ACADEMIA DE LA HISTORIA DE CUBA ¡Así es! ¡Así es!

martes, 25 de mayo de 2010

CONTRA VIENTO Y MAREA, ¡POR LA PATRIA, LA JUSTICIA Y LA ESPERANZA!-NUEVA ESPERANZA/NUEVO ACCIÓN
(5-25-10-5:30PM)
ACADEMIA DE LA HISTORIA DE CUBA ¡Así es! ¡Así es!
(5-25-10-5:30PM)
Por Luis Conte Agüero
Miami. Koubex Center. Improvisación. 19 de mayo de 2010.
Sirva de pórtico un reconocimiento a Antonio Calatayud, incansable investigador y estudioso que en 8 de diciembre del 2007 entregó la presidencia de la Academia de la Historia de Cuba a Emilio Martínez Paula.       
Desde entonces la Academia ha continuado aquellos esfuerzos de forja y crecimiento.
La Directiva actual orienta, investiga, impulsa, y ayuda a la constelación de ilustres que forman la Academia. Tres integrantes de su Ejecutivo participaron esta tarde. Académico de la Lengua Española. Periódico La Información de Houston, Texas. Libros de historia. Patriota en cuyo carácter compiten talento y honor. El Presidente Emilio Martínez Paula,
Desde la juventud apasionado de causas nobles. Quiso que la gente entrara por el aro patriótico. Periodista, escritor, orador brillante. El Secretario Mora no demora en el saber y el deber, Julio Ferreiro Mora.
Hace justicia en sus presentaciones. Modera este evento. Nunca se cansa de repicar campanas de amistad, lucha y valor. Animado animador. Periódico YA. Empresario de mis conciertos. Sahara de quehaceres y sonrisas, sólo se llama Arenal el Tesorero José Arenal.      
Escritor y poeta consagrado. Lo estamos recomendando orgullosos para el Premio Cervantes. Apelando a un refrán común para mencionar a quien nada tiene de común. “De casta le viene al galgo”. Sus antecesores son de lujo y luz: Entre otros el Padre Bartolomé de las Casas y Luis Casas Romero, mambí compositor de El Mambí y numerosas obras. Vicepresidente Luis Angel Casas Terradas.
Y ojo con el Vice, el Vicesecretario. Sirve, resiste, desafía, enfrenta, alto por fuera y dentro. Suena romano el apellido del muy cubano Salvador Romaní.
Libros en la cátedra y hogar. Si no los está leyendo los está escribiendo y publicando. Nunca les faltan en los estantes y en el estante mayor, el cerebro. Ser el Bibliotecario le viene exactamente a José Sánchez Boudy.
En esta relación cada miembro es un premio. Por orden alfabético y no hago justicia. Temo decir menos de algunos que de otros: Antonio Acosta, Elio Alba Buffill, Manuel L. Aparicio Paneque, Emilio Bernal Labrada, Rowlan J. Bosch, Guillermo Cabrera Leiva, Antonio Calatayud, Pedro Corzo, Angel Cuadra, Ernesto Díaz Rodríguez, Ángel Emeterio González Hernández, René León, Pablo Llabre, Luis Mario, Antonio Molina, Jorge Portuondo Jorge, Marcos Antonio Ramos, Vicente Pedro Rodríguez, Roger Rojas Lavernia, Enrique Ros, Mercedes Sandoval, Diego Trinidad... Faltan dos nombres: El del brillante Rafael Saumell, y un brillante en Miami, Alex Hanna.  
¡Menuda tarea tienen! El Castrato lleva nuestra historia al paredón. Fusila soldados, estudiantes, campesinos, blancos, negros, en cantidad que espanta y repugna al asco, y fusila diariamente la verdad en todos sentidos y direcciones.
Asesinan la historia, fuente clave del carácter nacional por el ejemplo que proyectan sus héroes y próceres, y asesinan la noticia, el acontecer común, lo importante y lo trivial del tiempo que cursa. 
El cubano escucha mentiras y miente en la mañana y todo el día. Mentir para  “resolver”, buscar, ocultar, escapar de algo o alguien, y hasta de él mismo, obligado a ser otro. Osan llamar hombre nuevo al ser deshumanizado que el totalitarismo quiere fabricar. No es el Homagno de Martí, magistralmente dicho por el poeta Angel Cuadras; es el Homínimo y el Honada, el Hombre nada.
En 1958, al regresar del exilio escribí repetidamente sobre el hombre nuevo y el Presidente Manuel Urrutia aceptó crear y presidir el Instituto Humanista conmigo de Director Ejecutivo para laborar en fines de pureza y grandeza humanas. Robado el nombre apenas salí a este otro exilio, lo aplicaron a fabricar un autómata obediente y odiador, un che desviado, un che seguidor de un che maldito. 
Libre Cuba de los bárbaros, además de todo lo demás, corresponderá al gobierno democrático y a la decencia cívica la obra mayúscula de reintegrar el cubano a su estatura original, a sus raíces sustanciales y proyectarlo a mejores destinos.
