La cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) celebrada en la capital de la R.P. China y a la que la prensa occidental ha tildado como el «nuevo Pacto de Varsovia», ha reunido, además de a los dos colosos, a los gobiernos de Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán.
Los seis jefes de gobierno de la de la OCS han aprobado un acuerdo por el que van a estrechar lazos en la lucha contra la crisis financiera mundial, para lo cual se va a celebrar, antes de que concluya este año, un cumbre de ministros de finanzas y directores los bancos centrales, a celebrar Kazajstán, que impulsará una red informática dedicada a la comunicación entre los miembros de la organización. En la mesa de negociaciones también estuvo presente la situación en Afganistán, Irak y los retos planteados por el gobierno comunista de Corea del Norte.
La cumbre de la OCS ha supuesto, además, un contrato de gas ruso con destino a China de 70.000 millones metros cúbicos al año, así como acuerdos entre empresarios chinos y rusos por un montante de 3,5 mil millones de dólares USA, y la fabricación conjunta de misiles balísticos de última generación.
Los gobiernos firmantes del pacto mantendrán, además, una postura común para contrarrestar la presión occidental sobre el gobierno de Mahmud Ahmanideyad.
Han asistido como observadores a la OCS representaciones de Mongolia, India, Pakistán e Irán, y la próxima reunión de primeros ministros de los Estados miembros de la OCS tendrá lugar, el próximo año, en Kirguistán
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