Arroyo Naranjo, La Habana, 24 de junio de 2010 (PD) A muchos opositores por acá y a otros que dicen no serlo a tiempo completo excepto cuando les conviene, el artículo “De la pista o de la peste a peo”, de la escritora Zoé Valdés, los tiene que chillan gomas. Demasiado desmesurada y vitriólica la Zoé. ¿Alguien esperaba menos de ella porque se haya mudado hace años a París? Por algo será que los escribas de La Jiribilla (algunos de ellos fueron alguna vez sus socitos), para denigrarla a sus anchas, la re-bautizaron Soez Valdés. Pero no tengan dudas, a quien más duele la lengua y la pluma de Zoé es a la dictadura. Ahora también duele, y de qué manera, a ciertos opositores y otros que ni se sabe a ciencia cierta qué coño son a estas alturas del campeonato de la sinvergüencería.
A decir verdad, el artículo de Zoé Valdés, me dio risa, pero en el fondo me deprimió. No por nombres ni nombretes. Al que le sirva el túnico, que se lo ponga. Al que no, que se defienda. La cuestión es que no será para nada halagüeño el futuro en manos de tantos tramposos, segurosos, jineteros, encapuchados y bisneros que es evidente, se nos viene encima.
Oigan, porque miren que huele mal la caldosa de gato por liebre que nos quieren obligar a tomar a buchitos. Ni siquiera se esfuerzan por engatusarnos con el condimento. Y arriba aspiran a que digamos a coro: ¡Qué rica! y firmemos de un solo trazo cuanto papelón aparezca, a favor o en contra de cualquier cosa. Lo importante es dividir, atizar las contradicciones, inducirnos al papelazo. Destruir a las Damas de Blanco y al periodismo independiente. Deslegitimar a la oposición. ¿O creen que no nos damos cuenta?
Zoé Valdés no es la primera que barrunta el guión que se cocina. Hace rato que oigo hablar de la trama gedosiana-moratinera-ensotanada-y sabrá Dios que más, puesta a hervir a fuego lento en el puchero. Lo peor es que nunca faltan atorrantes, tarados y estúpidos que sigan la rima en sentido contrario. Y así proseguimos, viento en popa y a paso de conga, uno-dos y tres-que paso más chévere, la ruta hacia el desastre total.
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