LA DICTADURA INDECISA
jueves, 10 de junio de 2010
LA DICTADURA INDECISA
(6-9-10-5:30AM)
Por Héctor Julio Cedeño Negrín- Periodista Independiente de Cuba.
El general estrellado, no acaba de encontrar el rumbo, su actuación ambigua e insegura demuestra su falta de liderazgo y manifiesta que él no tiene ni la idea, de lo que habría que hacer en la actual situación, muy delicada en que vive nuestra nación. Yo, aunque ciertamente, no soy un conocedor, me atrevería a darle un consejo. No es que le proponga entregar las armas, mi consejo es otro y muy sencillo y se refiere solo, a que intente desactivar, al menos provisionalmente, la creciente ofensiva contra su vilipendiada dictadura. Y no me refiero solamente, a la que llaman, ‘ofensiva mediática’, si no a la diplomática, política, económica y de todo tipo, que cada vez cobra más fuerzas en innumerables rincones de todo el planeta.
Los Presos Políticos, especialmente los Prisioneros de Conciencia, son definitivamente una espina clavada, que no solo le dificulta el andar, a los gobernantes cubanos, sino que ni siquiera les permite progresar. Por mucho que los mentirosos de siempre, repitan una y otra vez y reafirmen hasta la saciedad, que esos prisioneros internados en las mazmorras de la tiranía, son simples mercenarios pagados por el imperialismo yanqui. Esa teoría, tan absurda e irracional, no funciona, ni minúsculamente. Nadie puede comprender en Cuba o en el extranjero, la existencia de unos mercenarios pacíficos, incapaces de empuñar un arma en contra de quienes los lesionan, encarcelan o asesinan. Unos mercenarios, que incluso, son capaces de morir estoícamente en una larga huelga de hambre, para reclamar por el respeto de sus derechos y de su libertad, a expresarse pacíficamente, como lo hizo el intrépido, Orlando Zapata Tamayo.
Y no es que quiera que se salve su tiranía, todo lo contrario, espero que se hunda pronto, en el mismísimo infierno, sino que cualquiera puede vislumbrar fácilmente, que poner en libertad inmediata a por lo menos, todos los Prisioneros de Conciencia, le permitiría al desgobierno que usted semi-representa, un respiro en su desesperación. Eso, si ustedes fueran personas inteligentes y con cierta coherencia en la actuación. Porque el objetivo que persiguieron al encarcelar a más de setenta y cinco opositores, en el año 2003, que posteriormente fueron declarados ‘Prisioneros de Conciencia’, refleja a siete años de su realización, que la acción ejecutada fue un verdadero disparate, de las mediocres inteligencias que lo elucubraron.
Si los ideólogos de la dictadura, fueran lo suficientemente autocríticos, como supuestamente les ha enseñado su amado líder, pudieran percatarse de que los objetivos trazados para aquel marzo nefasto de 2003, fueron un estrepitoso fracaso. Y no solo eso, sino que ha tenido un resultado, totalmente contraproducente, para la dictadura o sea, que el tiro les salió, a toda velocidad, por la culata.
Si pretendieron intimidar al pueblo cubano, para que se replegara en su lucha por la libertad, la democracia y por el respeto de los derechos humanos, no lo consiguieron en lo absoluto. Contrariamente a lo proyectado se han multiplicado, de manera exponencial, los activistas, sus acciones y las organizaciones que extienden su potencial contestatario por toda la isla. La anterior tranquilidad relativa, de la que disfrutaban los gobernantes cubanos antes de las redadas de la ‘Primavera Negra’, del año 2003, se fracturó. Aunque todos sabemos, que para aquella fecha estaban sumamente intranquilos y nerviosos, ahora podemos constatar, que para esta fecha, están muchísimo peor, más desgastados y aborrecidos por toda la población, a pesar de que ha seguido funcionando, a toda marcha, la válvula de escape de la emigración. Es decir, que en esta hora, el descontento está incrementando su aceleración.
