CUBA: LOS INTRANSIGENTES Y LAS ESTRELLAS FUGACES

martes, 22 de junio de 2010

CUBA: LOS INTRANSIGENTES Y LAS ESTRELLAS FUGACES
(6-21-10-5:30PM)
Por Pedro Juán López.
Se interpreta muy a menudo que la intransigencia es una reacción humana contraria a todo entendimiento y raciocinio. Pero la intransigencia tiene otras caras que hay que tener en cuenta. La cara de la razón intransigente que proviene de las entrañas de la intransigencia de la sinrazón.
La intransigencia es también la reacción honrada sobre algo que se nos quiere imponer a toda costa, por medio de la fuerza, ya sea con la punta de una bayoneta o con el tramposo método de la demagogia o el llanto fingido e irreverente de los que no son capaces de entender, que además de dignidad,  los hombres como los pueblos, tienen principios y saben aferrarse a ellos, aún cuando la cúpula celestial aquí en la tierra, que sería su último refugio, le cierra las puertas a la justicia y  la libertad.
Es muy fácil para los que no durmieron sobre toneladas de TNT en Isla de Pinos cuando eran prisioneros del castrismo en la década del sesenta, o nunca le arrancaron de sus brazos a un ser querido, a un amigo o a un compañero para llevarlo al paredón; o no haber sido pateado y vilipendiado en medio de una calle pública por las turbas del régimen en la década del ochenta o en la Cuba actual, estar ahora ungidos de santones salvadores de esa alma en pena que se llama castrismo sobre lo cual siempre nos hemos preguntado y nos seguiremos preguntando ¿Por qué tanta preocupación ahora, si siempre guardaron silencio con los crímenes que cometían y aún siguen cometiendo ?
No se vaya a confundir nadie porque soy un cristiano ciento por ciento. Pero sinceramente, no me quedan más argumentos y me veo en la obligación de traer aquella frase y aquel hecho de nuestro primer intransigente, El indio Hatuey, cuando le dijo al confesor en aquella fecha, ya tan lejana y que tanto parecido tiene con los confesores de hoy cuando le mostraba la cruz: -“Padre, si me convierto, y ellos también van al cielo, entonces deje las cosas así, porque allá me vuelven a dar candela-”. Pareciera como que la cúpula esclesíastica de la iglesia católica de Cuba estuviera viendo las llamas en que se queman los cubanos y en vez de salvarlos les están pidiendo que antes de morir perdonen a sus verdugos.  
La iglesia católica cubana es una Santa, secuestrada por una cúpula esclesiástica aturdida, manipulada y complaciente, entetada, como dicen los sicólogos, con la postura de triste recordación de un tal esclesiástico nombrado Céspedes y otro Sachi, que entre muchas cosas, como entregar a los cubanos que pedian refugio en la sede del Vaticano y que algunos de ellos fueron fusilados, le negaban una entrevista a los familiares de presos políticos que así lo solicitaban.

He aquí porqué existimos los intransigentes.
Por todo lo expuesto es por lo que nos identificamos con el rayo que ilumina y mata y con la centella que fulmina, y no con las estrellas fugaces que solo logran alumbrar tímidamente, la oscuridad de la noche.