CUBA: UNA VICTORIA QUE FORJAR (I)

sábado, 5 de junio de 2010

CUBA: UNA VICTORIA QUE FORJAR (I)
(6-4-10-11:00AM)
Por Luis Conte Agüero
Nuestra historia baña el alma y nos acompaña el recuerdo de la patria:
CUBA: CIELO EN SUELO
Azul hecho verdor en el Caribe.-Hecho isla.- Hecho mar.- Hecho luz.- Hecho  patria.- Hecho lengua.- Hecho raza.- Hecho credo- Y hecho mantilla de rosas- que envuelven en pétalos y espíritus- jirones de gloria intacta y esperanzas rotas.- Sementera de sueños y palmas;- de nostalgias que beben recuerdos de miel.- No procuro exaltar a tus héroes,- ni tampoco execrar a tus viles;- sólo busco besar tu sonrisa perenne- por los siglos de los siglos,- y agradecer a Dios haberme permitido- ser uno de los hijos de tus hijos.
El comunismo que fusila derechos y personas, y también la historia, ha llevado al paredón, entre otras, la efemérides del 20 de mayo de 1902, fecha de instauración de la República de Cuba.  Obliga a que sólo se conozcan y conmemoren sus propios hechos, los mismos que sumen al país en desgracia tan horrenda.
Frente a este crimen de lesa nacionalidad es deber ineludible honrar nuestro pasado y avanzar hacia un futuro que queremos democrático, ético, libre y próspero.  Urge reconquistar nuestra historia para salvar el porvenir. Repito el lema “De la añoranza a la esperanza”. Duele esa Cuba de hoy, dolorida y trágica donde se exhiben cual tesoro un teléfono celular, una mocha para trabajos agrícolas u hospedarse en un hotel, afrenta a la civilización occidental que llora ante los ojos de la humanidad.
De ahí el aprovechamiento de fechas claves por organizaciones del destierro para volcar su digna indignación contra el totalitarismo asesino, honrar la patria fundada por los próceres y alzar un mañana donde sea la democracia el orden de la libertad, el ciudadano soberano y el derecho de gentes tan natural como el agua y el sol.
Tras las penas inenarrables que hoy padece, el pueblo de Cuba tiene el derecho y el deber de hacer lo suyo y más, y reclamar la ayuda del mundo para liberarse de su luto actual y vivir en progreso, paz y Dios.”
A pesar de la miseria que azota al pueblo de la Isla, nada indica una salida pronta a la tragedia cubana. Aves de rapiña vuelan en direcciones múltiples inventando feudos y tesoros. Mercaderes intensifican sus gestiones en el Congreso y en otros campos de los Estados Unidos e internacionales para que se levante el embargo o se viabilice de algún modo el comercio con los Castro. Otros desean que los Estados Unidos le hagan el trabajo y les recoja y regale la cosecha.
Cosecha maldita fue Luis Posada Carriles encarcelado, abusado y, lo peor, calumniado por aquellos sectores con los cuales combatió patrióticamente al comunismo. Algo similar sufrieron Santiago Alvarez, Osvaldo Mitat, Ernesto Abreu, como antes lo sufrieron Rodolfo Frómeta y los ortodoxos Jorge Pérez, Osvaldo González y Benito González.
Los Servicios de Inteligencia norteamericanos, brazos ejecutivos del poder nacional, cumplen órdenes; su mecánica excluye lo ético y la diferencia entre mercenario y patriota. No ignora la diferencia colosal. La crisis surge cuando varía el rumbo oficial y el cuerpo de inteligencia recibe órdenes de abandonar una tarea que el patriota continúa. Entonces puede perseguirse como a enemigo al amigo de ayer. De ahí métodos y consideraciones miserables contra el combatiente que sigue la lucha por su patria, su familia, su gente y porque otros combatientes han quedado en el camino y él siente que si abandona la lucha los abandona y se abandona y se deshonra.
En la maraña de ataduras que caracterizan la estructura jurídica de los Estados Unidos, palabras ardientes y medidas tibias equivalen en la práctica a una venta de ilusiones. No las compramos.
