
HABLEMOS CLARO
sábado, 21 de agosto de 2010
HABLEMOS CLARO
(8-20-10-5:15PM)

Por Lázaro Tirador Blanco (Fragmentos de la Introducción a su libro del mismo título)
Hablemos claro; el régimen castrocomunista, con independencia del disfraz que se ponga debido a las circunstancias socio políticas que cada día se agravan en el país, jamás cederá un ápice del control gubernamental, ni va a permitir que se establezcan otros partidos políticos, que un día puedan acceder democráticamente al poder. Ellos han sido dueños absolutos del poder y no lo van a entregar por ningún método democrático. Sólo una masiva demanda popular y una postura viril de los cubanos logrará el clima necesario para lograr un verdadero cambio, pero éste tendrá que ser sin la participación de ninguno de los Castro ni de su camarilla más cercana, ni de ninguno de sus discípulos más aventajados.
Hablemos claro; Cuba no necesita algunas medidas para que mejore la situación de los cubanos. Cuba necesita un cambio radical en todas las estructuras del gobierno y la sociedad para que pueda regresar a la situación que tenía antes de las dictaduras de Batista y de los Castro, y luchar y trabajar duro para recuperar y superar el destacado lujgar que tuvo entre todos los países latinoamericanos, por su creciente desarrollo económico, social y cultural. Esa es la meta.
Hablemos claro; de una cruenta tiranía como la que sufre Cuba por más de 50 años, no podrá salir sino un burdo bosquejo de una tiranía mejorada. Eso es lo que le espera a los con confían en los cambios del gobierno de Raúl Castro.
La propia manera en que hoy Raúl Castro le achaca la debacle de la economía cubana a que la gente no trabaja, no quiere cultivar la tierra y no quiere ahorrar de lo que apenas tiene, sin tener en cuenta que es la misma gente que ha padecido los errores constantes de su hermano, de él y su pandilla, la opresión de su propio sistema y la represión más cruenta de la historia, son suficiente evidencia que, como acaba de anunciar, la única esperanza de los cubanos será un eterno período especial.
Hablemos claro; la reconciliación y la concertación nacional tiene que ser entre los cubanos sufridos, entre los disidentes, perseguidos, masacrados y hechos prisioneros solo por defender los derechos que la dictadura le arrebató al pueblo. La reconciliación tiene que ser entre los buenos cubanos de adentro y de afuera que quieren un futuro de paz, desarrollo y bienestar para todos, después de medio siglo de terror, padecimientos y represión, que han marcado a la nación cubana para siempre.
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