A Martí, gran señor del espíritu, lo disfrazó de marxista el sistema materialista. A otros gigantes históricos los empequeñecen y deforman. Al Apóstol y a otros muchos, y a otros muchos valores y verdades, se impone rescatarlos, redimirlos.
Además. Ese materialismo, que fusila al espíritu, empobrece tanto que desnuda de materias al país que lo sufre.
La tiranía reescribe la historia suya y la anterior en más de medio siglo enrarecido y asfixiante. En la enseñanza primaria y secundaria se inocula el veneno. Y en la universitaria se descuartiza la historia más hermosa con relatos e interpretaciones bastardas, exaltación sistemática de rufianes.
Ante tal deformación nos toca sanear y esclarecer. 
Como el Asesor de la Academia propuse y se aprobaron los Acuerdos siguientes:
Que al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, lo sustituye el Día de la Mujer Cubana, 26 de junio, nacimiento en 1808 de Mariana Grajales Coello, hija de José Grajales y Teresa Coello y madre ejemplar de los ejemplares Maceo, los titanes.
Que al 1ro de mayo, Día Internacional del Trabajo, lo sustituye el Día del Trabajador Cubano, 18 de enero, fusilamiento en 1961 de los trabajadores eléctricos William LeSanté Nacer, Luis Orlirio Méndez Pérez y Julio Casielles Amigó.  
Que se declara Día de Infamia el 26 de julio de 1953, fecha en que la abominable ambición de un candidato a tirano llevó a la muerte a jóvenes idealistas y a quienes los enfrentaron. 
Procede aclarar y destacar fechas, efemérides, páginas sucias que indoctrinan, envenenan, manipulan, envilecen.
Quienes viven en la Isla y los que vuelvan o vayan, tendrán campos vastos para reconstruir y construir. Se exige una higiene monumental. Es atroz la fetidez del poder que todo lo marchita. Cuánto apesta una acumulación de rosas corrompidas. Podridas las rosas de la ilusión nacional, hieden las bocas, las axilas, los harapos, los ríos, el ambiente, el espíritu. ¡Tanta amargura necesita importar azúcar de Brasil y Colombia!
Tan bestial pesadilla invita a un sueño musculoso de riqueza y grandeza, una patria que cante y crezca y florezca en victorias de amor y cemento y cabillas. Ayuden los historiadores a sanar y salvar nuestra historia como alma del alma cubana, esencia del carácter nacional, médula y entraña ciudadana.
Y en éste y todos los objetivos toca a todos reconstruir a Cuba y más aún, reconstruir al cubano. La economía y la  antropología. La fisiología filosófica. Las entrañas mismas. Qué el cubano no escape.
Escapar es un modo de escaparse. O se escapa aceptando la prisión, la muerte. El totalitarismo busca la uniformidad de la servidumbre, sin disentimiento ni oposición.
Una vez dijo el aspirante a tirano: “El hombre perfecto no existe. Si existiera sería fulano. Le sobra valor, le sobra talento; le sobra grandeza”. Cuando fulano se enfrentó al comunismo el ya tirano dijo que él no era comunista, que fulano inventaba fantasmas y tendría que enfrentar el pelotón de fusilamiento. Entre ellos no hubo enfrentamiento personal, salvo descubrirse el plan totalitario. Con eso bastó. El totalitarismo no permite hendiduras, ventanas, puertas, espacios. Entonces todo cae y se hunde en los pozos fétidos y sangrientos de la esclavitud. 
Urge realizar un esfuerzo mayor. El reto tiene el tamaño de la desgracia, y el coraje ha de tener el tamaño del reto. Haga cada quien lo que pueda hacer y algo más. La decencia ordena el deber. Cuba necesita de sus hijos buenos. Y que los no tan buenos se sientan buenos para servirla.
Vengan los académicos a la Academia de la Historia. Vengan como aquel Academo mitológico cuya leyenda honró Platón. No se les ofrece ni se les rinde homenaje como en Atenas con un jardín estremecido de verdores y vida, sino el gozo del deber que se cumple.
Vengan quienes publican libros; quienes escriben regularmente sobre estos temas; quienes saben que sin cimientos del pasado no se edifican futuros. Vengan quienes izan la bandera de la verdad que redime.
Buen lema: Academia de la Historia de Cuba. La verdad que redime.
¡Caramba! La memoria que anda y desanda llega de pronto y añade un epílogo. En un Canal local de televisión un personaje pintoresco, “Mamito” siempre dice: Así es.
Así decían los filósofos de aquella Academia cuando se ponían de acuerdo en algún tema, cosa no tan común.
Trabajamos para que no nos tarde el día en que una Cuba libre se abra en gloria a la paz y la prosperidad, sustituya a la fetidez de lo podrido la fragancia de la patria que renace cantarina y sonriente,  entone el pueblo el himno de la vida y exclame a los cielos y a los mundos: ¡Somos felices! ¡Somos felices!
Corresponderá entonces a la Academia de la Historia de Cuba decir: ¡Así es! ¡Así es!