CAÑONA SANDINISTA

domingo, 25 de octubre de 2009

CAÑONA SANDINISTA
por Humberto López Núñez
Daniel Ortega, dictador institucional de Nicaragua, nuevamente será postulado en las próximas elecciones. Según la existente Constitución Nicaragüense, un gobernante no puede aspirar a una tercera justa electoral.
Enmendar la Constitución de la República requiere una votación mayoritaria del Congreso. Esa mayoría está en manos de la oposición. Lo cual técnicamente desvirtúa un cambio constituyente, impidiendo la ree-elección del sandinismo.
En su ambición por mantener el poder socialista, los sandinistas apelaron a la Corte de Justicia. La Comisión Constitucional de la Corte Suprema, un organismo altamente politizado, aprovechó la ausencia de jueces pertenecientes al Partido Liberal, de oposición, eliminando la prohibición re-eleccionista.
Inmediatamente el Presidente de la Comisión Nacional Electoral, controlado por el Partido Sandinista, reconoció la decisión como irrevocable y final. Solo miembros del Partido Sandinista tomaron parte en la decisión, una típica cañona comunista.
El Presidente de la Corte Suprema de Justicia, magistrado Manuel Maríinez, miembro del Partido Liberal, de oposición, desconoció la decisión de la Comisión Constitucional, al tiempo que proclamó la descalificación de Ortega, como aspirante en las próximas elecciones.
El Moviviento Sandinista derrocó al gobierno de Anastasio Zomoza en 1979, después de liderear una subversión guerrillera con el apoyo absoluto de la tiranía totalitaria de Cuba.

Daniel Ortega, al frente del Sandinismo fue nombrado Presidente de la República.  Permaneció dictatorialmente en el poder hasta 1990, cuando fue derrotado en elecciones frente a una coalición lidereada por Doña Violeta Chamorro.
En las elecciones del 2006 ganó ante una dividida oposición democrática, obteniendo el triunfo por un margen menor al 40 % del electorado.
Ortega,un socialista aliado al tirano Castro, al dictador Chávez, y a toda la tropa del ALBA y el Foro de Sao Paulo, solo aspira a mantenerse y vivir del poder. En una elección limpia y democrática frente a un solo aspirante demócrata, Ortega sería derrotado.