Departamento de Estado está empezando a reconocer estos cambios, y muchos congresistas deben ahora responder a los electorados de otros países latinoamericanos que resienten la excesiva influencia de los estadounidenses de origen cubano. Pero los elementos de la línea dura y sus aliados en Washington seguirán combatiendo contra cualquier propuesta de cambio general en la política hacia Cuba. Les preocupa que si Washington adopta una postura más realista en torno a la Isla, el tren de la política pasará por alto Miami y se dirigirá directamente a La Habana... y así perderán su influencia en el momento en que será más importante….”
N.A.-Esto no merece comentario. El inteligente lector de nuestro diario, ya lo ha leído y escuchado muchas veces anteriormente. En otras palabras, lo mismo de siempre: como “la mafia anti cubana de Miami teme perder su influencia para ayudar a ganar elecciones presidenciales mediante el fraude”.
LA JUGADA DE WASHINGTON
"Aun con crecimiento de la economía y nueva inversión del sector público en transporte, energía, educación, atención de la salud y vivienda, los cubanos hoy están profundamente frustrados por los rigores de sacar apenas lo suficiente para ir pasándola. Están ansiosos de una mayor participación democrática y de oportunidades económicas. Pero también se dan cuenta de que los modelos social, económico y político de Cuba sólo cambiarán en forma gradual, y que tal reforma será orquestada por quienes Fidel ha estado preparando para remplazarlo. Washington, también, debe aceptar que no hay alternativa a quienes ya están dirigiendo la Cuba post-Fidel….”
N.A.- La Sweig lo dice bien claro. Washington no tiene otra alternativa. Con los herederos de Fidel y sólo con ellos, hay que arreglarse. Los demás cubanos no sirven para hablar con Washington y mucho menos sirven los opositores de la tiranía.
“…Los latinoamericanos, aún profundamente nacionalistas, han considerado desde hace mucho a Fidel como una fuerza de la justicia social y un contrapeso necesario a la influencia estadounidense. Como demostrará la asistencia a su funeral, sigue siendo un ídolo. Latinoamericanos de diversas índoles ideológicas, la mayoría de ellos profundamente comprometidos con la democracia en sus propios países, quieren ver una instauración tersa de ella en Cuba; no la violencia y el caos que piensan que la política exterior de Estados Unidos llevará a ella...”
N.A- Ésta es su muy particular opinión de admiradora desenfrenada del tirano mayor.
“… Dados sus propios fallos en la década de 1990 para convertir el compromiso con Cuba en la democratización, y los actuales problemas de credibilidad de Estados Unidos en este campo, es improbable que los aliados de Estados Unidos en América Latina y Europa ayuden a Washington a utilizar alguna especie de iniciativa internacional para llevar adelante sus deseos de un cambio radical en Cuba….”
“…Cuando muera Fidel, no pocos actores de Estados Unidos y de la comunidad internacional correrán a hacer su aparición y, si lo logran, adelantarán una serie de demandas: establecer un referendo y elecciones multipartidistas, la liberación inmediata de todos los prisioneros políticos, la devolución de la propiedad nacionalizada y la compensación de los antiguos propietarios, una nueva constitución, una prensa libre, la privatización de compañías estatales: en una palabra, convertir a Cuba en un país que nunca ha sido, incluso antes de la Revolución. Muchas de estas metas serían deseables si uno inventara un país desde el principio. Por ahora, pocas de ellas son realistas….”
N.A.- En el colmo del cinismo esta representante del “Consejo de Relaciones Exteriores”, le niega a los cubanos la capacidad para vivir en democracia y libertad, con múltiples partidos, una prensa libre y libre empresa. Eso está bueno para los anglosajones, pero no para los cubanos. ¡Los cubanos: que se fuñan!
