MARZO FERNANDEZ SOBRE TEMAS DE ACTUALIDAD
Con todo respeto me voy a referir al libro escrito por la periodista María Antonieta Collins, sobre las vivencias de Juanita Castro, la propaganda y toda la publicidad que se ha montado alrededor de los supuestos secretos que serán revelados. Dan la impresión que estamos ante una novela del corte del CÓDIGO DA VINCI y además muy inteligentemente se ha sembrado una expectativa tipo el DERECHO DE NACER. Habrá que esperar el último capítulo para que Juanita hable o será necesario comprar el libro, para enterarnos del chisme completo. En mi opinión, se ha perdido toda la seriedad en cuanto a la denuncia política. Al parecer, Juanita ha preferido vender sus secretos (si realmente los tiene) porque en definitiva LO QUE IMPORTA ES EL CASH.2.- Cuando uno lee, los sueldos astronómicos que devengan, nuestro gobernador y otros oficiales electos del Estado de la Florida e increiblemente lo poco que trabajan, entiende porque no hay moral para llamarle la atención a los funcionarios del Condado y de la Ciudad de Miami. Todos son lobos de la misma camada.
3-EL HOMBRE NUEVO
Realmente me molestó, cuando leí la noticia de que los cubanos recién llegados, controlaban los sembrados de marihuana del Sur de la Florida, sencillamente no me gusta que hablen mal de mis compatriotas. Sin embargo, debo reconocer que el exilio de los primeros años se caracterizaba por profesionales, empresarios triunfadores, la élite de la sociedad cubana.
Vino la época de la barbarie, desaparecieron los profesores, fueron sustituidos de forma improvisada por personas que no cumplian los requisitos mínimos. Se suspendieron las clase de moral y cívica, se persiguieron de forma cruel los cultos religiosos, se le arrebataron los niños a los padres, se enviaban a los niños por largos periodos a labores agrícolas-en etapas fundamentales de su desarrollo y formación. Se inició una sistemática degradación de los valores morales y sociales.
Es justo reconocer, que hubo muchas pero muchas familias,que lucharon para preservar en sus hijos una conducta social basada en principios morales y religiosos.
No todo se perdió. Surgió el hombre nuevo, seremos como el CHE. Estamos viendo sus resultados.
Tampoco los medios de comunicación de Miami escapan de la crítica. Cuando presentan en un programa de televisión en el prime time a un panadero (devenido en bufón) que relata de forma grosera como robaba la harina, como pagaba la impunidad, actividades propias de la más baja ralea. Una apología, a la degradación moral, matizada por risas y justificación de un delito que afectaba directamente a la población. Por eso no debe sorprendernos que estos personajes, cuando llegan a Miami, se incorporen de inmediato a actividades ilícitas. También debían llevarlos a los programas, cuando son capturados y condenar lo repugnante de sus acciones y lo justo de la sanciones que se les aplica.
Realmente me molestó, cuando leí la noticia de que los cubanos recién llegados, controlaban los sembrados de marihuana del Sur de la Florida, sencillamente no me gusta que hablen mal de mis compatriotas. Sin embargo, debo reconocer que el exilio de los primeros años se caracterizaba por profesionales, empresarios triunfadores, la élite de la sociedad cubana.
Vino la época de la barbarie, desaparecieron los profesores, fueron sustituidos de forma improvisada por personas que no cumplian los requisitos mínimos. Se suspendieron las clase de moral y cívica, se persiguieron de forma cruel los cultos religiosos, se le arrebataron los niños a los padres, se enviaban a los niños por largos periodos a labores agrícolas-en etapas fundamentales de su desarrollo y formación. Se inició una sistemática degradación de los valores morales y sociales.
Es justo reconocer, que hubo muchas pero muchas familias,que lucharon para preservar en sus hijos una conducta social basada en principios morales y religiosos.
No todo se perdió. Surgió el hombre nuevo, seremos como el CHE. Estamos viendo sus resultados.
Tampoco los medios de comunicación de Miami escapan de la crítica. Cuando presentan en un programa de televisión en el prime time a un panadero (devenido en bufón) que relata de forma grosera como robaba la harina, como pagaba la impunidad, actividades propias de la más baja ralea. Una apología, a la degradación moral, matizada por risas y justificación de un delito que afectaba directamente a la población. Por eso no debe sorprendernos que estos personajes, cuando llegan a Miami, se incorporen de inmediato a actividades ilícitas. También debían llevarlos a los programas, cuando son capturados y condenar lo repugnante de sus acciones y lo justo de la sanciones que se les aplica.
0 comments
Publicar un comentario