(8-26-10-9:30AM)
¡Porque no hay propiedad privada! En 1968 se cerraron –los timbiriches- los últimos reductos de propiedad privada en Cuba. Esta propiedad es la que impulsa el desarrollo, porque la gente con inteligencia creativa y trabajadora saca adelante un país.
Cuba se encuentra hoy en el último lugar de América, en cuanto a la libertad económica. Ningún individuo posee la libertad de iniciar un negocio propio, y ni siquiera de adquirir o escoger el producto que desea consumir. El gobierno decide la cantidad de leche que tomas, y hasta qué edad; cuánto cafés bebes, cuánto frijoles o arroz comes.
Si a los cubanos los dejaran trabajar con libertad, enseguida se vería el cambio, la mejora. El cubano es trabajador e inteligente y ha probado en todo lugar del mundo donde han emigrado lo que son capaces de hacer. Cuando somos libres florecemos, pero cuando estamos cautivos nos marchitamos, como pasa con el sinsonte que enjaulado no canta.
El sistema vigente en Cuba obliga al hombre a corromperse, porque tienen que mantener y alimentar a su familia. Se ven obligados a desviar recursos de las entidades estatales. Si se cierran las puertas del mercado lícito, se abren las del ilícito. ¡Todo por falta de libertad!
Si ese mismo ciudadano tuviera la posibilidad de desarrollar su capacidad, iniciativa, e inteligencia, de seguro que no recurriría a la ilegalidad para vivir.
En Cuba la gente no son dueños de nada. Cuba es una gran cárcel. Tienes que vivir desconfiando de todo el mundo: tu mejor amigo, vecino, cónyuge…”
No puede haber desarrollo económico de un país donde el Estado controle la propiedad y es dueño de todas las principales empresas.
(Publicado en Cuba, en el primer número bimensual (Julio y Agosto de 2010), de la Revista “Fuego y Dinámica”, Pág.: 11, de la red apostólica del pastor Pentecostal Bernardo de Quesada Salomón.)
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