WASHINGTON:REPORTE CONFIDENCIAL
Por "El Capitalino"(Especial para Nuevo Acción)
Expertos en cuestiones militares me han dicho que altos mandos castrenses no ocultan su enojo ante la negativa primero y la demora después, de la actual Administración en atender la petición del Jefe de las Fuerzas aliadas en Afganistán de enviar más soldados a ese país. Según han expresado esos jefes, la negativa a considerar la petición de los Comandantes de Campo, para el envio de refuerzos en tiempos de guerra, bordea la traición y es una muestra del desprecio y del poco valor que se le da al sacrificio de los miles de jóvenes estadounidenses que pelean en suelo extranjero.
Otra ominosa señal de la claudiante postura del actual Gobierno norteamericano, en relación con la lucha por la libertad de otros pueblos, lo constituye la decisión de la Administración de Barack Obama, de cortar los fondos destinados a programas pro democracia y derechos humanos en Irán, revirtiendo así años de esfuerzos, para ayudar y reforzar a la sociedad civil en ese país. Esto es visto como un intento de Obama de apaciguar al gobierno iraní.
El Senador Joe Lieberman(foto de arriba a la izquierda), ha cuestionado el juicio de la Administración de Obama con respecto a este cambio de política. Lieberman ha dicho: “ Es preocupante que el Departamento de Estado haya cortado esos fondos en el preciso momento que más se necesitan.
Seguramente debido a la dura actitud asumida por el Gobierno de Obama hacia los amigos y la complaciente hacia los supuestos enemigos es que Yukio Hatoyama, (a la izquierda) nuevo primer ministro nipón —del Partido Democrático de Japón, que se alzó con el poder el pasado 30 de agosto—ha señalado que quiere «formalizar unas nuevas relaciones (con Estados Unidos) que respondan a las exigencias de la época».
Por su parte, el ministro de Defensa, Toshimi Kitazawa, ha declarado que el nuevo gobierno tiene como prioridad revisar la situación de la presencia de los militares norteamericanos, presencia que no ha dudado en calificar de «humillante». Los japoneses, que de bobos no tienen un pelo, no quieren que su complacencia y su amistad sea malinterpretada y con eso evitar ser tratados como ahora trata Washington a los amigos leales y fieles. Un funcionario de la Embajada japonesa, a pesar del usual hermetismo que caracteriza a los Hijos del Sol Naciente, nos confesó, que no quieren que les pase lo que a Colombia, a Honduras y a los cubanos exiliados, tradicionales amigos incondicionales de los EE.UU.
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