PUNTO Y. APARTE

lunes, 8 de febrero de 2010

PUNTO Y. APARTE
(2-7-10-5:30PM)
Por: El Director
El llamado socialismo del Siglo XXI significa, fatalmente, la ascensión a la cumbre de una nación de lo más ilustre de sus mediocridades, y la elevación de unas simples hipótesis tan pueriles como malignas a la categoría de normas de gobierno.
Los líderes de lo que pretende ser un socialismo reciclado, que no es más que el fracasado socialismo real, alientan el resentimiento acumulado por tantos años de liberalismo y capitalismo salvaje, entre las clases necesitadas y explotadas de nuestra América.
Insisten una y otra vez en resaltar la existencia adolorida del asalariado, creando entre ellos, un estado de agravio perpetuo que les hace aceptar que  sus enemigos son todos los que no padecen como él.
Para conquistar a esas almas resentidas no hay arma mejor que la difamación.
Nada tan fecundo para alentar el aplauso del resentido, como atizar su odio, esmerándose en fustigar, con algo de verdad y mucho de calumnia, a enemigos reales o  a enemigos supuestos, da lo mismo.
No hay que enseñarles principios de justicia objetiva, sino hablarles de "su justicia", de su revancha.
Tal es la criminal táctica  de la acción marxista en todos los países, y ese hecho sicológico del resentimiento, explica no solo que sus corifeos mantengan el prestigio entre las masas, no obstante sus cotidianas traiciones, sino que los desposeidos se entusiasmen, sin escarmentar nunca, con el que cada día ofrece un nuevo radicalismo difamatorio.
En el fondo de la acción marxista-populista no hay propósitos de redención, sino odio, compartido entre los auditorios y el tribuno, los lectores y el periodista.
No mueve a los militantes tanto la esperanza en el porvenir como la desesperación contra el presente.
Por eso el marxismo es negativo como norma de convivencia, esteril como teoría económica, destructor en lo político y en lo espiritual y social, un eco atávico del salvajismo primitivo.
El socialismo (todos los socialismos, pero más el engendro del Socialismo del Siglo XXI) es una burocracia burguesa y antinacional, que a todos arruina, menos a los que ocupan los buenos cargos.