Raúl, según la teoría del malo y del bueno o del despiadado y el compasivo, al balancearlo entre el y su hermano Fidel, siempre ostentaba la posición del tipo recalcitrante, este método, bastante mal aprendido, lo utiliza la Policía política en su enfrentamiento a los opositores. Pero solo funciona para el que no esté prevenido y no lo conozca. Así pues Raúl, era el gran general de mano de hierro, con el que no era posible protestar ni negociar. Cierto que fue uno de los que más fusiló y ahorcó, gentes, pero los asesinos no son precisamente los guapos ó los duros, sino los temerosos y los cobardes. Cuando le designó su hermano, como el sustituto de la satrapía hereditaria, por nepotismo, él salió con mano ‘potente’, reactivó los juicios sumarísimos, por todos los barrios y vociferó que en Cuba, tenía que trabajar hasta el gato, que no se permitiría, bisnear, trajinar, ni trapichar a nadie. Hasta una muchacha que revendía huevos en la calle Ejido, comprados legalmente en los inestables mercados de la dictadura, a un precio menor, fue condenada a un año de prisión y una señora mayor, que vendía jabitas de nylon, fue igualmente sentenciada a un año de cárcel, por un tribunal callejero, en un juicio sumarísimo y desesperada al verse en la encarcelada, ella que jamás estuvo en una Estación de Policía, se cortó las venas y se suicido. Así se hicieron redadas en toda la Ciudad de la Habana (en todo el país, pero es aquí donde soy testigo). La cosa se puso tan fea (debo aclarar que la cosa de la que hablo, no es Fidel Castro, como lo llaman el pueblo por las calles, si no la situación dentro de la población), que estuvo a punto de chocolate y la gente comenzaron a tirarse para la calle, ellos aflojaron la mano de inmediato, se suspendieron los juicios callejeros y más o menos volvieron las cosas a la normalidad, continuaron, el hurto, el robo, el invento y las autoridades se hicieron los de la vista gorda, se apaciguó la sublevación (claro no fue una protesta política, sino la protesta por no poder conseguir lo necesario para comer y sobrevivir, fueron incidentes con la policía y con inspectores, sobre todo). Ahora se bisnea y se trapichea, más que en tiempos de Fidel. O sea, que Raúl no es tan duro, ná, como decimos los cubanos, Raúl es más cáscara que boniato, aunque la población encuentre, que con Raúl todo está peor. Y lo está.
Hace un tiempo, cuando el comediante en jefe estaba ya, ‘pa la tonga’, pero que aun respiraba, me cruzó Raúl por el lado dentro de una Limousine Huinday de color blanco, iba a gran velocidad acompañada de un par de motos que le abrían el paso. No pude verle ni el pelo, aunque los que vimos el vehículo, sabíamos que se trataba del general, eran más de la una de la madrugada y me encontraba yo a la entrada del reparto Koly. Ahora, luego de ser investido el sátrapa, como ‘Tirano Oficial’ de la dictadura castrista, según me cuentan algunos amigos, ya no se mueve sólo, sino en una gigantesca caravana en la que marchan un montón de vehículos. Ahora tiene mucho más miedo que antes y no es para menos, ahora no le teme tanto a un atentado de la CIA, ni del imperialismo, a lo que le teme Raúl, no es ni siquiera a Luis Posada Carriles, al que tanto le temía Fidel, sino que Raúl ahora le teme, incluso, hasta su propia sombra.
Por ello le convendría tratar de que mejore la situación para toda la población, que alguien le pueda otorgar algún crédito sustancial y que puedan ser más confiables y seguras las inversiones y ventajosas para los que invierten, porque de lo contrario nadie vendrá y todo se irá poniendo cada vez peor y puede continuar incrementándose el criterio, entre los militares, de que otra persona, más joven y con superior aptitud, lo puede hacer mejor. No siempre los órganos de la inteligencia podrán neutralizar estas situaciones e incluso en la propia inteligencia puede estar el peligro, por su gigantesco poder, aunque se trate de acomodar a los oficiales para que tengan mejor calidad de vida y ofrecerles otras gratuidades, se sabe que hay fracturas dentro de los cuerpos armados, aunque se oculten y que además estos son muy grandes y por tanto muy difíciles de controlar.
Por eso le recomiendo al general, que no trate de hacerse el duro, que aquí lo conocemos muy bien, libere a los presos políticos y quítese por lo menos, esa carga de encima, que en definitiva usted no puede con tantas cosas a la vez.
¡NO SE HAGA EL MACHAZO DE LA PELÍCULA, MI GENERAL! En definitiva, no estamos en México.
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