
LAS TRIBULACIONES NUCLEARES DE UN TIRANO LOCO
viernes, 10 de septiembre de 2010
LAS TRIBULACIONES NUCLEARES DE UN TIRANO LOCO
(9-9-10-5:30PM)

Por Héctor Julio Cedeño Negrín- Periodista Independiente de Cuba.
La inmensa mayoría de los tiranos, estaban locos ya, antes de establecer sus respectivas dictaduras o se les terminó de llenar, de guayabitos la azotea, en el transcurso de su obsesión tiránica. Eso no se ha podido establecer estrictamente en todos los casos analizados. Pero lo que si puede afirmarse, es que la totalidad de esos tiranos, ya habían perdido totalmente la cordura, al final de sus satrapías.
Recuerdo cuando Eric M. Gairy, ex Primer Ministro de Granada en los años setentas, estaba completamente obsesionado con los OVNIS (Objetos Volantes No Identificados). En cada foro internacional, en el que participaba, planteaba invariablemente las incógnitas sobre el tema, por lo que comúnmente era tildado como un chiflado, por el resto de los dignatarios que participaban en esas reuniones.
Ese fue muy posiblemente, uno de los pretextos esgrimidos por Maurice Bishop, para justificar el golpe de Estado, propinado al Premier granadino en 1979. Aunque no podía tildarse a Gairy como un tirano, pues apenas había cumplido un primer mandato, luego de ser proclamada la independencia de la isla caribeña de la dominación británica, en 1974. Pero esto si ejemplifica como hasta un jefe de Estado, puede vivir obsesionado con alguna cuestión.
Entre los tiranos locos pueden insertarse muchos, por ejemplo, Nerón, Calígula, Leonidas Trujillo, Papá Doc, Mao Tsé-tung, Adolf Hitler, Benito Mussolini, etc y hasta varios Reyes famosos, pues todos tenían algún tipo de obcecación o de locura. Entre ellos está, igualmente enajenado, el único Rey habido en el territorio de la isla de Cuba. Tan así es, que eso mismo de creerse un Rey, es una de las mayores alucinaciones del sátrapa cubano, hoy más que desquiciado.
Ahora está obsesionado con la guerra nuclear. Según dice textualmente, el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE): Obsesión- “Perturbación anímica producida por una idea fija. || 2. Idea que con tenaz persistencia asalta la mente”.
Esa fascinación, le viene de la época en que autorizó a los rusos, para instalar cohetes atómicos en el territorio de Cuba y que puso al pueblo cubano al borde mismo de la destrucción nuclear, por la imprudencia de la mente enfermiza, de un enajenado mental que sueña con hundir a esta ex-bella isla de Cuba, en el océano más negro y profundo, después de haberla reducido a un montón de escombros, durante más de cincuenta años de sistemática destrucción.
Él creyó, tontamente, que podría manipular a su antojo los cohetes atómicos rusos y convertirse a si mismo, en una potencia nuclear, pero se lo cogió con la puerta y se quedó con las ganas. Algo parecido fue la idea de construir una central electro-nuclear, para poder chantajear a los Estados Unidos con la contaminación radiactiva, pero el cálculo también le falló. La presión de los norteamericanos que adivinaron la jugada, fue tal, que paralizaron completamente la construcción.
Si no fuera por la cercanía y por lo peligrosa, valdría la pena regalarle una bomba atómica, para que durmiera abrazado a ella, en su alucinación esquizofrénica.
Escribía el italiano Curzio Malaparte, en su obra ‘Técnica del Golpe de Estado’, que una de las características de los dictadores, es la envidia: “la dictadura no es solo una forma de gobernar, sino que es la forma más acabada de la envidia, bajo todas sus formas: intelectual, moral, política.” Si el tirano de Cuba tiene un sentimiento verdadero hacia los Estados Unidos, es precisamente la envidia, el hubiera querido nacer en aquel país gigante del norte y no en esta pequeña islita insignificante, aunque también de la América del norte. De ahí proviene el tremendo odio, que hoy le cocina su propio hígado. Probablemente, si Fidel Castro hubiera nacido en la época de la colonia española, habría sido anexionista.
Pero además el sátrapa cubano es racista, envidió a todos los Presidentes norteamericanos, comenzando por el General Dwight Eisenhower, que lo menospreció y no quiso reunirse con el y terminando por George Bush, quien se expresaba burlonamente del envejecido dictador. Pero es precisamente Barack Obama quien más le desordena, porque el Presidente Norteamericano no le menciona ni por un minuto, simplemente lo ignora el ciento por ciento de las ocasiones en las que articula palabra, pero además es un negro, que le hace el caso del perro.
Si las burlas de Bush casi le hacían reventar, el desprecio del afro americano, como el nombra a Obama, le reventará como a un sapo, cuando le embuten sal. Al final al tirano loco, si no termina con su guerra nuclear, tendrán que aplicarle varias sesiones de electroshock.
Aunque es también una vieja táctica de las tiranías, eso de sacudir el fantasma de la guerra, cuando se encuentra en una situación muy delicada como la actual. Por lo pronto la guerra solo vive, en la mente del destartalado tirano. Habrá que tener cuidado, no sea que en su cabeza albergue un cerebro nuclear y nos contamine con una explosión cerebral.
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