“…Tras el funeral de Fidel, un gobierno de "transición" del tipo al que aspira Washington no será el que ocupe el palacio presidencial en La Habana. Ello significa que la Casa Blanca no puede esperar responsablemente el día feliz en que los bosquejos de los informes de la comisión puedan ponerse a prueba. Más bien, la actual administración debe iniciar inmediatamente conversaciones con los dirigentes cubanos de más alto nivel. Al reconocer que Cuba y Estados Unidos comparten un interés en la estabilidad a ambos lados del Estrecho de Florida, la primera prioridad es coordinar los esfuerzos por evitar una crisis de refugiados o de imprevistas provocaciones por parte de los grupos de exiliados asentados en Estados Unidos ansiosos por explotar una oportunidad de cambio en la Isla…”
N.A. De nuevo trata de introducir la averiada mercancía del “diálogo” sin condiciones, con los sustentadores de la tiranía, extenderles una alfombra de rosas para que transiten por ella, obtengan créditos y todo lo que deseen y se perpetúen en el poder a costa de la opresión de nuestro pueblo, para que los súper capitalistas del CFR (Council of Foreign Relations) puedan hacer negocios con los asesinos y torturadores de nuestra gente.
“…Más allá de cómo se maneje la crisis, Washington y La Habana pueden cooperar en muchos otros temas delicados en la Cuenca del Caribe, entre ellos el narcotráfico, la migración, aduanas y seguridad portuaria, terrorismo y las consecuencias ambientales de las perforaciones petroleras en el Golfo de México. Los dos países han logrado colaborar en algunos de estos temas en el pasado: cada una de las burocracias tienen en su personal a profesionales que conocen su materia, e incluso se conocen entre sí. Terminar con la prohibición de Washington de viajar, jugada ya respaldada por las mayorías bipartidistas en la Cámara de Representantes, abriría aún más el camino a una nueva dinámica entre Estados Unidos y Cuba. Así como la Casa Blanca del primer Bush terminó formalmente con las operaciones encubiertas en la Isla, la administración del segundo Bush o su sucesor debería también quitar de la mesa el cambio de régimen, que por tanto tiempo ha sido la política central hacia Cuba….”
N.A.- Nada que agregar. Este párrafo está bien claro y es bien explícito.
“…De continuar el curso actual y la construcción de amenazas acerca de qué tipo de cambio es aceptable o no tras Fidel, Washington sólo desacelerará el ritmo de la liberalización y la reforma política en Cuba y garantizará muchos años más de hostilidad entre los dos países. Al proponer un manejo bilateral de la crisis y medidas de construcción de confianza, dar fin a las sanciones económicas, sacar del camino a los cubano-estadounidenses y otros estadounidenses que quisieran viajar libremente a Cuba, y al dar a Cuba la ocasión de trazar su propio curso después de Fidel, Washington ayudaría a terminar con la mentalidad de sentirse sitiados que por tanto tiempo ha prevalecido en el cuerpo político cubano y, con el beneplácito de los aliados estadounidenses, quizás ayudaría a acelerar las reformas. Los cubanos dentro y fuera de la Isla siempre han luchado por su destino, e intentado llevar el poder estadounidense hacia otros conflictos, directa o indirectamente. Con tal que los próximos 50 años no traigan más de lo mismo, el curso más prudente para Washington es salirse del camino, abandonando por completo la política interna cubana. Los sucesores de Fidel ya están trabajando. Atrás de Raúl hay muchas otras figuras con la capacidad y la autoridad para tomar las riendas y continuar con la transición, aun si Raúl se va. Por fortuna para ellos, Fidel los ha enseñado bien: se ocupan en consolidar el nuevo gobierno, resuelven los problemas del día a día, construyen un modelo de reforma con características cubanas, sostienen la posición de Cuba en América Latina y en el plano internacional y manejan las predecibles políticas de Estados Unidos. Que estos logros soporten la muerte de Fidel es una victoria final para el superviviente definitivo de América Latina.
N.A.-Muy claras y directas estas últimas “sugerencias”: Saquen del camino a los cubano-estadounidenses. O sea a los anticastristas. Esta señora está proponiendo OTRO “TRATADO DE PARÍS”. Que el destino de nuestra nación para los próximos cincuenta o cien años de arregle entre los representantes de la Satrapía que nos ha sojuzgado por medio siglo, y el Gobierno norteamericano, sin contar para nada con la voluntad de los cubanos que ansían y luchan por una patria libre y soberana. SRA SWEIG, POR FAVOR NO ARRUGUE QUE NO HAY QUIEN PLANCHE (Publicado en Nuevo Acción el viernes 23 de mayo del 2008)
Enhanced by Zemanta