Ningún cambio esencial ha ocurrido en Cuba. Raúl Castro consolida el control del Partido Comunista. La cantaleta de la transición devino broma. La tiranía ni siquiera finge transigir. Exhibe su capacidad represiva. Patea a quienes se le oponen y a los más contumaces dialogueros. La última broma es trasladar algunos presos para prisiones menos lejos de su hogar.
¿A dónde mirar entonces? ¿A que la presión popular en Cuba se anime, cobre fuerzas, se movilice, exija, rete; a que el exilio sea realmente el auxilio de la resistencia combatiente; a que se rebelen militares inconformes con sus dificultades económicas ante la riqueza obscena de sus jefes multimillonarios? ¿A que acaso en algún jerarca se empine la pasión de libertad y Dios?
ALGO CLAVE QUE ACLARAR: VICTIMARIOS VÍCTIMAS
Es clave aclarar que el pueblo de Cuba, unos y otros, enemigos y aparentes enemigos, ha sido víctima del sistema castro-comunista para beneficio exclusivo de una jerarquía ladrona y criminal que convierte la Isla en finca privada, invierte en propiedades lejanas y esconde miles de millones de dólares en bancos y otros destinos extranjeros.
Muchos que ayer ensalzaban y cantaban loas a bienes por llegar, ya desvanecidos esos espejismos, lloran desencanto o protestan o procuran escapar.
Para escapar de ese “mar de felicidad’ que babosamente pintara otro déspota delirante, millares de cubanos se dieron al mar y frecuentemente naufragaron en olas trágicas. Al Corredor de la Muerte de la Florida se suman otros puertos, otros rumbos, otras tumbas.
Recuérdese el fusilamiento instantáneo de Lorenzo Enrique Copello, Bárbaro Leodán Sevilla y Jorge Luis Martínez, tres muchachos negros que intentaron huir y el asesinato de otros tres jóvenes negros de quienes se dijo casi burlonamente que al descubrirse la fuga se suicidaron con un mismo revólver y un niño resultó herido.
El pueblo es víctima. Quienes integran los pelotones de fusilamiento quedan marcados por recuerdos espantosos.
A la gente suya, a quienes se prestan a ello y a los que no pueden oponerse, el sistema los manda a servir de esbirros en prisiones infernales.
A matar en Etiopía, el Congo, Angola... a huir en Granada; a subvertir en América; a morir en Bolivia para alimentar un delirio imperial, ahora venido a menos por el desastre económico que obliga a importar azúcar de Brasil y Colombia.
A gritar “escoria” y “gusanos” y arrojar huevos y agredir a quienes aprovechen cualquier tolerancia temporal para marcharse de la Isla en busca de horizontes nuevos. O a gritar infamias y reprimir a las Damas de Blanco, sólo armadas con su dignidad y los gladiolos.
A perpetrar abusos desalmados en Brigadas de Respuesta Rápida y Turba-tropa apestosa, bañada sólo en infamia.
A la Escuela al Campo y los sacrificios de una agricultura que a veces no logra otra cosecha que el fruto desnaturalizado de un aborto en la promiscuidad sexual.
A envenenar la infancia fabricando pioneritos, recitar consignas, perfeccionar odios.
A mostrar senos y curvas de jineteras en infames folletos oficiales para consumo exterior.
Sin pudor alguno el tirano prometió que el niño Elián González no sería utilizado políticamente, y ahí lo tienen uniformado, crecido en babas y declamando comunismo.
Desde la infancia y en todas las estructuras y tareas, el sistema sistematiza la obediencia, el acatamiento, el servilismo, la delación, el espionaje, la impiedad, y es tanta la miseria creada por la corrupción y la incapacidad que fabrica delincuencias en las personas de a pie.
No planteamos una absolución global de culpables. A muchos de ellos deben juzgar los tribunales. Se quiere que un pueblo víctima se incorpore a la construcción de un futuro radicalmente distinto a este presente de fracaso, penuria, tristeza, opresión.