OTRAS VOCES:

lunes, 14 de junio de 2010

OTRAS VOCES:
(6-12-10-7:15PM
"Yo no me voy a callar, porque ese país es mi país, y aún en el exilio, es mi país, y dentro de Cuba, en mi mundo, en mi espacio, hice mucho más que la señora Miriam Leyva, que en entrevista a Nelson Rubio recalcó que ellos estaban allí y no fuera, como reivindicando el derecho a ser disidentes con beneficios y seguridad social incluida. Y es que ser disidente en Cuba, de éstos, que cobran por serlo y se montan el negocio, empieza a ser una carrera. Pues ella puede estar muy dentro, en el meollo, y ser una cómplice del castrismo. Porque muchos de los que nos largamos lo hicimos porque no quisimos ser nunca más cómplices de nada, y nuestros padres sufrieron el doble de lo que han padecido ellos. Porque ni mi padre, ni mi madre, vivieron jamás de hacerse la periodista independiente sin serlo, ni de traducir entrevistas con disidentes, ni esperaba a que el exilio les mandara nada por declarar cuatro bobadas a la prensa y por maltratar a los periodistas que los dan a conocer al mundo, porque sin la prensa del exilio ya me dirían ellos quién los hubiera escuchado." Zoé Valdés
"Mi opinión, y lo he repetido una y mil veces aquí, es que esa decisión del gobierno norteamericano sería un grave error. Sin los turistas norteamericanos, Cuba no se encuentra “aislada” ni mucho menos, como argumenta la carta. Y con los turistas norteamericanos, el gobierno cubano sí obtendría recursos importantes para seguir sosteniendo el régimen actual. La apertura de los viajes a turistas norteamericanos no es necesariamente sinónimo de esa “apertura” abstracta que el documento proclama y defiende como una suprema virtud.
¿Cuántos ciudadanos de los Estados Unidos van a dedicarse, como expresa la carta, “a visitar a los familiares de los presos políticos y otros miembros de la incipiente sociedad civil cubana”? ¿Cuántos estarían dispuestos a “sensibilizarse aun más con la necesidad de los cambios en Cuba” y a “ser puentes solidarios y cercanos para favorecer la transición que deseamos muchos cubanos”? La respuesta está a la vista. La misma cantidad de españoles, canadienses o italianos que ahora lo hacen. Es decir, una cantidad francamente insignificante del volumen turístico que visita Cuba cada año.
No hay que haber leído a Umberto Eco para saber que el turista no es un ente ideológico. Nos guste o no, el turista promedio viaja a Cuba en busca de sol, playa, mulatas —y es a cambio de eso que deja su dinero. Lo otro son palabras grandilocuentes e idealismos dañinos.
" (Blog “Penúltimos  Días”)
Después de más de medio siglo de tiranía Castrista en Cuba, aquellos que no conocen a estas horas lo que verdaderamente sucede en Cuba es que nunca lo conocerán ya que no desean verlo y mucho menos reconocerlo. Muchos millones de canadienses, europeos y sobre todo españoles, y de muchos otros países que hablan el mismo idioma que los cubanos, han llegado a Cuba como turistas y su efecto ha sido no significativo con respecto a conocer lo que verdaderamente hay en Cuba: una dictadura totalitaria. Millones han sido las visitas de cubanos que viven en el Exterior y han viajado a Cuba o que viven en Cuba y han viajado al Exterior y que de primera mano le han mostrado a los cubanos de la Isla como se vive en países con libertad y democracia.

En los países de Europa del Este no fueron los turistas los que ¨le abrieron los ojos¨ a los nacionales; fueron las realidades vividas y sufridas. Muchos millones de turistas norteamericanos han viajado anualmente a China durante décadas y muchos millones ya habían viajado cuando se produjo la matanza de Tiananmen.

Algo que es hasta vergonzoso decirlo: son muy pocos los extranjeros y cubanos que se atreven a visitar a opositores y familiares de presos políticos en Cuba aunque sea para llevarles ayuda humanitaria. Un turista promedio no desea complicarse su vida pasando malos ratos en una estación de policía o cárcel cubana y viendo prohibida su entrada a Cuba hasta que el régimen desaparezca. Muchos de los firmantes saben que lo que estoy diciendo es una verdad tan grande como un templo.

Un factor que muchas veces se olvida es que el gobierno norteamericano puede hacer muy poco cuando un ciudadano norteamericano es detenido en Cuba aunque sea nacido en los EE.UU.; son muchos los ejemplos, pero el más reciente es el del subcontratista Alan P. Gross deDevelopment Alternatives Inc. (DAI), arrestado en La Habana el 5 de diciembre por enseñarle a judios cubanos como burlar la censura en Internet que ha implementado la tiranía Castrista en la Isla.(Baracutey Cubano)