Punto y Aparte
jueves, 10 de diciembre de 2009
PUNTO Y. APARTE
Por: El Director
Cuando nos enteramos de que les habían suspendido los pagos, ayudas, grants o subvenciones a los organismos dedicados a luchar contra el castrismo, en varios diferentes campos, no nos alegramos, pero sí comentamos entre varios amigos, que ahora el panorama "anticastrista" se iba a definir y que iban a ocurrir muchos claros en las filas de los "aguerridos luchadores" que cobraban por su labor "patriótica".
Ya se comienzan a conocer las deserciones y los retiros, de los que nunca han aprendido a luchar sin cobrar.
Aunque han ocurrido otros "retiros" silenciosos, el más conocido es el de la revista Encuentro, tanto impresa, como su versión en la red.
El pasado día 4 los redactores de Encuentro publicaron un comunicado en el que anunciaban que todos abandonaban el proyecto, ya que desde el "desde el 7 de octubre, el equipo de redacción y el de la revista impresa había dejado de cobrar y estaban trabajando de forma voluntaria, y junto a ellos muchos de sus colaboradores también estaban entregando sus textos sin recibir honorarios a cambio”.
Una actitud, como se puede ver, muy patriótica y sobre todo muy sacrificada; si se acabaron los miles y miles de dólares, hasta aquí llegó nuestro "sacrificio" por Cuba, y que ¡Viva la Pepa!
Encuentro y su principal impulsora Anabel Rodríguez, la hija de viejo bonzo comunista Carlos Rafael Rodríguez, han recibido en sus años de existencia millones de dólares de varios gobiernos y entidades.
Solamente entre el 2000 y el 2007, La NED (National Endowment for Democracy) les entregó fondos muy por encima del millón de dólares y solamente el año pasado (2008) recibieron $ 400,000 US, de la Ford Fundation.
Pero claro, se acabó la teta que manaba abundantes dólares y les cortaron el acceso al jamón y con eso se les murió el ardor y el patriotismo necesario para escribir y para mantener un órgano en la Red.
Cuando me examino, no me siento muy contento de mí mismo, pero cuando me comparo, me crezco como un gigante, porque veo que lo que he estado pregonando toda mi vida, es una verdad irrefutable que se comprueba inexorablemente con el paso del tiempo.
¡Que bello es haber aprendido a sacrificarse y a trabajar en las peores condiciones sin depender de las dádivas, prebendas o ayudas de intereses ajenos!, los que nos capacita para seguir la lucha bajo cualquier circunstancia.
De ese temple están hechos los que formamos en las minorías inasequibles al desaliento, que al final, son las que hacen posibles las victorias.
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