RAÚL ANHELA GANAR TIEMPO

sábado, 29 de mayo de 2010

RAÚL ANHELA GANAR TIEMPO
(5-28-10-5:30PM) 
Por Héctor Julio Cedeño
Las conversaciones de  Raúl Castro  con la  jerarquía de la  Iglesia Católica cubana, es muy  probablemente una forma más, de distraer a la opinión pública nacional e internacional, de las verdaderas intenciones de la dictadura castrista y fascista que oprime a Cuba. Por mucho que algunos se empeñen en ver un cambio de actitudes, traída por los pelos y por la fuerza. Sigo pensando que el general estrellado, necesita ganar  tiempo, para de esta manera procurar alguna credibilidad, a su tiranía totalitaria y lograr sobrevivir al colapso, dada la crítica situación financiera del régimen, su creciente aislamiento mundial y los problemas internos y progresivos, donde prima sin lugar a dudas,  la corrupción galopante que corroe al podrido sistema cubano.  Cuando supere el punto coyuntural y según confían, volverán a lo de siempre, al crimen, al odio, al atropello, a las amenazas y al encarcelamiento.
Recuerden que Raúl, es personalmente responsable, de muchos fusilamientos, ahorcamientos y asesinatos y no soltará el poder  por las buenas, sus manos,  tan manchadas de sangre ajena, poseen un color diferente, al el resto de su cuerpo, yo no creo en su arrepentimiento y ni siquiera el ha pedido disculpas por la barbarie, algo muy de moda en el tiempo actual, aunque estreche su mano excomulgada a la del Cardenal Ortega, que paradoja.
Las supuestas concesiones que realiza la satrapía imperante, no son tal, sino obligaciones del Estado, para con sus prisioneros  y  que  están perfectamente  consignadas  en las “Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos”, documento adoptado por el Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre la Prevención del Delito y el Tratamiento al Delincuente, celebrado en Ginebra en 1955. Estas reglas, son una norma para  todos los Estados signatarios de las Naciones Unidas y para los miembros del  Consejo de  Derechos  Humanos al  que pertenece  Cuba, en  lo  referido al cese de los maltratos, el derecho a la atención médica,  la cercanía a su lugar de origen y a sus familiares, la separación entre presos comunes y políticos, etc. Al comenzar la negociación en un plano tan bajo se corre el riesgo de conseguir lo mínimo posible, si acaso. No creo que se deba otorgar, ningún  tipo de  reconocimiento a una dictadura, que lo que pretende es asesinar,  lenta y premeditadamente, a quienes son confinados en sus ergástulas inmundas, con la intención anularlos para siempre.
Porque las condiciones infrahumanas, a las que son sometidos los presos políticos cubanos, los devuelve a la insegura libertad de la que se disfruta en Cuba, en  tan pésimas condiciones  físicas y mentales, que ya no serán jamás, lo que fueron. Al salir de las prisiones cubanas, habrán desarrollado tantas y  tales enfermedades, que se convertirán en despojos  humanos, aptos solo para quedar  confinados en sus casas o convalecer, precariamente
en un exilio,  gracias al  humanitarismo de  alguna nación amiga,  que los  acoja piadosamente y  los ampare.
Poner en libertad a un grupo de  prisioneros  políticos,  podría darle cierta  notoriedad al  tirano de turno,  pero si se mantienen  idénticas las condiciones y las mismas  leyes arbitrarias con las que fueron encarcelados, nada cambiará,  volverán en su momento a encarcelar a otros. En otras épocas han liberado miles y luego han  rellenado sus cárceles nuevamente,  porque llenas es que resulta una amenaza  para sus opositores. Con  todo eso,  no han podido acallar los  gritos de  justicia y  de  libertad de los cubanos.  Por ello no  debemos conformarnos con nada menos, que con el  derrocamiento  total y definitivo de la dictadura castrista y su enterramiento para siempre en el basurero de la historia,  tan profundo como sea posible,  no proporcionarle  tregua ni respiro,  jamás, ni por un minuto, mucho menos agradecerle un gesto, que el  fascismo  no  gesticula, solo destruye y mata. Darle, duro y por la cabeza, este siempre ha sido mi lema.  
¡Abajo la dictadura, de los hermanos tiranos!